Visitando Carhué y las ruinas de Villa Epecuén

Siempre habíamos querido visitar Villa Epecuén. Atraídos por la trágica historia del lugar, lo extraño de sus paisajes, y la promesa de experimentar sensaciones que no se pueden vivir en ninguna otra parte del país eran parte de los motivos… pero la realidad es que tampoco sabíamos muy bien por qué queríamos manejar casi 7 horas por rutas provinciales en mal estado casi hasta el límite con La Pampa para ver un lago y árboles muertos. Pero, por suerte, no le dimos más vueltas al asunto y nos decidimos por viajar a Epecuén este peculiar verano 2021… ¡y nos encantó!

A continuación les cuento cómo llegar a Carhué, qué ver en Epecuén, y por qué vale la pena visitar este extraño pero inigualable destino bonaerense 😉

Qué te cuento en este post:
1. Cómo llegar
2. Qué ver en Carhué: en la ciudad
3. Naturaleza y ecoturismo en Carhué
4. Playa Ecosustentable

5. Visitar las Ruinas de Villa Epecuén
6. La historia de Villa Epecuén
7. Dónde dormir en Carhué
8. Destinos cercanos: Guatraché, Sierra de la Ventana, y más

CÓMO LLEGAR A CARHUÉ

Carhué es la localidad turística desde donde visitar Villa Epecuén, las ruinas, las playas, y las termas. No solo la visitan miles de personas para conocer las ruinas de Villa Epecuén, pero también por ser la «Capital del turismo termal«. Está a unos 530km de Buenos Aires y a 200km de Bahía Blanca, en el sudoeste bonaerense.

VIAJAR A CARHUÉ:

  • EN AUTO: desde Buenos Aires conviene tomar la ruta 205 hasta Bolívar y de ahí en adelante rutas provinciales. Precaución: estas rutas no están en buen estado, particularmente la 65 entre Bolívar y Daireaux (a marzo 2021).
  • EN TREN: se puede ir hasta Pigüé en el tren que une Buenos Aires con Bahía Blanca. El viaje es cómodo, aunque largo, y se realiza de noche. Luego, desde Pigüé habrá que tomar un bus hasta Carhué (70km aproximadamente). Desconozco las frecuencias de estos buses en los tiempos que corren.
  • EN BUS: hay micros de larga y media distancia a Carhué desde las ciudades cercanas y algunos servicios desde Buenos Aires. La terminal de buses está a pocas cuadras del centro.

La entrada a Carhué es prolija, verde, y la ruta desemboca en un ancho bulevar que conduce al centro de la pequeña ciudad. Me transmitió un aire a Trenque Lauquen con sus amplios bulevares, y un aire a Tornquist al llegar a la plaza principal. Había cierta lógica: Carhué está a mitad de camino entre ambas. Pero claro que tiene también su propio aire…

La cabecera del Partido de Adolfo Alsina, Carhué, es chiquita, de casas bajas, veredas limpias, y comercios viejos pero prolijos. Alrededor de 20 mil personas la llaman su hogar. Casi ni hay tráfico (excepto al atardecer cuando todos volvemos de la playa por el mismo camino) y todo se mueve a ritmo de pueblo. Esto no quiere decir que no haya nada que ver en Carhué; se trata de un destino turístico consolidado y orgulloso, que vale la pena visitar. Más adelante te cuento dónde alojarte y todas las opciones que hay…

Qué ver en Carhué: en la ciudad

Primero hagamos foco en la parte urbana: cualquier visita arranca por la plaza principal, la Plaza Nicolás Levalle, nombrada en honor al fundador de Carhué. En los alrededores, fiel al estilo bonaerense, el peculiar edificio de la Municipalidad y la iglesia principal son los únicos edificios que sobresalen tras los árboles. También son los más altos de la ciudad.

plaza levalle carhue
Iglesia de Carhué desde la Plaza Levalle

Así como lo había visto en Tornquist, y como puede encontrarse en tantos otros pueblos del sur bonaerense, la obra de Francisco Salamone se repite en Carhué. De hecho, también en la vecina Epecuén. Personalmente tengo opiniones más negativas que positivas sobre su estilo arquitectónico, pero no puedo negar su impacto. Hay quienes se aventuran a viajar por los pueblos de Buenos Aires solamente para seguir sus obras: desde el cementerio de Saldungaray hasta el matadero de Villa Epecuén, su estilo es reconocible al instante. En Carhué no quedan dudas de quién fue el autor del edificio de la Municipalidad.

Negocios pequeños, de todo tipo, están dispersos por toda la ciudad. Pero es la Avenida Colón la que concentra la mayor parte de ellos. Carhué será pequeña, pero no es ajena al boom de las cervecerías. También hay varios restaurantes, parrillas y heladerías. Todo mantiene la estética típica de pueblo bonaerense: chata pero prolija.

El lugar que tienen que visitar en Carhué es la casa de Miguel Ángel «Lito» Sottovia. Él fue el jefe de bomberos durante la inundación de Villa Epecuén, y también encargado del triage y de las recorridas posteriores a la tragedia. Hace años armó en su casa un museo que es imperdible. No se trata de las cosas en sí (que son más que interesantes y van desde autos antiguos hasta máquinas proyectoras de cine, rocolas y bicicletas) sino de escuchar la historia de Epecuén en primera persona… ¡y relatada por un verdadero héroe!. Estuvimos más de una hora viajando en el tiempo con Lito, y volveríamos a escuchar toda la historia con gusto.

Museo de Lito Sottovia en Carhue, historia de villa epecuen
El museo está en la calle Lonardi entre San Martín y Rivadavia

Estilo de vida, campings y Ecoturismo

Otra de las cosas que ver y que hacer en Carhué es disfrutar del aire libre. La pequeña ciudad fluye en sincronía con la Naturaleza (y si algo saben sus habitantes es la importancia de respetarla). Eso se ve en el estilo de vida: al atardecer, la Avenida Colón -que lleva al terraplén que separa a la ciudad de la laguna- se copa de personas haciendo ejercicio. Eso sumado a los talleres de meditación, el cuidado de la higiene urbana, la relajación con la que se desarrolla el día a día, y otras actividades de bienestar anunciadas en carteles nos dieron una idea de cómo se vive en Carhué.

Por supuesto que un lugar así no es ajeno al ecoturismo. Para quienes busquen un destino donde conectarse con la Naturaleza pero sin ir tan lejos, Carhué es un excelente plan. Hay campings privados y un camping municipal junto a la Avenida Colón, camino a la laguna. Si buscan estar aislados de la zona urbana, un segundo camping municipal «La Chacra» es una gran opción donde dormir en Carhué. Este se encuentra junto al río Pigüé (que trae sus aguas desde Sierra de la Ventana), a unos 5km de la ciudad, y presenta un corto sendero en el bosque que contrasta con lo que veremos más adelante en la laguna. En todos estos campings también se puede simplemente pasar el día y hacer uso de las instalaciones.

Muy cerca de la laguna se encuentra el Complejo Hidrotermal. Este se inauguró en 2019 y pretende revivir ese atractivo de destino termal que hizo famoso a Epecuén. Nosotros no lo visitamos, pero si les interesa pueden leer más en la página de turismo de Carhué.

Una tarde en la Playa Ecosustentable

Nada ejemplifica mejor lo que es el ecoturismo en Carhué que su Playa Ecosustentable. Realmente fue la gran sorpresa en este destino. Se encuentra a 5km de la ciudad, camino a las Ruinas de Villa Epecuén, y se la puede visitar todo el año. La entrada es gratis (el dinero para mantenerla proviene de la entrada a las ruinas) y hay lugar donde estacionar.

La playa cuenta con decenas de sombrillas de uso libre, un pequeño parador donde comprar bebidas, baños y duchas. Todo está construido con materiales reciclados y alimentado mediante paneles solares. También se practica la separación de residuos. Todo esto encuadra perfectamente con el concepto de la red argentina de destinos turísticos inteligentes de la cual Carhué forma parte (¡como ya te conté en mi Instagram!) y es una gran propuesta para disfrutar en familia, con amigos, o -por qué no- en soledad.

que ver en carhue playa ecosustentable
Playa Ecosustentable, un imperdible que ver en Carhué

El muelle permite un acceso fácil a la laguna, que es la verdadera estrella del lugar. Sus aguas, unas 10 veces más saladas que el agua de mar, se asemejan a las del Mar Muerto ¡y flotar es una sensación bizarra e imperdible! (tan solo asegúrense de que no les entre agua en los ojos ¡por algo lo digo!). La profundidad en la zona accesible al público es poca (no debe llegar al metro y medio) pero igualmente hay guardavidas vigilando. También hay juegos en el agua para los más chicos. Realmente no pueden perderse de visitar la Playa Ecosustentable cuando viajen a Carhué.

Tampoco pueden perderse el fango del lecho del lago. Este barro, negro y de un aroma que recuerda al agua de mar pero al mismo tiempo con un fuerte perfil sulfuroso, es célebre por sus propiedades. De hecho, parte de la fama del lago Epecuén se debe a las propiedades «curativas» y beneficiosas para la piel; razón por la cual en todos lados se ven personas vendiendo el mítico fango del lago Epecuén. Esta acción curativa era conocida por los nativos del lugar, y no es de extrañar que el lago y sus alrededores hayan sido uno de los territorios más difíciles de conquistar durante las campañas al desierto de finales del siglo XIX.

Visitar las ruinas de Villa Epecuén

Una visita a Carhué no estaría completa sin conocer las ruinas de Villa Epecuén. Luego de haber escuchado la historia con las palabras de Lito Sottovia, recorrimos los 7km que separan a Carhué de la Villa Epecuén tratando de imaginar con qué nos encontraríamos. Claro que ya habíamos visto fotos, pero las fotos no transmiten la sensación que invade al cuerpo cuando uno se encuentra finalmente ahí.

Para ir a las ruinas de Epecuén hay que cruzar el terraplén que separa a Carhué de la laguna y recorrer un camino de tierra que bordea al lago. El camino es desolado, con costras de sal mezcladas con la tierra, y permite ver a los flamencos que hicieron de las aguas su hogar (o al menos su fuente de alimento). Poco a poco van apareciendo los famosos árboles muertos, con sus troncos blancos y ramas desnudas, testigos firmes de la tragedia. Tras haber recorrido 3km encontramos a la obra más icónica de Salamone: el matadero de Epecuén.

Los alrededores del matadero se pueden visitar libremente, pero está prohibido entrar al edificio en ruinas por razones de seguridad. Esta primera parada es el primer contacto con las ruinas, y definitivamente uno de los puntos más fotogénicos del lugar: a un lado el edificio, y al otro el bosque muerto que se fusiona con la laguna.

turismo negro epecuen matadero de salamone
El matadero de Epecuén
el bosque muerto de epecuen
Los árboles mueren de pie… literalmente

Siguiendo por el camino de tierra pasamos junto a la Playa Ecosustentable. 2 kilómetros más allá de la playa se llega finalmente a las ruinas de Villa Epecuén. Aquí hay baños, un centro de interpretación, y lugar donde estacionar.

Para ingresar a las ruinas se cobra un bono contribución de $100 por persona (a marzo de 2021). El dinero va al mantenimiento del camino, de la playa, y de las instalaciones. Una vez dentro de lo que alguna vez fue un pujante destino turístico, hay varios caminos abiertos entre los escombros para recorrer.

Placas en distintos puntos de las ruinas permiten identificar qué edificio hubo ahí. También hay fotografías antiguas de Villa Epecuén en su mejor momento, y es imposible no sentir piel de gallina al caminar entre la destrucción revestida de sal. Imaginar una ciudad sumergida bajo 10 metros de agua (y, encima, del agua salada del lago Epecuén) es surreal. ¡Más aún pensar que el agua tardó más de 20 años en retroceder!

visita a las ruinas de villa epecuen
Ruinas de Villa Epecuén

¿Qué pasó en Villa Epecuén?

La historia de Epecuén empieza antes de la conquista. El sudoeste bonaerense estaba habitado por los pampas, quienes conocían y veneraban al lago Epecuén por las propiedades de sus aguas. No por nada fue una de las zonas que más le costó al Estado conquistar durante las campañas al desierto.

Fragmento introductorio de un estudio sobre el agua del lago Epecuén realizado por el Ministerio de Agricultura de la Nación en 1924 (Fuente: repositorio.segemar.gov.ar)

Años después de haber conseguido el dominio de la región, se fundó la localidad de Villa Epecuén el 23 de enero de 1921. Poco a poco, la popularidad de sus aguas termales y curativas convertirían a la villa en un pujante destino turístico.

Para la década de 1970, Villa Epecuén se encontraba en su apogeo, recibiendo a unos 25 mil visitantes cada año. Estas personas llegaban al lugar especialmente para tratar enfermedades reumáticas y de la piel. Al notarse una bajante en el nivel del lago (algo que el turismo no podía permitir) el Estado decidió crear un sistema de canales y compuertas conectando varias lagunas del sudoeste bonaerense para así asegurarse que ninguna se secara, ante la gran sequía que atravesaba la provincia. Hoy este sistema de lagunas interconectadas se conoce como «las encadenadas del Oeste». Sin embargo, se ignoró el hecho de que la bajante del nivel del lago Epecuén se debía más a una dinámica natural del lago que a una consecuencia directa de la sequía.

las encadenadas del Oeste
Las encadenadas del Oeste van desde la laguna La Manuela, al sur de Daireaux, pasando por las lagunas Alsina, Cochicó, del Monte, y del Venado, hasta el lago Epecuén, que es el final del sistema ya que no descarga sus aguas por ningún otro río o canal.

Para la década de 1980, la situación se revirtió. La provincia se enfrentaba ahora a inundaciones sin precedentes como consecuencia a las intensas lluvias. Esto implicó la construcción de un terraplén para proteger al pueblo, ya que el nivel del lago Epecuén aumentaba unos 50cm cada año.

En 1985, con gran parte de la provincia anegada y en crisis por las inundaciones que se daban al sur del Río Salado, se utilizó el sistema de canales para redireccionar al agua. Acá es donde la historia se presenta de distintas maneras dependiendo de quién la cuente: Habiéndose decidido abrir las compuertas de los canales se ordenó evacuar Villa Epecuén. Se sabía que el muro de contención cedería, pero se estimaba que pocos centímetros de agua entrarían al pueblo. Según la gente del lugar, sin embargo, se sabía que la inundación resultaría ser mucho mayor de lo que se había dicho y que permitir el ingreso del agua al lago Epecuén sería matar al pueblo. Y así fue.

El 10 de noviembre de 1985 el muro de contención cedió. Lentamente el pueblo fue tapado por el agua, cuyo nivel siguió aumentando durante los años siguientes. Aunque no hubo fatalidades, los 1500 residentes de Villa Epecuén lo perdieron todo y, pese a que hubo indemnizaciones en Australes por parte del Estado, los damnificados vieron esta suma de dinero desvanecerse con la hiperinflación.

inundacion villa epecuen
Villa Epecuén tras la inundación (1985) – Fuente: Wikimedia Commons

El nivel del agua llegó a su punto máximo en la década de 1990, superando los 7 metros. Dejó de aumentar cuando se cerraron definitivamente los ingresos de agua del sistema de las encadenadas del Oeste y, a partir de entonces, empezó a descender. Recién a medidos de la década del 2000 el nivel del agua estuvo lo suficientemente bajo para permitir el ingreso a pie, dejando el paisaje surreal que hoy puede visitarse: las ruinas, los árboles muertos, el blanco de la sal y la desolación casi total.

que ver en villa epecuen
Ruinas de un viejo hotel

En cierta forma, el pujante destino turístico de salud que fue Villa Epecuén resurgió como el principal destino de turismo oscuro en Argentina: esa práctica de visitar lugares donde sucedieron tragedias que los transformaron para siempre. Hoy, la vecina Carhué recibe a los visitantes que se aventuran en este viaje en el tiempo que es visitar Epecuén 🙂

Dónde dormir en Carhué

Existen varias opciones donde alojarse en Carhué para visitar las ruinas de Epecuén. Ya les hablé de los campings: el camping municipal, el camping La Chacra, y otros campings privados por los que pueden consultar al llegar (no encontré que tuvieran páginas web). Pero existen otras opciones: hoteles de 2 y 3 estrellas son la opción más común, y están todos ubicados convenientemente a pocos pasos del centro. Existen unos pocos spa termales donde también pueden alojarse (considerablemente más caros que la opción anterior), y nunca hay que descartar las casas y departamentos de alquiler.

Si viajan a Carhué como parte de la rehabilitación por un tratamiento médico, no olviden consultar con los hoteles por los paquetes diseñados para obras sociales.

atardecer en lago epecuen
El imperdible atardecer junto al lago Epecuén

Dónde ir cerca de Carhué

Carhué es un buen lugar para visitar en un fin de semana. Dos días alcanzan para conocer el pueblo, su historia, disfrutar de la playa, conocer las ruinas, deleitarse con el atardecer sobre el lago Epecuén y -lo más importante- descansar. Pero si eligen viajar a Carhué para pasar un fin de semana largo o varios días, existen varios lugares cercanos que vale la pena visitar.

GUATRACHÉ & LA COLONIA MENONITA

De no haber sido por el famoso virus, hubiésemos cruzado a La Pampa y visitado la localidad de Guatraché, a 150km de Carhué. Esta es célebre por la colonia menonita que existe cerca de ahí. De momento, las visitas a la colonia están suspendidas, pero pueden consultar la info actualizada a través de la página de turismo de Guatraché.

GUAMINÍ

A 59km de Carhué, Guaminí es uno de los tantos pueblos turísticos de Buenos Aires. Se ubica junto a la Laguna del Monte, que es su principal atractivo turístico y lugar de práctica de pesca, deportes acuáticos, y camping. Las vecinas lagunas Alsina y Cochicó también ofrecen lugares de camping y balnearios para disfrutar todo el año. Pueden consultar más información sobre qué hacer en Guaminí en su sitio web.

PIGÜÉ

72km al sur de Carhué, Pigüé es la puerta de entrada a las sierras del sistema de Ventania y acceso al Abra del Hinojo. Lleva años creciendo como destino turístico y poco a poco va ganando terreno. El ecoturismo es el protagonista en las sierras, pero la propuesta de Pigüé incluye también un creciente turismo gastronómico y religioso. Es una buena opción para parar un rato de camino a Sierra de la Ventana… lo que me lleva al siguiente punto en esta lista.

LA COMARCA SERRANA DE SIERRA DE LA VENTANA

Toda esta zona merece su propio post (que pueden leer en Villa Ventana y la Comarca Serrana). Es un viaje de hora y media desde Carhué, por la transitada ruta 33, pero vale la pena. Desde que visité las sierras hace unos años no pude esperar a volver y, estando tan cerca, aproveché a hacerlo desde Carhué. En un día pueden conocer el mirador del Casuhati, visitar el Parque Provincial Ernesto Tornquist, y pasar la tarde en la pintoresca Villa Ventana. Eso fue lo que hicimos nosotros, aunque nos dejó con ganas de volver para hacer el ascenso al Cerro Ventana (que lleva todo el día entre ida y vuelta). La realidad es que toda esta zona merece su propio viaje para poder conocerla bien, pero no deja de ser una buena escapada desde Carhué 😉

¿Ya conocés Carhué y Villa Epecuén? Si todavía no, ¡buen viaje! 🙂

Acá te dejo el mapa de referencia con todos los lugares, actividades, y pueblos mencionados en este post:

2 comentarios en “Visitando Carhué y las ruinas de Villa Epecuén”

  1. Justamente estaba buscando información sobre este lugar, dónde alojarse y recorridos. Quiero ir a hacer fotografía. Me encontré con esta página realmente muy bien provista de toda la información necesaria antes de viajar. Gracias por tu trabajo!!!!

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