Los ciclos de vivir en Berlin

Poco a poco me voy acercando al fin de mi tercer año viviendo en Berlín. A los meses de haber llegado escribí acerca de mis emociones, primeras impresiones, y desafíos que representó haberme mudado a la capital alemana en mi post ¿Qué hago en Berlín?. En aquel momento seguía atravesando lo que llamo «luna de miel del migrante», una etapa donde, aunque desafiante, el nuevo rumbo de mi vida me permitía ver las cosas color de rosa (irónico pero necesario en una ciudad generalmente gris). Debo admitir que esa etapa duró más de lo que pensaba. Pero hoy, meses después, con trabajo, alquiler, amigos, estabilidad económica y emocional, puedo reflexionar objetivamente sobre lo peor y lo mejor de vivir en Berlin.

Vivir en la capital alemana representó cambios en muchísimos aspectos de mi vida. La ciudad me pareció un lugar magnífico donde crecer libremente y sin ataduras desde el primer día. Unos 18 meses después de haber llegado aquí regresé a Argentina de visita y viví el shock cultural inverso, terminando en un sentimiento de «ya quiero volver a Berlín» que contrastaba con el «quiero quedarme más tiempo con mi familia y amigos». Es la maldición y el privilegio del emigrante que encuentra su lugar lejos de su país de origen: tener dos hogares, y el corazón repartido entre ambos. Hablé sobre eso en mi post La primera vuelta «a casa» y la culpa del emigrante.

Visitar Argentina y regresar a Berlín, creo yo, marcó el fin de la luna de miel. Ya había vivido todo por primera vez en el destino migratorio: ver la ciudad convertirse en cada estación del año, pasar mi cumpleaños, las fiestas, hacer nuevos amigos, perderme eventos de mis seres queridos en Buenos Aires, encontrar trabajo, encontrar piso en Berlín (toda una odisea, por cierto), salir de fiesta, estar soltero, hacer escapadas a otras partes de Alemania y Europa… ¡hasta viví la experiencia de pasar una noche en la comisaría! (como testigo, no se alarmen). Empezó entonces una etapa de estabilidad donde las novedades ya no eran tantas y, entre lo rutinario, los «defectos» de la ciudad empezaban a pesar más.

Pero por otro lado, Berlín sentía mi hogar. Estaba feliz de estar de vuelta en mi lugar, porque mi barrio ya se sentía mío, la rutina ya era algo corriente, y ya no sentía que todo fuese una novedad. Esto te permite «bajar un cambio», como decimos en Argentina, y asentarte bien. Ya no me perseguía un constante sentimiento de estar perdiéndome de algo, de querer aprovechar al máximo para conocer otra cara de la ciudad. Comencé entonces a notar más aquello que no me gustaba, lo molesto, lo que hace que Berlín sea imperfecta (¡pero vamos! que ni el pueblo más lindo de Noruega es perfecto). Pero en esta oportunidad te voy a contar qué es, en mi opinión, lo que mejor define vivir en Berlin: los ciclos.

Los ciclos de vivir en Berlin

Los ciclos de vivir en Berlin

A diferencia de ciudades con mejor clima y geografía, en Berlín las estaciones están muy marcadas. Si estás pensando en venir a vivir a Berlin, seguramente ya te hayas enterado. Son una cosa así:

OtoñoEntre septiembre y octubre
Invierno frío y oscuroDe noviembre a febrero
Invierno soleadoEn algún momento entre fin de febrero y marzo temprano
Falsa primaveraA mediados de marzo
Invierno lluviosoA fines de marzo
Caos climático de primavera e invierno con lluvia, viento, y solAbril
PrimaveraMayo
VeranoDe junio a agosto

Pasar el invierno en Berlin

Hay 5 meses de «oscuridad«, cuando estamos en horario de invierno (noviembre a marzo inclusive) que también son los meses más fríos. En diciembre a la oscuridad se combate por el espíritu festivo: los mercados de navidad copan las plazas de Berlín como en toda Alemania (de hecho, son una tradición que inició aquí, y se lo toman muy en serio). Noviembre se pasa relativamente rápido entre que salimos el horario de verano y esperamos el inicio de la época festiva. Cuando llega, el aroma a vino caliente, caramelo, y chocolate caliente inunda las plazas.

Los mercados navideños de Berlín tienen algo para todos. Desde el elegante mercado navideño de Bebelplatz/Gendarmenmarkt, el gigantesco mercado navideño frente a Rotes Rathaus, o el fotogénico mercadillo frente al palacio de Charlottenburg, pasando por los mercadillos navideños más alternativos, como el nórdico en Prenzlauer Berg, el medieval en Friedrichschain, o el LGBTQ+ en Schöneberg, hay más de 70 cada año. Antes de vivir en Berlin yo no tenía idea de lo importante que eran los mercadillos navideños en Alemania.

Navidad en Berlin
Kurfürstendamm en Diciembre

Al empezar enero, el escenario cambia rotundamente. Las luces navideñas desaparecen, las calles se vuelven un cementerio de árboles de navidad, y un silencio extraño reina en esta ciudad relativamente caótica (para estándares alemanes, claro 😁). En enero y febrero la ciudad se siente vacía: mucha gente se va por vacaciones, o a trabajar remoto desde otros países, y hay muy pocos eventos para disfrutar (la Fashion Week y el festival internacional de cine de Berlín son los principales eventos invernales). Es un tiempo que invita a tomarse las cosas con calma. Suena más fácil de lo que es. Durante mi segundo invierno en Berlín sufrí deficiencia de vitamina D y los cambios anímicos que esto conlleva. La depresión estacional no es un chiste, y hay que tomarse el clima en serio. Por algo se venden comprimidos de vitaminas en la caja del supermercado como si fueran caramelos.

En mi experiencia, la clave para (sobre)vivir en Berlin en invierno es tener una rutina que te obligue a hacer cosas después de trabajar. Ya sea practicar deportes, ver amigos, tomar un curso, lo que sea que te saque de casa. Particularmente si tienes el privilegio de trabajar desde casa, la tentación de no salir en un frío y lluvioso día es fuerte, pero hay recompensa al combatirla. Una buena forma de enfrentar el invierno en Berlin es también tomarse unas breves vacaciones. Este año estuve unos días en Madeira y lo recomiendo absolutamente 😉

Marzo empieza a mostrar la luz al final del túnel con una falsa primavera que no dura más de una semana. En esta semana, los parques explotan de gente ansiosa de volver a disfrutar de esta ciudad, una de las más verdes de Europa, a pesar del remanente frío y los días ventosos. El fin del invierno, psicológicamente hablando, está marcado por el cambio al horario de verano, el último domingo de marzo, aunque el frío puede extenderse hasta temprano abril.

Primavera en Berlín

Al mes siguiente lo caracteriza la ciclotimia meteorológica. Los alemanes dicen «der April, er macht, was er will« (Abril hace lo que quiere) para referirse al clima este mes. Tendremos lluvia, viento, sol, nubes, polvo arrastrado desde el desierto del Sahara, polen, frío, calor, todo en el mismo día. Abril es impredecible, pero está lleno de optimismo: los días ya son más largos, queda algo de luz solar hasta las 20:00, y la ciudad empieza a prepararse para uno de sus mejores meses.

En abril, la estrella son los cerezos en flor. En 1990, tras la reunificación de Alemania, una estación de TV japonesa convocó a una campaña de recaudación de fondos para la plantación de cerezos japoneses en Alemania. Así, más de 9000 árboles llegaron al país. Los primeros se plantaron en noviembre de 1990 en el puente Glienicke, un lugar simbólico de la división alemana del que te conté en mi post sobre mi visita a Potsdam. Hoy en día se pueden encontrar muchos cerezos en la antigua franja fronteriza entre Berlín Oriental y Occidental, así como en parques e instalaciones públicas.

Mayo es, en mi opinión, el mejor mes para visitar Berlín. El caos meteorológico de abril ya habrá quedado atrás, hay más días soleados, no hace calor, y todos los Biergarten de la ciudad están abiertos y listos para la temporada estival. Se siente el buen humor en el aire (de nuevo, para estándares alemanes) y la ciudad invita a que la disfrutes antes de que se llene de turistas. Empiezan también los primeros festivales anuales en la ciudad, siendo el Karneval der Kulturen (Carnaval de las culturas) el más grande.

La primavera explota en colores y música dondequiera que vayas en la ciudad. Producto lógico de dejar atrás 5 meses de oscuridad. Los paseos junto al río Spree se copan de grupos de baile (siempre es emotivo pasar junto al edificio del Reichstag y presenciar una clase de tango), las terrazas de los bares están abiertas hasta tarde, los clubes habilitan sus sectores al aire libre, y el nuevo verde en los parques dispara la serotonina. Está por empezar la vorágine de eventos y actividades que caracteriza a Berlín en verano.

Karneval der Kulturen Berlin
Karneval der Kulturen 2023

Verano en Berlín

Pregúntale a un 10 berlineses cuál es la mejor ciudad donde estar en verano y 9 te dirán que es Berlín. No tengo pruebas empíricas de esto, pero tampoco dudas. El verano en Berlín es una estación feliz, fiestera, y huele a barbacoa en los parques. Puede que haga mucho calor (me refiero a más de 30°C) pero no por muchos días seguidos. La ciudad no está preparada para las altas temperaturas (el aire acondicionado pareciera no existir, y muchos lugares no cuentan ni con ventiladores), pero abundan los espacios donde escapar de este. Mis favoritos son los lagos: hay más de 2000 lagos en Berlín y el estado de Brandeburgo, y cientos de ellos cuentan con balnearios (algunos públicos y otros privados) a los que se puede llegar en transporte público. Wannsee es la playa más popular en Berlín, pero, Krumme Lanke, Tegeler See, Müggelsee y Flakensee le hacen competencia como mejores lagos donde nadar y practicar deportes acuáticos. Pero hay, literalmente, cientos.

Junio es caluroso y pareciera haber una explosión de turistas en la ciudad. Yo no los culpo por viajar por el norte de Europa en verano. Así como yo escapo al sur europeo en invierno, entiendo a quienes escapan al norte 😁 Al calor se lo combate con cerveza, a la sombra de los bosques (¡20% de la superficie del Estado de Berlín está cubierta por bosques públicos!), y explorando la ciudad por la noche. La Fête de la Musique se festeja el 21 de junio, para el solsticio de verano. Las principales calles y plazas de la ciudad se copan de escenarios donde cientos de artistas comparten su música con residentes y turistas, gratuitamente.

Playas de Berlin
Wannsee, Berlín

Julio y agosto marcan la cúspide del verano y los festivales públicos en Berlín. Se destacan Rave the Planet y Zug der Liebe, Ambos son fiestas techno en la calle (toda una imprenta de Berlín) donde decenas de camiones deambulan por las principales avenidas con música a tope y rodeados de participantes listos para bailar todo el día y continuar la fiesta en alguno de los míticos clubes de tecno de Berlín (algo que, desde 2024, es considerado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO). Rave the Planet es la evolución del famoso Love Parade y sus participantes defienden el amor, la paz, la amistad, la solidaridad, la diversidad, el respeto, la música, la sostenibilidad y la comunidad. Las exigencias de los organizadores incluyen la abolición de las prohibiciones de bailar (sí, esto existe en Alemania en ciertas fechas como Viernes Santo) y la protección de lugares culturales como los clubes. Zug der Liebe (el tren del amor) es un festival similar, aunque menos multitudinario.

El CSD (Christopher Street Day) es la marcha del orgullo LGBTQ+ en Berlín, nombrado en homenaje a los disturbios de Stonewall, en la calle Christopher St. de Nueva York, que se consideran el puntapié de los movimientos globales por los derechos LGBTQ+. Tiene lugar a finales de julio y es, después del de Colonia, el segundo festival LGBTQ+ más multitudinario de Alemania. El último año, el recorrido del desfile fue de 7 kilómetros con más de 70 caravanas. El desfile sirve para reafirmar los derechos del colectivo, reclamar por los pendientes, y celebrar la diversidad e inclusión a lo largo de todo el espectro. Pero es tan solo la punta del iceberg en cuanto a eventos LGBTQ+ en Berlín. El mes del orgullo en la ciudad comienza oficialmente el 28 de junio y se extiende por un mes. Pueden leer más sobre los mejores clubes, fiestas, y museos LGBTQ+ en Berlín en este post de mi amiga Luli en Berlín.

Durante la temporada estival, infinidad de eventos copan la ciudad. Para una ciudad que entre noviembre y marzo está prácticamente invernando (a excepción de los ya mencionados mercaditos navideños), esto genera un sentimiento de síndrome FOMO que conlleva a una necesidad de salir y vivir la ciudad al máximo antes de que regrese la oscuridad. En el verano se vive intensamente porque los berlineses saben que el invierno será completamente lo opuesto. Quizá sea eso lo que hace que se nos pase rápido, pero es también lo que nos hace apreciar la belleza de poder «bajar un cambio» cuando llegue el invierno. En Berlín hay un tiempo para todo.

El verano en Berlín puede ser tan intenso, alternativo, cultural, o bizarro como quieras. Tan solo hay que buscar qué eventos alojará la ciudad en la temporada. Durante los meses de agosto y septiembre la ciudad se niega a bajar la energía, celebrando el festival anual de pirotecnia Pyronale, la noche de los museos, el festival internacional de la cerveza, y la City-Nacht-Lauf (una maratón nocturna). También querrás darte una vuelta por el barrio de Schöneberg para la Folsom (uno de los eventos de látex y del fetichismo más grande de Europa) si buscases verle la cara más divertida y bizarra a la ciudad. Lo que sí notarás es una de las cosas más lindas de vivir en Berlin: los berlineses usan cada metro cuadrado de la ciudad mientras pueden, ¡y con mucho orgullo!

bares en Berlin
Bares y clubes sobre el Landwehrkanal

Otoño en Berlín

Septiembre trae un paulatino bajón de energía a la ciudad. Los niños y adolescentes vuelven al colegio, los universitarios regresan a sus clases, y los días empiezan a acortarse. Sigue el buen tiempo, pero se nota que los berlineses intentan extender la temporada estival tanto como sea posible.

El Festival de las Luces es uno de los últimos eventos anuales donde las calles se copan de gente. Las fachadas de docenas de edificios y monumentos se vuelven el escenario de proyecciones artísticas y temáticas para disfrutar sin gastar un centavo. Cada año el tema del festival es diferente.

Con octubre llega un festival de colores que van del verde al amarillo y del amarillo al rojo en cada parque y bosque de Berlín. De los ciclos de Berlín, este es mi favorito. Para una ciudad tan verde, se pueden imaginar qué tanto cambia el ambiente con la transición otoñal. Y siendo que una de las mejores cosas de vivir en Berlín es lo fácil que es estar en contacto con la naturaleza, no te perderás de este show natural. Normales son los encuentros espontáneos a la salida del trabajo para disfrutar de la última cerveza bajo el sol y, mi favorito, emprender rutas en bici los fines de semana para ver el follaje y descansar junto a los lagos antes de que vuelva el frío.

Con el cambio de colores viene el cambio de temperaturas, noches más largas, y el cambio de energías. El otoño es hermoso, pero su mejor cara dura poco. Para fines de octubre vendrá el cambio de hora, el regreso al horario de invierno y las noches cerradas a las 17:00. Con él llega el cambio de humor y el bajón súbito de energía de los berlineses, que usarán noviembre para iniciar la preparación mental para el invierno y así repetir el ciclo una y otra vez. Pero, como dije, es un bajón necesario y lógico después de haber vivido tan intensamente los meses anteriores.

otoño en Berlin
Otoño en el Landwehrkanal

Los ciclos de vivir en Berlin, cuantificados

Como nerd de los gráficos que soy, le otorgué un puntaje a cada día del año por dos años (2022, 2023) basado en mi humor y analicé los datos. La escala iba del 1 al 5 siendo algo así:

  1. Mal humor, tristeza, melancolía
  2. Baja energía, apatía
  3. Neutral
  4. Felicidad, satisfacción
  5. Diversión, mucha alegría

Estos son los resultados, y seguro no te sorprenderán:

ciclos de humor vivir en Berlin

Por supuesto que el sistema no cuantifica los días en función del clima o las actividades hechas durante cada mes, ya que también influyen otros factores como problemas personales, pérdidas familiares y demás. Pero me parece muy interesante el patrón oscilatorio que se hace visible y también corresponde a los ciclos de vivir en Berlín.

Y claro que esta dinámica de vivir intensamente en verano y bajar el ritmo en invierno no es exclusiva a vivir en Berlin. Seguramente se repita en toda gran ciudad ubicada a latitudes similares o incluso más septentrionales. Así que me interesa leer de otras experiencias 😊 ¡Cuéntame cómo es en tu ciudad en los comentarios!

4 comentarios en “Los ciclos de vivir en Berlin”

  1. Hola, te leo desde Copenhague y me pasa igual. Se siente como dos ciudades distintas en verano y en invierno y veo muchos paralelismos en la forma de vivir de la gente acá y en Berlin según tu nota. Claro que en Berlin todo es más intenso jajaja un saludo 👋

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