3 días de invierno en Montreal

Montreal fue la última ciudad que visitamos en nuestro viaje a Canadá en invierno. Toronto nos había dado la bienvenida al país con días soleados y una temperatura no tan baja (para los estándares canadienses). La ciudad de Quebec nos dio nieve, sol, y mucho frío (llegamos a estar a -22°C en las cascadas de Montgomery). Fue Montreal, sin embargo, la ciudad más fría que visitamos, y es que esta ciudad tiene uno de los climas más variables de Canadá. En verano, la temperatura es 50°C mayor que en invierno y, además, está en una región normalmente ventosa y húmeda. Pero no dejes que el clima te detenga: visitar Montreal vale la pena y acá te cuento por qué.

ÍNDICE:
Día 1: Mont-Royal & Le Plateau Mont-Royal
Día 2: Vieux Montréal, Vieux Port, Quartier Chinois, Quartier Latin, Le Village
Día 3: Parc Jean-Drapeau
Qué más ver en Montreal
Consejos para viajar a Montreal
¿Por qué en Montreal se habla francés?

DIA 1: MONTREAL DESDE EL MONT-ROYAL

Llegamos a Montreal en tren desde Quebec un viernes cerca del mediodía. Nuestro hostel quedaba a pocos minutos del Mont-Royal y a pasos del barrio Mille Carré Doré, uno de los más lindos de la ciudad.

El barrio es zona de bares, restaurantes, hoteles, centros comerciales y tiendas de todo tipo. Además, alberga el campus de la Universidad de McGill. Está al pie del Mont-Royal, el parque urbano más grande de la ciudad, en la colina que le da nombre a la ciudad. La Rue de la Montagne conduce a una de las entradas al parque, pasando por elegantes tiendas y bares para todos los gustos (ubicados en las calles Crescent, Drummond, de la Montagne, y Sainte-Catherine -la principal-, principalmente).

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Rue Crescent

MONT-ROYAL

Un sub-barrio de lujosas mansiones hace de «buffer» entre los modernos edificios del centro y el inmenso parque. Por una calle lateral se accede al camino de tierra y escaleras que conduce a Le Chalet Mont-Royal, la famosa terraza panorámica desde donde se obtiene la postal típica de Montreal.

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En el Chalet no falta la tienda de souvenirs de toda atracción turística, ni tampoco una cafetería donde no dudamos en tomar un chocolate caliente. Para nuestra sorpresa, había bastante gente… Fue bueno saber que no éramos los únicos locos que piensan en viajar a Canadá en invierno.

El parque es enorme y hay muchos rincones para descubrir. Fue de los lugares que más disfruté en la ciudad y, en mi opinión, uno de esos lugares que sí o sí hay que ver en Montreal. En nuestro camino hacia Le Plateu Mont-Royal (otro barrio típico) pasamos por la famosa cruz del monte o, como le dicen por allá: la croix.

Al igual que las ardillas -que estaban en todos lados- los montrealeses no se dejan detener por la temperatura de -25°C. A cada rato pasaba junto a nosotros alguna pareja trotando, chicos en esquíes, y hasta patinadores. Visitar el Mont-Royal fue un excelente primer acercamiento a Montreal y su gente 🙂

LE PLATEAU MONT-ROYAL

Le Plateau no es el barrio más lindo de Montreal, pero sí uno de los más célebres. Originalmente fue un barrio de clase obrera pero hoy es un lugar repleto de cafeterías, tiendas de libros y de ropa, mezcladas con tiendas de segunda mano y restaurantes de comida rápida de todas partes del mundo. Lo que más me gustó fue el street-art en cada muro.

Al caer la noche, y con la temperatura poniéndonos a prueba, decidimos tomar ahí el metro de regreso al hostel para dar fin a nuestro primer día en Montreal. El sistema de metro es excelente para moverse entre todos los puntos que hay que ver en Montreal. Te cuento más sobre eso y el transporte público en Montreal en mi Presupuesto para viajar a Canadá y cómo ahorrar.

DIA 2: MONTREAL MULTIFACÉTICA

En nuestro segundo día en Montreal, la ciudad nos recibió con nubes y viento, aunque con menos frío que el día anterior. Comenzamos a unos cómodos -18°C, y la temperatura iría en ascenso a lo largo de la jornada.

Atravesamos el centro a pie, por el Boulevard René-Lévesque, pasando frente a la Catedral Marie Reine du Monde doblando luego frente al edificio de la OACI hasta llegar a Square Victoria. En el camino vimos parte del CBD (Central Business District) de Montreal. Es una mezcla de edificios modernos y lo que entre las décadas de 1960 y 1980 se consideraba moderno, con amplias avenidas y construcciones por doquier.

VIEUX MONTREAL

Desde Square Victoria nos adentramos en el Vieux Montreal, el casco histórico de una ciudad con mucha historia (que pueden leer al final de este post). Las principales calles para recorrer son la Rue Saint Paul y la Rue Notre-Dame. Esta última conduce a la Place d’Armes, plaza alrededor de la cual se encuentran los bancos más importantes de la ciudad, además de la mundialmente famosa Basílica de Notre-Dame de Montreal.

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Rue Saint-Paul

La Basilique Notre-Dame de Montréal se terminó a principios del siglo XIX y es una de las más reconocidas del mundo. Al entrar, uno entiende por qué. El ingreso fuera del horario de misa cuesta CAD 6,00 por persona e incluye una visita guiada (en inglés o en francés, obviamente). La visita dura poco más de media hora y es realmente interesante. Fun fact: en esta basílica contrajo matrimonio la diosa canadiense Céline Dion.

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Altar de la Basìlica

Nuestro recorrido continuó por Rue Saint Paul camino al Vieux Port, el viejo puerto de Montreal y parada obligada en cualquier visita a la ciudad. La calle nos recordó mucho al casco histórico de la ciudad de Quebec, con la clásica arquitectura colonial francesa, las tiendas de souvenirs y restaurantes de todo tipo. Llegamos así a la Place Jacques-Cartier, la más icónica de Montreal.

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Plaza Jacques Cartier

Esta plaza está rodeada por tiendas y el palacio que funciona de Ayuntamiento. En su centro se encuentra la Columna de Nelson (homóloga de la londinense), que honra a un almirante británico. Quizás lo que mejor defina la esencia de Montreal es este monumento del imperio británico en medio de una plaza nombrada en honor al explorador que clamó esas tierras para Francia.

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Ayuntamiento

EL VIEJO PUERTO DE MONTREAL

La plaza marca la entrada al viejo puerto de Montreal. La costanera está enmarcada por un conjunto de parques que -suponemos- en verano debe ser uno de los espacios verdes más lindos de la ciudad, con el Río San Lorenzo al lado.

Sobre el río hay un conjunto de muelles de acceso público donde en cada estación hay algo distinto para hacer. En invierno, este es el lugar donde se celebra el festival de música electrónica más famoso de Norteamérica: Igloofest. Si buscan qué hacer en Montreal en invierno, ese festival aparecerá en todas las listas.

En los muelles también se encuentra el Centro de Ciencias de Montreal, un parque infantil, y la Grande Roue de Montréal. Esta última es una gigantesca rueda giratoria sobre el Río San Lorenzo, que recuerda al London Eye. Otras atracciones del puerto son el campanario de la ciudad (la Tour de l’Horloge) y el Marché Bonsecours, un centro comercial elegante con boutiques de moda, galerías de arte, y restaurantes.

EL BARRIO CHINO DE MONTREAL

Como en toda gran ciudad del mundo, no podía faltar el Barrio Chino, el Chinatown, el Quartier Chinois. Este distrito está a 10 minutos a pie del viejo puerto y comprende un par de calles flanqueadas por las típicas tiendas de cualquier Barrio Chino. No falta la comida asiática (aunque en las grandes ciudades canadienses pareciera haber más locales de comida asiática que norteamericana) ni los espacios públicos de meditación.

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QUARTIER DES SPECTACLES

El Barrio Chino es diminuto, y pronto nos condujo al Quartier des Spectacles, o Barrio de los Espectáculos. Almorzamos comida vietnamita en el Complexe Desjardins, un gran centro comercial que se conecta con la RÉSO (la ciudad subterránea, análoga al PATH de Toronto). Esta red subterránea conecta el metro de Montreal con más de 1600 tiendas, servicios, y edificios públicos.

Fuera de este mall está la Place des Arts, o Plaza de las Artes, que aloja al edificio de la Ópera de Montreal. La escena artística es enorme en la ciudad y este barrio lo demuestra. Está lleno de teatros y museos de todo tipo. En varias formas, es parecido al Entertainment District que vimos en Toronto.

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Ciudad subterránea de Montreal | Fuente: Wikimedia Commons

QUARTIER LATIN

La Rue Sainte-Catherine nos llevó rumbo noreste hasta el Quartier Latin. Este barrio, que no tiene nada que ver con la comunidad latina como Karen y yo imaginábamos, está inspirado en el barrio homónimo de la capital francesa. El barrio parisino es conocido por principalmente a su vida universitaria, y también a la diversa oferta gastronómica. Es por esos motivos que este barrio de Montreal recibe el mismo nombre.

El Quartier Latin alberga los campuses de dos universidades importantes: UQAM, la Universidad de Montreal, y varias escuelas politécnicas. La Rue Saint-Denis aglomera todo tipo de bares, locales de entretenimiento para adultos, tiendas de comics, restaurantes de comida rápida (de todas partes del mundo), cines, y las infaltables cervecerías en cualquier barrio universitario.

El barrio es, definitivamente, uno de los lugares más interesantes y entretenidos que ver en Montreal.

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LE VILLAGE: EL BARRIO GAY DE MONTREAL

Al caer la noche nos dirigimos a Le Village, justo al lado del Quartier Latin. En este barrio de Montreal, la Rue Sainte-Catherine aparece decorada con las banderas que representan a la comunidad LGBT+. Este es el denominado barrio gay de Montreal.

El barrio se inspiró en la historia del East Village de Nueva York y se convirtió en un punto de interés para la comunidad LGBT+, que empezó a instalar sus negocios en esa parte de la ciudad. Esto ocurrió en la década de 1980. Previo a eso, la comunidad LGBT+ en Montreal se veía expuesta a ataques y hasta represión policial en los establecimientos de dicha comunidad, situaciones que influyeron en que muchos miembros se desplazaran a esta zona (hasta entonces muy pobre) de la ciudad.

Hoy es un lugar colorido, lleno de bares y boliches para todos los gustos, y otro de los lugares que ver en Montreal sin importar la época del año. Cada verano, el barrio aloja Fierté Montréal (uno de los Festivales del Orgullo más importantes del mundo), y también el Festival Internacional de Artes de Montreal.

DÍA 3: PARC JEAN-DRAPEU & FIESTA DE LA NIEVE DE MONTREAL

Nuestro último día en Montreal dormimos hasta tarde y luego tomamos el metro hasta el Parc Jean-Drapeau, donde cada invierno se celebra la Fête des Neiges (la Fiesta de la Nieve). Este evento anual dura varios fines de semana y coincide con los festivales del carnaval de invierno en la provincia de Quebec.

La fiesta es un evento familiar, que se puede visitar sin ningún costo. Una vez ahí, se puede comprar el ticket para participar de los eventos: arquería, lanzamiento de hacha, toboganes de hielo, y toda clase de actividades para disfrutar en la nieve. Hay música en vivo, fogones, food-trucks, y el infaltable jarabe de arce. El carnaval de invierno y las fiestas son uno de los motivos que atraen a los viajeros que piensan en viajar a Canadá en invierno.

El Parc Jean-Drapeu ocupa dos islas en el Río San Lorenzo y alberga un parque de diversiones («La Ronde«), el Casino de Montreal, un fuerte («Fort de l’Île Sainte-Hélène«), un autódromo, un espacio donde regularmente organizan conciertos de todo tipo, un centro acuático y hasta una playa (que, obviamente, no vimos). El edificio más reconocido del parque es La Biosphère de Montreal, un museo dedicado a la Ecología.

La visita al museo vale la pena y no lleva mucho tiempo. Los estudiantes universitarios tenemos descuento en la entrada, presentando alguna identificación (como la tarjeta ISIC, por ejemplo). El museo se enfoca en las energías renovables y cómo Canadá las aprovecha, pero también tiene un sector dedicado a las ciencias de la vida. Todo es interactivo y está pensado tanto para chicos como para grandes. Esto es algo que vimos en varios museos durante este viaje: especialmente en todo lo que es Ciencia, la participación de los niños suele ser el eje central. Hay talleres de laboratorio para los más pequeños y toda clase de actividades. Incluso se puede optar por tomar un tour por el bosque junto a un biólogo.

En invierno, el parque se puede visitar en medio día. En verano, creo yo, que merece un día entero. Además las vistas de Montreal desde ese lado del río son excelentes.

MÁS LUGARES QUE VER EN MONTREAL

Nuestra última tarde la dedicamos a seguir paseando por La Mille Carré Doré, pero hay dos lugares que aparecen en todas las listas de cosas que ver y hacer en Montreal a las que no fuimos por falta de tiempo:

  • El Estadio Olímpico de Montreal. Fue el eje central de los Juegos Olímpicos de 1976 y está en el lado noreste de la ciudad. Es un ícono de la ciudad, aunque no necesariamente por los mejores motivos: el desorbitante costo de su construcción prácticamente arruinó a Montreal por 4 décadas.
  • La Basílica de San José. Oficialmente Oratoire Saint-Joseph du Mont-Royal, es una gigantesca basílica en el extremo Oeste del Mont-Royal.
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Postal estival de la basílica | Fuente: Wikimedia Commons

Montreal es una ciudad que es fácil de recorrer. Hay mucho que hacer y que ver en Montreal, todo el año, y existe la posibilidad de contratar excursiones (varias incluso en español) para conocer todo lo que la Canadá francesa tiene para ofrecer.

CONSEJOS PARA VIAJAR A MONTREAL

Montreal es una ciudad con una historia híper interesante y que se refleja en cada barrio. De las tres ciudades canadienses que conocí en este viaje, fue mi favorita. Estéticamente es más linda que Toronto; incluso la costa está mejor aprovechada y pareciera haber muchos más espacios verdes (aunque los hayamos visto todos blancos). En cuanto a la cantidad de cosas para ver y hacer, Montreal supera con creces a Quebec. Pero no me malinterpretes, las tres ciudades son parecidas y diferentes entre sí, y cada una tiene su personalidad.

3 días alcanzan para todo lo que hay que ver en Montreal en invierno. En otra estación, yo sugeriría pasar al menos 4 días en Montreal, porque se puede pasar más tiempo en el exterior (y la ciudad tiene muchos parques y espacios para disfrutar al aire libre).

En cuanto al seguro de viaje, Canadá puede exigirlo para entrar al país como turista. No siempre es el caso, pero mejor prevenir que lamentar. En este enlace podés cotizar un seguro de viajes para viajar a Canadá con 5% de descuento 😉

Visitar Montreal en invierno fue toda una experiencia. La estación es dura y no es para cualquiera, pero te invito a leer mi Guía para viajar a Canadá en invierno para que decidas por vos misma/o. Y si te di ganas de viajar a Montreal, no dejes de leer Cómo ahorrar en Canadá.

Te dejo con un poquito de la historia de Montreal, que me parece súper interesante 🙂

¿POR QUÉ EN MONTREAL SE HABLA FRANCÉS?

La ciudad está en una gran isla (la Isla de Montreal) junto al Río San Lorenzo. Antes de la llegada de los europeos, la isla estaba poblada por iroqueses. En 1535, el navegante Jacques Cartier explora la isla, pero no fue hasta 1642 que se fundó la aldea de Ville Marie de Montréal. Los misioneros cristianos, dirigidos por Paul Chomedey de Maisonneuve,  construyeron un fuerte, clavaron una cruz, y la historia continuó muy similar al resto de las ciudades coloniales en América.

La ciudad resistió los ataques iroqueses por muchos años y creció como centro de comercio, convirtiéndose en una de las ciudades más importantes de Nueva Francia. El desencadenamiento de la Guerra franco-india (1754-1763) llevó a que los británicos ocuparan Montreal. Este fue uno de los conflictos bélicos más grandes del que formaron parte los británicos en Norteamérica, donde combatieron tanto a los franceses como a los nativos americanos. La Guerra concluyó con la firma del Tratado de París de 1763, por el cual los territorios franceses en Canadá (y otras partes del mundo) pasaron al mando británico.

Durante los siguientes 100 años, la ciudad empezó a recibir inmigrantes de Escocia, Irlanda, e Inglaterra, convirtiéndose en uno de los centros de comercio más grandes y desarrollados de Norteamérica. Para mediados del siglo XIX, Montreal se había convertido en la capital económica de Canadá. Esto continuó atrayendo a una enorme cantidad de inmigrantes, esta vez predominantemente franceses, que duplicaron la población de la ciudad en poco más de 10 años, llegando a 100.000 habitantes para la década de 1870.

EL MOVIMIENTO SEPARATISTA QUEBEQUÉS

Cien años después, con un millón de habitantes llamándola hogar, Montreal se convirtió en el centro del movimiento nacionalista de Quebec. La intención de separarse de Canadá y conformar una nación de herencia predominantemente francesa devino en una gran tensión cultural e incluso terrorismo. La década de 1970 significó el inicio del declive de la ciudad más próspera de Canadá, cuando la ciudad cayó en el «nacionalismo» extremo, incluso llegando a limitarse el uso de cualquier idioma que no fuera el francés en el ámbito político, económico, y hasta en los medios de comunicación. Fue así como muchas empresas e inversionistas se alejaron de Montreal para instalarse en Toronto, y la inmigración disminuyó drásticamente.

En conjunto con la tensión cultural, los Juegos Olímpicos de 1976 endeudaron enormemente a la ciudad (deuda que no se terminó de pagar hasta 40 años más tarde), contribuyendo a la iniciada decadencia de Montreal.

MONTREAL HOY

Montreal todavía no se ha recuperado del todo, pero parece estar encaminada. A primera vista, es como si la ciudad hubiese logrado mantener sus raíces francesas y aún así lograr integrarse con el resto de Canadá. El uso del inglés está más difundido que en la ciudad de Quebec, aunque los carteles en las calles o altavoces en el metro están únicamente en francés. Si bien aun suele haber choques entre los sectores más liberales y los más conservadores (como en todo el mundo), la ciudad ha logrado avanzar.

Hoy alberga a dos de las universidades más prestigiosas de Norteamérica: McGill y la Université de Montréal (Montreal tiene la población universitaria per cápita más grande de ese continente). El aspecto bi-cultural de la ciudad la convirtió en el tercer centro turístico más importante del país, y también es anfitriona de más de 40 festivales anuales (como el Festival Internacional de Cine de Montreal o la IglooFest). Es la sede de importantes empresas y organizaciones internacionales (incluida la OACI) y el segundo centro económico francoparlante del mundo, después de París. Finalmente, sus políticas frente a la inmigración (laxas en comparación con otras regiones de Canadá) y la diversidad (tanto sexual como cultural), sumado al costo de vida (bajo en comparación con ciudades similares del Primer Mundo) la posicionan cada año dentro del Top 10 de mejores ciudades para vivir.

Entender esta parte de la historia de Montreal sirve no solo para responder a la pregunta ¿por qué en Montreal se habla francés? sino para ver y entender mejor esta gran ciudad.

HASTA LA PRÓXIMA, MONTREAL ♥

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