Guía para visitar Praga en un fin de semana

Viajar a Praga había estado en mi lista desde que me mudé a Berlín. La capital de la República Checa está a tan solo 4 horas en tren de la capital alemana, y me había cansado de escuchar que «Praga es una de las ciudades más lindas del mundo». Así que el verano pasado decidimos escaparnos por 3 días y 2 noches y visitar Praga por libre. En este post te cuento qué ver y qué hacer en Praga sin gastar de más 😉

Cuándo viajar a Praga

¿Cuál es la mejor época para viajar a Praga? Yo diría que el otoño o la primavera, aunque he visto fotos de Praga en invierno y debo admitir que me dan ganas de ir. Yo la visité en verano y, aunque la disfruté, yo no estoy hecho para caminar al sol, con 38°C, en una ciudad donde todo es piedra, refracta el calor y te rostiza al pasar. Claro que tuve la mala suerte de caer durante una ola de calor… Pero «lo dejo a tu criterio» diría una filósofa argentina.

cuando viajar a praga: clima
Temperaturas máximas y mínimas promedio en Praga | Fuente: weatherchannel.com

En cuanto a las precipitaciones, puede nevar entre noviembre y marzo. La época con más lluvias se da en verano, entre mayo y agosto. Claro que hay una ventaja indiscutible de visitar Praga en verano: los días son muy largos y se aprovechan al máximo 😉

Cómo llegar a Praga: tren vs. avión

La estación central, Praha hlavní nádraží, está ubicada en pleno centro histórico de Praga. Viajar a la ciudad en tren me parece la mejor opción, y la más cómoda, si vienes alguna otra ciudad europea cercana. Praga tiene buenas frecuencias de trenes que la conectan con el resto de la República Checa pero también con las principales ciudades del centro de Europa: Hamburgo, Berlin, Dresde, Munich, Viena, Linz, Budapest, Bratislava, Varsovia, entre otras.

Si optas por volar, ir del aeropuerto de Praga al centro es simple y barato. El Aeropuerto Internacional de Praga queda a 18km del centro histórico, donde seguramente te alojes. Existen varias formas de llegar al centro desde el aeropuerto:

  • Con el bus Airport Express: es un servicio directo al centro, sin paradas. Te dejará justo en la estación central de trenes. El trayecto cuesta poco más de EUR 4,00 por persona.
  • Con buses de línea: los buses locales 100 y 119 te acercarán hasta la red de metro, desde donde podrás continuar camino al centro. La línea 119 conecta con la línea A del metro de Praga (estación Nádraží Veleslavín) mientras que la línea 100 conecta con la línea B del metro (estación Zlicin). Esta forma de llegar al centro de Praga desde el aeropuerto cuesta menos de EUR 2,00 por persona, pero demora el doble que el bus express.
  • También puedes tomar un taxi, Uber, o contratar un tránsfer privado en el aeropuerto de Praga.

Cómo moverse por Praga

Realmente, Praga es una de las ciudades donde más fácil me resultó moverme a pie. Porque es pequeña, los principales lugares de interés están cerca entre sí, y cada lugar parece más lindo que el anterior.

La clave está en la ubicación. Si te alojas en el centro histórico o en el barrio de Malá Strana, realmente no será necesario que andes tomando el transporte público. Si lo necesitases, el billete básico cuesta el equivalente a EUR 1,20 para el boleto de 30 minutos.

Debes saber que el sistema de transporte público en Praga es integrado. Esto quiere decir que sus diferentes medios de transporte usan el mismo billete (Buses, metro, tranvías, y ferries). El valor del billete depende del tiempo de uso, no de la distancia que vayas a recorrer. El billete de 24 horas, por ejemplo, cuesta unos EUR 5,00. Pueden consultar más información sobre las distintas tarifas del transporte público en Praga a través de esta página web.

como moverse por praga

Dónde alojarse en Praga

Praga no es una ciudad cara, al menos si se la compara con las principales capitales europeas. Además, el uso de la Corona Checa en vez del Euro hace que, al cambio, convenga. Se pueden conseguir hoteles prolijos, sin lujos ni nada, con excelente ubicación en el centro histórico, por menos de EUR 60 la noche si reservan con anticipación. Pueden consultar toda la oferta de alojamiento en Praga a través de este link.

La mejor zona donde hospedarse en Praga es en los alrededores de la Plaza de la Ciudad Vieja, la zona al sur de esta (un poco más barato), y el barrio de Malá Strana (al lado occidental del río Moldava). Estas tres zonas, junto con el barrio judío al norte de la ciudad vieja, concentran la mayoría de atractivos turísticos que ver en Praga. Alojarse en cualquiera de estas zonas significará llegar fácilmente a pie a cualquier lado.

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Bares y restaurantes: cuánto cuesta comer en Praga

Salir a comer e ir de copas en Praga no es caro. A lo largo y a lo ancho de la ciudad vieja y de Malá Strana se encuentran todo tipo de restaurantes y bares.

Una cena con plato principal y postre en un restaurante puede costar entre 14 y 20 euros por persona. Los tragos en los bares de Praga también resultan más baratos si los comparamos con Europa Occidental, rondando entre los 5 y 8 euros. ¿Y cuánto cuesta una pinta de cerveza en Praga? ¡La tradicional Pilsner checa cuesta menos de EUR 2!

No tengo recomendaciones específicas de restaurantes, aunque hemos cenado un plato tradicional de la República Checa en el restaurante Puskin, en la ciudad vieja, que fue una maravilla (no apto vegetarianos).

En cuanto a bares, no puedo no recomendarles el Black Angel´s. Queda justo frente al famoso reloj astronómico y es, sin dudas, uno de los mejores bares de Praga. No está permitido tomar fotografías adentro, así que no me queda otra opción que dejarles su sitio web. Los precios son más caros que en otros bares de la ciudad, pero el ambiente, la calidad, y la originalidad de este lugar hace que valga la pena.

En este post de Instagram les cuento un poco más sobre qué comer en Praga: desde el Gulasch y el Lángos hasta el mítico Trdelník, el famoso rollo de masa dulce relleno de helado que ya es toda una insignia de la República Checa.

Qué ver en Praga en 2 días

Dos días alcanzan para lo indispensable que hay que ver en Praga. Y como dije, alojándose en el centro histórico se hace fácil moverse por la ciudad. Basado en mi experiencia, dividiría tus dos días en Praga de la siguiente manera:

  • Día 1: Malá Strana y Castillo de Praga
  • Día 2: Ciudad Vieja y Ciudad Nueva

El orden de los días claramente no es importante, y también pueden resumirse como un día para el lado occidental y otro para el lado oriental, tomando al río Moldava como referencia. Guarda este mapa como referencia 😉

Día 1 en Praga: Malá Strana & Castillo de Praga

Este barrio, cuyo nombre literalmente significa «lado pequeño», es uno de los distritos más antiguos y fotogénicos de Praga. Se extiende entre la orilla occidental del río y las lomadas a los pies del Castillo de Praga.

El estilo predominante en Malá Strana es el barroco, y se caracteriza por su aire bohemio pero también algo elegante. Históricamente, siempre fue algo así, ya que su proximidad al castillo incitó a la nobleza a la instalarse en él.

que ver en Praga en 2 dias
Catillo de Praga sobre Malá Strana, desde el Puente de Carlos

La forma más linda de llegar a Malá Strana desde el centro histórico es cruzando el mítico Puente de Carlos. Es un testigo silencioso de los tiempos medievales, repleto de artistas y turistas de día, y envuelto en una lúgubre y gótica atmósfera por la noche. El puente Carlos es motivo suficiente para viajar a Praga, y merecería una entrada en este blog para sí solo.

Al bajar del puente Carlos en Malá Strana, la calle Mostecká te conducirá entre restaurantes, cafeterías, y tiendas de todo tipo hasta la plaza coronada por la Iglesia de San Nicolás. Otros puntos de interés que ver en esta zona de Praga son el museo de la KGB, la Galería Nacional de arte, y el museo de la alquimia.

Pero quizá el museo más famoso de Praga sea el Museo Franz Kafka. La entrada cuesta el equivalente a EUR 10 y lleva poco más de una hora recorrerlo. A través de sus salas se recorre la vida, obra, y legado del autor al que Praga homenajea en cada oportunidad que se le presente.

La elegante calle Nerudova te conducirá hasta unas escaleras que, escurriendo entre las antiguas fachadas de los edificios de Malá Strana, desemboca en la Plaza de Hradcany. Frente a esta, la entrada al impresionante Castillo de Praga, vestigio de la importancia social y cultural que tuvo la actual capital checa.

malá strana praga
Malá Strana, Praga

Cómo visitar el Castillo de Praga

El Castillo de Praga es un complejo arquitectónico que, en su interior, contiene varios edificios. Aunque la entrada al complejo es libre, se necesita adquirir el ticket para entrar a los edificios y museos. Esto puede hacerse online o en el momento de llegada. Ten en cuenta que el ticket sirve para acceder por 2 días.

Para recorrer el Castillo de Praga es recomendable contratar un tour. Aunque sea un free walking tour con el ticket de acceso al complejo, para poder ingresar, por ejemplo, a la Catedral. También se pueden contratar visitas guiadas completas a todos los rincones del castillo: la catedral de San Vito, el Palacio Real, la basílica de San Jorge y el famoso Callejón del Oro. Todos valen la pena, y el ticket de ingreso a los mismos cuesta poco más de EUR 10 por persona.

El Castillo de Praga fue construido en el siglo IX. Residió ahí la realeza de Bohemia, pero luego también emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico y, más recientemente, presidentes de Checoslovaquia y, hoy, de la República Checa.

Además de las catedrales, su interior alberga galerías de pintura renacentista, barroca, esculturas, y las joyas de la corona de Bohemia. Mi parte favorita fue, sin embargo, el Callejón del Oro. Se trata de una callecita junto al castillo, con coloridas fachadas que datan del siglo XVI. Recibe su nombre por los orfebres que vivieron en el lugar, aunque también se la conoce como «calle de los alquimistas»: cuenta la leyenda que ahí se alojaron alquimistas que intentaron convertir el hierro en oro y producir la piedra filosofal. Eso es Praga: en cada esquina parece haber una leyenda vinculada a los alquimistas.

Ten en cuenta que lleva entre 2 y 4 horas visitar el Castillo de Praga, dependiendo de qué tanto te interese ver.

Finalmente, una visita al Castillo de Praga no está completa sin un paseo por las terrazas y jardines en su cara sur. Desde ahí se tienen grandes vistas de Malá Strana, la ciudad vieja, y la colina de Petřín. Esta última está cubierta por un gran parque urbano, y te recomiendo darte una vuelta luego de visitar el castillo.

visitar el castillo de praga
Malá Strana y Colina de Petřín desde el Castillo de Praga

Isla Kampa

Desde el parque Petřín se llega fácilmente a la Isla Kampa. Esta parte de Malá Strana contrasta un poco con la elegancia del distrito. En sus alrededores existe una parte más «urbana» y alternativa, llena de arte callejero, incluido un famoso mural en homenaje a John Lennon.

En la isla hay un par de restuarantes y zonas de esparcimiento junto al río. Pero sus protagonistas son los controversiales bebés gigantes del artista checo David Černý.

bebes gigantes de Praga

Día 2 en Praga: Ciudad Vieja, Ciudad Nueva & Barrio Judío

Ciudad Nueva

El segundo día en Praga empieza en la Ciudad Nueva, al sur. Caminar desde el centro es fácil, pero también puedes acercarte con el metro hasta la estación Karlovo náměstí. Desde ahí, el principal atractivo de la Ciudad Nueva está a minutos caminando: la casa danzante. Se trata de un rascacielos (para el concepto checo de rascacielos) que alberga oficinas y un restaurante en su piso más alto, frente al río. Es todo un ícono de Praga, y seguramente lo hayas visto en internet varias veces.

casa danzante praga

Justo frente a la casa danzante existe un pequeño muelle desde donde parten paseos en barco por el río Moldava. Pero si quieren navegar el río y ahorrarse unos euros, siempre pueden buscar el ferry y aprovechar su ticket de transporte público 😉

Bordear el río hacia el norte te acercará a la Ciudad Vieja, pasando por el Teatro Nacional, indiscutiblemente uno de los edificios más lindos que ver en Praga. Junto a él, el Puente de las Legiones marca la entrada a la Ciudad Vieja. Pero antes de adentrarte en la parte medieval de Praga, desvíate a la derecha por la avenida Národní. A unos 600 metros del Teatro Nacional encontrarás la famosa Cabeza de Kafka, una de las esculturas móviles más famosas de la ciudad, que se mueve cada media hora.

Galería Lucerna

Después de ver el show de la Cabeza de Kafka, cruza el Jardín Franciscano hasta el Pasaje Lucerna. Se trata de una de las primeras galerías comerciales de Praga y parece estar estancada en los primeros años del siglo XX. Pero lo que más llama la atención es la escultura del caballo de cabeza, también de David Černý. Se supone que es una crítica a lo que representa el monumento a San Wenceslao, que se ubica muy cerca de la galería, en la plaza homónima frente al Museo Nacional de Praga. La escultura original representa la victoria del catolicismo en la Guerra de los 30 años, mientras que la obra de Černý busca expresar que el catolicismo ya no es el eje de la vida en el país.

Galería Lucerna, Praga
Galería Lucerna, Praga

Ciudad Vieja de Praga

No hay itinerario posible que pueda describir para recorrer la Ciudad Vieja de Praga. La gracia es perderse entre sus callecitas adoquinadas, coloridas fachadas, y distraerse en cada esquina. La Plaza de Wenceslao (Václavské náměstí) es en realidad un bulevar que te conducirá directo al casco histórico de Praga.

Desde museos de artes e historia hasta el Museo de la Cerveza o el Museo de las máquinas sexuales, la ciudad vieja de Praga ofrece algo para todos los gustos. Hay detalles por doquier, desde esculturas de hombres colgando de vigas varios metros sobre la calle hasta las «piedras del tropiezo». A estas últimas me acostumbré viviendo en Berlín, y me sorprendió verlas en Praga. Se trata de pequeñas piedras doradas, con inscripciones, que yacen sobre la calle con la intención de que los transeúntes tropiecen con ellas. ¿Para qué? Para llamar la atención y recordar a las víctimas del Holocausto que fueron secuestradas y deportadas. Generalmente se ubican donde la víctima solía vivir y llevan su nombre y dirección.

piedras del tropiezo
Piedra del tropiezo en Praga

Uno de los lugares que recomiendo visitar en la ciudad vieja de Praga es el Clementinum, con su magnífica biblioteca barroca. Desde el siglo XVI, el Clementinum fue ocupado por los jesuitas, quienes llevaron el predio a convertirse en uno de los puntos más importantes e influyentes de la zona. Construyeron una Torre Astronómica, instalaron una de las primeras estaciones de observación meteorológica de Europa, y desarrollaron una universidad en su interior. Todo esto se puede visitar, únicamente contratando la visita guiada en el lugar (tiene un costo que poco más de EUR 9 por persona), y vale totalmente la pena. La biblioteca es un viaje en el tiempo, y las vistas desde la Torre Astronómica valen cada centavo.

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Biblioteca del Clementinum
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Praga desde el mirador de la Torre Astronómica

Plaza de la Ciudad Vieja

Desde el Clementinum, no quiero dejar de recomendarte pasar por la calle Karlova. Es, por lejos, una de las más fotogénicas de Praga (¡y eso es mucho decir!). Desemboca justo en la torre que corona la entrada al Puente de Carlos. Y créeme que querrás cruzar ese puente varias veces durante tu visita a Praga. Yo no me cansé de hacerlo.

Pero yendo hacia el lado contrario, desembocarás en la Plaza de la Ciudad Vieja. Ahí te encontrarás con el otro ícono absoluto de Praga: el Reloj Astronómico del ayuntamiento, construido en el año 1490. Si llegas antes de que el reloj marque la hora en punto, podrás ver a los doce apóstoles asomarse mientras las campanadas indican qué hora es. Debajo de ellos, la horda de turistas. El famoso reloj no es ajeno a oscuras leyendas, como todo aquí: se dice que los ediles cegaron al hombre que construyó el reloj, para que no pudiera construir una copia del mismo. Como venganza, el ayudante vengó a su maestro introduciendo una mano en el mecanismo, atascándolo, e inutilizándolo.

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Torre del ayuntamiento, reloj astronómico, e Iglesia de Tyn

La plaza de la Ciudad Vieja tiene sus orígenes en el siglo X, y es la más antigua de Praga. Hoy la rodean el Ayuntamiento, la Iglesia de San Nicolás, edificios de gobierno, y la Iglesia de Tyn. Esta última es otro de los edificios más emblemáticos de Praga, con sus torres góticas de 80m de altura y entrada escondida detrás de la fachada de edificios comunes. Si quieren visitarla, tengan en cuenta que está cerrada los días lunes.

Desde la plaza de la Ciudad Vieja, la calle Celetná es un buen sitio donde comprar comida barata y souvenirs. La misma conduce hasta la Torre de la Pólvora, una de las torres góticas que marcaban la puerta de entrada a la Praga medieval. Un punto de interés que visitar cerca de ahí es el Museo de la época comunista, donde se ilustra cómo fue la vida bajo este régimen en la ex Checoslovaquia. La entrada al museo ronda los EUR 15 por persona.

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Torre de la Pólvora

Josefov: el barrio judío de Praga

El último punto en mi itinerario de 2 días en Praga es Josefov, el barrio judío. Se encuentra al norte de la Ciudad Vieja, y también se accede a él a pie sin ningún problema. Es de los distritos más elegantes, pero también más sombríos de Praga.

Caminar por Josefov es toparse con esculturas y detalles en cada esquina. Después de todo, sique siendo Praga. Pero acá los detalles más a menudo tienen que ver con la religión. Pequeñas estrellas de David adornan torres, fachadas, veredas, y se hacen presentes en las vitrinas de las prolijas tiendas de antigüedades. Hay sinagogas por doquier, muchas de las cuales sirven también de museo y se pueden visitar. El barrio aloja a la sinagoga Vieja-Nueva, la más antigua de Europa.

Hablando de esculturas, acá se encuentra una de las más famosas esculturas de Praga: el monumento a Kafka. Sí, otro más, y seguro ya lo habías visto en internet antes:

monumento a Kafka Praga
Monumento a Kafka, Josefov

A pocos metros del monumento, y cruzando la lujosa calle Pařížská, se llega al antiguo cementerio judío. Este es uno de los puntos más interesantes que visitar en Praga. Para hacerlo hay que comprar una entrada al complejo que lo rodea, compuesto por varias sinagogas museo. Al pasar por las sinagogas no solo se aprende sobre el Holocausto y cómo sucedieron los hechos en la República Checa, mas también sobre la cultura judía, sus tradiciones, y su histórica presencia en el centro de Europa.

Uno de los puntos más impactantes del recorrido son las paredes pintadas con los nombres de todas las víctimas checas del Holocausto. Como imaginarán, es interminable. La sala eventualmente conduce a otra donde se exponen dibujos creados por niños tanto antes como después de los hechos, y cuentan mil historias. Por más duro que sea, lo recomiendo. El recorrido termina en el antiguo cementerio. En él fueron sepultadas más de 100 mil personas desde el siglo XV (la tumba más antigua data del año 1439).

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Cementerio judío de Praga

¿Vale la pena viajar a Praga?

Definitivamente. Un fin de semana de verano alcanzará para conocer lo más famoso y representativo de la ciudad. Pero, para experimentarla bien, recomendaría ir más días.

El tercer día nos sirvió para volver a lugares que nos habían gustado y recorrer un poco más las callecitas de la ciudad vieja, que no terminan nunca. Además, hay tantos museos y sitios interesantes que es fácil perder noción del tiempo.

Praga es una fusión de cosas, desde lo más oscuro y tétrico hasta los más artístico y elegante. Ya sean las máquinas de tortura medievales que se ven en el castillo, las historias del Holocausto, la dura vida bajo el comunismo, las guerras, pestes, o por las leyendas que la envuelven, todo en Praga parece haber resurgido de entre la oscuridad y las cenizas para ser un lugar vibrante, lleno de arte, música, y simbolismo de lo más fuerte que vale la pena visitar. ¡Buen viaje!

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