Visitar Lisboa en invierno en 2 días

Viviendo en Berlin, mi plan favorito para sobrevivir a enero y febrero es escaparme al sur de Europa. Visitar Lisboa en invierno estaba en mis planes desde hacía rato, y mis vacaciones en Madeira fueron la excusa perfecta para antes hacer una parada en la capital portuguesa. En este post te cuento qué ver en Lisboa en 2 días en invierno y consejos para recorrer la ciudad.

Hay que entender a Lisboa

La mítica ciudad es una maravilla de colores, arte callejero, parques y comida. ¿Pero cómo llegó a ser así?Visitar Lisboa fue como entrar en un libro de Historia y viajar a los capítulos sobre los primeros viajes de los europeos a América. Todo es reminiscente de la era del descubrimiento y colonización.

Desde su fundación en el siglo VIII a.C., la ciudad fue siempre un importante enclave comercial, aprovechando su estratégica ubicación donde el río Tajo se encuentra con el Océano Atlántico. Con el tiempo, fue ocupada por diversas civilizaciones, incluidos los romanos, visigodos y moros, cada una dejando su huella en la ciudad.

Durante la Edad Media, bajo el dominio árabe, Lisboa floreció como un centro cultural y económico. Su bullicioso puerto era el principal centro de intercambio cultural en la región (y lo sigue siendo). Recién en 1147 fue conquistada por los cristianos, marcando el inicio de su rol como capital del emergente reino de Portugal. Desde Lisboa, el reino establecería conexiones comerciales con África, Asia y América. Fue durante la era del descubrimiento que la capital portuguesa se enriquecería como nunca. Esta riqueza, en algunos sitios persistente y en otros nada más un recuerdo, es palpable hasta el día de hoy.

En 1755, un devastador terremoto seguido de un incendio redujo gran parte de Lisboa a escombros. La ciudad fue reconstruida bajo la dirección del Marqués de Pombal, adoptando un diseño urbano más moderno y parte del trazado que aún persiste. Entre mediados de los siglos XVIII y XX, Lisboa vería un estancamiento y lento declive en su ostentoso crecimiento, en parte consecuencia de la inestabilidad política en las colonias portuguesas, Europa, y Portugal.

Pero en las últimas décadas Lisboa ha resurgido. Desde que Portugal retornó a la democracia, la ciudad ha ido experimentando un renacimiento cultural y económico que devino en un auge del turismo, y de los servicios financieros e industrias tecnológicas que paulatinamente fueron devolviéndole su esplendor a la ciudad.

casco historico de lisboa
Casco Histórico de Lisboa

Visitar Lisboa en invierno

El clima en Lisboa en invierno es ameno, aunque el Sol no necesariamente sea una constante. Los meses entre octubre y enero suelen ser aquellos con mayor probabilidad de precipitaciones. La estación seca es el verano, entre junio y agosto, pero también la más calurosa. Abril, mayo y septiembre se consideran los mejores meses cuando visitar Lisboa. Claro que estos meses también suelen tener mayor afluencia de turistas.

Clima en Lisboa
Temperaturas promedio en Lisboa en los últimos 20 años. Fuente de los datos: IPMA

Visitar Lisboa en invierno tiene sus ventajas: el turismo no es tan masivo, los precios de los alojamientos son más accesibles, y no sudarás tan fácilmente al subir esas empinadas calles 😉 Algunos eventos que suceden en Lisboa en invierno incluyen los carnavales del Barrio Alto, el Indie Lisboa (un festival internacional de cine alternativo) y la Feria del Libro de Lisboa, que tiene lugar al inicio de la primavera. No obstante, la mayoría de fiestas locales, celebraciones tradicionales, y eventos culturales masivos ocurren en verano.

En mi opinión, visitar Lisboa en invierno es ideal para ver la ciudad sin molestias, sin largas filas, y con mayor libertad. Visitar Lisboa en verano, por otro lado, es ideal para experimentar Lisboa desde las fiestas tradicionales de sus barrios y explorar mejor sus alrededores de gran belleza natural.

visitar Lisboa en invierno

Las diferentes Lisboas: ¿dónde alojarse en Lisboa?

Mi breve paso por la ciudad me permitió identificar cuatro zonas bien definidas en Lisboa: el Barrio Alto, el Barrio Bajo, la zona de Restelo/Belem y el distrito más moderno al noreste. Las primeras tres concentran la mayoría de sitios de interés y constituyen de las mejores zonas donde alojarse en Lisboa.

Así como en Quebec, Viña del Mar, y tantas otras ciudades del mundo, la distinción entre el Barrio Alto y el Barrio Bajo de Lisboa es justamente por la geografía. El casco antiguo se encuentra en el Barrio Bajo, y empinadas callecitas lo conectan con el Barrio Alto, con sus balcones naturales y vívidos parques con miradores. El casco histórico es la mejor opción donde alojarse en Lisboa: cerca de los principales rincones de la ciudad, bien comunicado con el resto de la capital, y con la mejor oferta cultural y gastronómica. En este enlace pueden consultar todas la opciones de alojamiento en el casco histórico de Lisboa.

La zona entre las estaciones de metro Rossio y Restauradores es ideal para hospedarse. Se llega a las calles principales del centro en cuestión de minutos a pie, hay variedad de hoteles y hospedajes de todo precio y categoría, y queda cómodamente ubicada entre los balcones del Barrio Alto. Durante mi paso por Lisboa me alojé en este hotel sobre la Rua das Portas de Santo Antão, a metros de marisquerías, bares, y los tranvías tradicionales al Barrio Alto.

Un poco más lejos del centro histórico, hacia el oeste, la zona de Restelo-Belem también se ofrece como una de las opciones atractivas donde alojarse al visitar Lisboa. Aquí estarás cerca de la Torre de Belem y del Monasterio de los Jerónimos, pero un tanto lejos del resto de la ciudad. Es cierto que el área es más tranquila que el centro, pero ten en cuenta los tiempos para desplazarte (unos 25-30 minutos en transporte público desde el centro).

Situación similar ocurre al noreste de Lisboa, en el barrio de Moscavide y los alrededores de la Estación de Oriente. Este moderno distrito concentra hoteles, el casino, el centro de convenciones, y un increíble acuario. Contrasta totalmente con la arquitectura tradicional y estética del resto de Lisboa. Es una buena opción para quien busque estar cerca del aeropuerto, pero también deberás considerar tiempo de desplazamiento hasta el centro de Lisboa (entre 20 y 30 minutos en transporte público dependiendo del momento del día).

En este mapa te indico dónde se encuentran todos estos barrios, así como también los principales puntos turísticos que visitar en Lisboa en invierno que mencionaré más adelante:

Itinerario para visitar Lisboa en 2 días

Primero vale aclarar que 2 días no alcanzan para realmente conocer Lisboa. Como nuestro paso por la ciudad no fue más que una «larga escala» de camino a Madeira, hay muchos sitios que ver en los alrededores de Lisboa que no visitamos en esta oportunidad. ¿Es una excusa para regresar? ¡Pues claro!

Si te interesa conocer más sobre los atractivos que visitar fuera de Lisboa, como Sintra o las playas, no dejes de consultar tours y otros blogs 🙂

Casco histórico y Barrio Bajo

Mi recomendación es comenzar por recorrer el Barrio Bajo, el casco histórico de Lisboa, en el primer día. Es lo que más tiempo lleva y, considerando que posiblemente te alojes en esa zona, es lo más conveniente. Hay múltiples opciones de free tours por el centro de Lisboa para explorar la historia y también los secretos de la capital portuguesa.

Desde el centro, el punto inicial de un recorrido por el Barrio Bajo es la Praça dos Restauradores con su elegante obelisco. Los alrededores son un vibrante entorno de oficinas, comercios, hoteles, y restaurantes que continúan hacia el sur, pasando por la Praça Rossio y extendiéndose por calles paralelas hasta llegar al río. Las principales calles comerciales y turísticas del Barrio Bajo son la Rua Garrett, la Rua Áurea, y la Rua Augusta. Esta última siendo un paseo peatonal con todo lo bueno y lo malo de ser la calle turística de la ciudad.

El Barrio Bajo concentra varios museos, galerías de arte, e iglesias que merecen una visita. No es difícil encontrar algo interesante que ver, aunque hay un punto en particular que se lleva todas las miradas: el Elevador de Santa Justa. Con su estructura metálica centenaria, el elevador de 45 metros conecta el Barrio Bajo con el barrio Chiado, parte del llamado Barrio Alto. Merece una visita también por la noche, cuando suele volverse escenario de artistas y músicos locales.

La postal más conocida de Lisboa es el Arco de la Rua Augusta, un monumental arco de triunfo que conecta la calle homónima con la Plaza del Comercio. Allí se asentó el Palacio Real de Lisboa por más de 200 años, se concentró la actividad comercial de la ciudad por siglos, y sirvió como la mejor y más importante entrada a Lisboa: embajadores, realeza extranjera, y personajes célebres ingresaban a Lisboa desembarcando en el estuario del río Tajo, justo donde culmina la plaza.

plaza del comercio, lisboa en invierno
Tip: no se pierdan de visitar la Plaza del Comercio por la noche

Barrio de Alfama

Desde la Plaza del Comercio, una caminata hacia el Este te conducirá hasta el Barrio Alfama. Es uno de los más típicos de Lisboa, repleto de iglesias y capillas, fachadas cubiertas de coloridos azulejos, y elegantes balcones y miradores sobre el Barrio Bajo. Los puntos de interés incluyen también la Catedral de Lisboa y el Castillo de San Jorge.

Aunque Alfama se encuentre realmente cerca del centro de Lisboa, es un barrio peculiar. Recuerda a un pequeño pueblo con su estructura de calles angostas y tranquilas, donde la vida social pareciera transcurrir en las veredas, puertas afuera. Pero su historia oculta turbulentas batallas, conquistas y reconquistas.

Alfama fue ocupada por los musulmanes entre los siglos VIII y XII. Posteriormente, tras la conquista de Lisboa por el Rey Alfonso I, se construyeron las primeras iglesias de San Miguel y San Esteban. En la Alfama medieval convivieron cristianos, judíos y musulmanes. La vida en el barrio estuvo marcada por la actividad pesquera durante siglos, pero su principal protagonista no eran ni las iglesias, ni los pescadores, sino las aguas termales originadas en manantiales justo debajo del barrio que le dan nombre al mismo (Alfama deriva de la palabra árabe al-hamma, que significa baños o fuentes).

barrio de Alfama, Lisboa
Barrio de Alfama visto desde el Barrio Alto

Norte de Lisboa

La línea roja del metro de Lisboa te conducirá hacia el norte para terminar el primer día recorriendo la parte más moderna de la ciudad. El barrio de Moscavide y el adyacente Parque de las Naciones muestran una cara de Lisboa que está muy lejos de los techos de teja roja y fachadas revestidas en azulejos. Aquí, modernas torres de apartamentos, hoteles, casinos, y centros comerciales son los protagonistas.

Aunque una de las propuestas turísticas más interesantes de esta área sea el teleférico con vistas al estuario del Río Tajo y al Puente Vasco da Gama, la razón por la que incluí esta zona de Lisboa en el itinerario es otra: el Oceanário. Se trata de un inmenso acuario con varios sectores que exponen ejemplares autóctonos de las aguas portuguesas. Y aunque Portugal sea un país chiquito (con una superficie de apenas 92.152 km²), su área marítima es más de 18 veces más grande (comprendiendo 1,727.408 km² gracias a las aguas que rodean a las islas de Portugal en el Océano Atlántico). El mar es una parte central de la historia portuguesa, tanto antigua como moderna, y los portugueses se aseguran de que lo sepas. Pero más allá de «presumir» de su extensa área marítima, el Oceanário busca educar, concientizar, y entretener a los visitantes de todas las edades.

que ver en lisboa en invierno
Escultura en el Parque de las Naciones

Barrio de Restelo y Belém

El segundo día en Lisboa inició dirigiéndonos al oeste, en el tranvía 15E. Comenzamos el recorrido por Restelo en la Torre de Belém. Esta es una de las principales atracciones que ver en Lisboa. Se trata de una antigua torre, parte de la ya inexistente muralla de la ciudad, que servía como suerte de «aduana» por donde pasaba la mercadería que llegaba a Lisboa desde el mar. Hoy constituye uno de los edificios históricos más importantes que ver en Lisboa, y se puede visitar para aprender más sobre la actividad mercantil entre Portugal y el resto del mundo desde la era medieval hasta la conquista de América.

torre de belem, lisboa
Torre de Belém

El camino en dirección al Este, bordeando el río y la avenida Brasilia, te conducirá hasta otro de los puntos más interesantes de esta zona de Lisboa: el Monumento a los Descubrimientos. Un monumental homenaje a los exploradores de la era del descubrimiento, donde pasarás un buen rato examinando cada detalle en los rostros, expresiones, y gestos de las figuras que lo componen.

Al otro lado de la avenida se encuentra el Jardín de la Plaza del Imperio de Portugal. Se trata de una plaza adornada por flores, árboles, fuentes y piletas con peces y aves, escoltada por el Centro Cultural de Belém (un amplio espacio construido en los años ’80, con galerías de exposiciones donde se celebran conciertos, óperas y más espectáculos) y el imponente edificio del Monasterio de los Jerónimos de Belém.

El monasterio es el más importante exponente de arquitectura gótica en Lisboa. La iglesia se puede visitar de manera gratuita, pero también vale la pena ingresar al monasterio en sí. En su interior alberga un museo marítimo y un museo arqueológico.

Tras visitar el monasterio, una breve caminata nos condujo al Jardín Botánico Tropical. Este es un rincón poco frecuentado por los turistas que abarrotan el cercano monasterio y la Rua de Belém en búsqueda de los tradicionales «pasteles de Belém» (la versión original del famoso pastel de nata que venden en cada cafetería portuguesa). Un oasis de tranquilidad en el afluente barrio.

Originalmente, el jardín botánico fue concebido como un centro de botánica pero también de fusión de culturas; un espacio donde se compartía y difundía la agricultura colonial y el estudio de las especias tropicales de Sudamérica y África. Hoy se puede recorrer el jardín por unas monedas, explorar los antiguos invernaderos, pasear entre los pavos reales que lo copan todo, y presenciar algunas de las más exóticas especies de plantas traídas desde los más recónditos rincones del imperio portugués.

jardin botanico tropical de lisboa
Jardín Botánico Tropical

Paseo en barco y Lx Factory

Desde la Estación Fluvial de Belém se puede tomar el ferry al otro lado del río Tajo. Dependiendo del día de la semana y el momento del día, hay frecuencias de ferry cada 1 ó 2 horas. Estos ferries forman parte del sistema de transporte público de Lisboa, por lo que podrían tomarlos si hubieran comprado el boleto de 24 horas (EUR 9) que cubre todos los medios de transporte (buses, tranvías, metro, trenes, y ferries). Desde el ferry podrás ver el Puente 25 de Abril y la estatua del Cristo Redentor de cerca, dos íconos de Lisboa, sin necesidad de pagar un costoso paseo turístico.

De regreso al centro, vale la pena hacer una parada en Lx Factory. Este histórico complejo industrial justo debajo del Puente 25 de Abril alberga variedad de espacios artísticos, tiendas de diseño, bares y restaurantes con una oferta que da la vuelta al mundo: desde empanadas argentinas hasta ramen japonés. Es el típico espacio industrial que pasó a mejor vida para convertirse en el lugar de onda de una gran ciudad. De noche se vuelve una fiesta.

Factory Lisboa
Una de las calles en Lx Factory

Cais do Sodré y la noche de Lisboa

Cais do Sodré es uno de los centros de transbordo donde el metro, los tranvías, los buses y los ferries se encuentran en la ciudad vieja de Lisboa. En este punto de nuestro itinerario por Lisboa en invierno nos encontramos de nuevo cerca de donde comenzamos. Inevitablemente pasarás por esta ajetreada zona de la ciudad y, afortunadamente, también hay cosas que ver aquí.

Podrías tomar el ferry entre la Estación Fluvial Cais do Sodré y Cacilhas para también apreciar la vista de la ciudad vieja desde el río. Al atardecer, esto te permite tener una perspectiva de cómo miles de lisbonenses viajan entre ambas orillas del Tajo para volver del trabajo, con el agregado de deleitarte con una de las mejores postales de la ciudad (de nuevo, sin pagar lo que cuesta un paseo en bote para turistas).

Pero en los alrededores de Cais do Sodré hay un par de rincones que no te puedes perder, y todo en la zona gira alrededor de la comida y los tragos. El primero es el Mercado da Riberia, un antiguo mercado devenido en polo gastronómico gourmet con precios accesibles. El segundo es el Jardim Dom Luis, una pequeña plaza alrededor de la cual se ubican pequeños bares y lugares donde comer al paso. Finalmente, la Pink Street, un paseo peatonal cubierto de coloridos paraguas que se vuelve una fiesta cuando por la noche los bares ocupan la calle.

Pink Street Lisboa
Pink Street

Miradores y tranvías del Barrio Alto

Aunque seguramente te muevas constantemente entre el Barrio Bajo y el Barrio Alto, ya sea con elevadores, tranvías, o caminando, mi recomendación para despedirte de tu segundo día en Lisboa es subir al Mirador de San Pedro de Alcántara (o, por qué no, a algún otro) para tener una de las mejores vistas nocturnas de Lisboa.

Primero, viniendo desde Cais do Sodré, debo recomendar que tomes un desvío hasta la Green Street. Esta calle bordeada por bares tradicionales y envuelta en un agradable ambiente donde se da el balance entre fiesta y tranquilidad, recibe su nombre por las plantas que la adornan.

green street, lisboa
Green Street

Después de un trago en cualquiera de sus bares, continúa caminando en subida por las callecitas del Barrio Alto hasta la Rua da Misericordia. Esta misma te conducirá hasta el Mirador de San Pedro de Alcántara que, de noche, está ocupado por músicos, grupos de amigos, fotógrafos aficionados, y tanto turistas como residentes enamorados de las vistas de la ciudad.

Junto al mirador se encuentra la parada del Funicular de Gloria, quizá el más fotogénico y querido tranvía de Lisboa. De noche, la callecita por la que escurre tiene un «no se qué» que, quizá por las luces tenues y cálidas, la estética «vintage» del funicular, lo desgastado de los azulejos de las fachadas, o el brillo del empedrado hace que te enamores de la Lisboa nocturna. Los otros funiculares famosos, también cerca de ahí, son el Elevador do Lavra y el Elevador da Bica. El primero conduce a una de las partes más lindas del Barrio Alto y también lo recomiendo 😉

Funicular de Gloria
Funicular de Gloria

Consejos para visitar Lisboa

Independientemente de si vayas a visitar Lisboa en invierno o no, estos consejos podrían serte útiles a la hora de viajar a la capital de Portugal:

  • Considera comprar el billete de 24 horas para viajar en transporte público. Este billete permite realizar un número ilimitado de viajes de la red de Carris, del Metro y de los trenes urbanos de Lisboa, además de los trenes a Sintra/Zambuja, Cascais y Sado (gestionados por Comboios de Portugal), durante un día. Tiene un costo de EUR 9 por persona.
  • Viaja en alguno de los tranvías históricos. Puede ser alguno de los tranvías de la red de transporte público (línea 12 o 28) o alguno de los funiculares (estos no están incluidos en el billete de transporte y cuestan unos EUR 3). Son un auténtico viaje en el tiempo y es una locura ver las maniobras que deben hacer los conductores.
  • No te distraigas mucho en la Rua Augusta: particularmente de noche, la zona no es de las más seguras para los turistas. Frecuentemente se reporta la presencia de carteristas y estafadores.
  • Evita los taxis. Ya sea para viajar desde el aeropuerto a la ciudad o para desplazarte entre barrios, el sistema de transporte público en Lisboa es más eficiente de lo que parece a primera vista. Las distancias no son largas, pero la geografía de la ciudad hace que conducir no necesariamente sea la opción más rápida y económica.
  • Asegúrate de llevar buen calzado. Las calles empedradas y empinadas le dan un aire único a Lisboa, pero también se harán sentir. Este consejo parece tanto, pero no me creerías la cantidad de personas en calzado estético pero inútil me crucé en la ciudad. Empaca tu calzado más cómodo. Me lo agradecerás.
  • Chequea los horarios de los ferries. Si siguieses mi consejo de viajar en los ferries de la ciudad para evitar los paseos turísticos en barco, asegúrate de consultar los horarios y frecuencias de los mismos el día anterior para planificar tu recorrido de la mejor manera. Algunos ferries circulan cada 2 ó 3 horas, dependiendo del momento del día.
  • Propinas. En línea con muchos países de Europa occidental, Portugal no solía tener una cultura de propinas prominente. Sin embargo, con la floreciente industria del turismo, la cultura en torno a las propinas ha cambiado. Hoy en día, es común dejar entre 5% y 10% en propinas por un buen servicio, aunque no obligatorio.
  • Considera comprar la Lisboa Card. Podría convenirte comprar la tarjeta turística para ahorrar dinero en entradas a museos y sitios de interés. La tarjeta incluye entrada gratuita a la Torre de Belem, Monasterio de los Jerónimos y el Ascensor de Santa Justa, entre otros.

¡Buen viaje a Lisboa en invierno! O cuando sea 😉

4 comentarios en “Visitar Lisboa en invierno en 2 días”

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