Quebec: qué ver en la última ciudad amurallada de Norteamérica

La ciudad de Quebec es uno de los destinos turísticos más importantes de Norteamérica. Antes de llegar, lo único que sabía sobre el lugar era que ahí se hablaba francés. Desconocía la historia que guardan las murallas de esta ciudad, e ignoraba lo mucho que me iba a gustar caminar por sus empinadas calles (incluso a -15°C). Acá te cuento qué ver y qué hacer en Quebec, ¡en pleno invierno! 😉

Como dije, llegamos a Quebec sin saber mucho qué habría para hacer allí en invierno. El hecho de coincidir nuestro viaje a Canadá con las fechas del carnaval de invierno fue lo que nos empujó a comprar los pasajes en bus desde Montreal a Quebec. Así fue como después de ocho horas en bus desde Nueva York a Montreal, tres horas de espera en la Gare d’Autocars de Montreal y tres horas de viaje hasta Quebec, llegamos a una de las ciudades más antiguas de Norteamérica, y la última ciudad amurallada al norte de México.

¿Estábamos cansados? Sí. Después de todo, dormir en un bus de larga distancia en Estados Unidos es prácticamente misión imposible (pueden leer sobre eso en este post). No obstante, el solo entrar en la terminal de buses de Quebec nos llenó de energía y ganas de empezar a recorrer. La misma se encuentra compartida con la estación de trenes, y es un auténtico palacio con un acogedor interior.

Gare du palais Quebec
Gare du Palais
Estacion de trenes Quebec
Gare du Palais

Gélida bienvenida…

La temperatura era baja y había empezado a nevar. Sabíamos que el hostel estaba a pocas cuadras de la estación y decidimos caminar. Desconocíamos la geografía quebequense: esas calles empinadas me hicieron acordar a las de Ushuaia. Nos enfrentamos por primera vez a la divertida pero molesta (y algo peligrosa, sinceramente) combinación de hielo y pendientes. Para la gente local no parecía gran cosa; parecían inmunes a la capa de hielo que cubría las veredas. Nosotros, en cambio, avanzábamos absurdamente lento empujando valijas, cubriéndonos la cara del gélido viento, y agarrándonos de cuanto pudiéramos para no acabar en el suelo. (Spoiler alert: terminamos en el suelo).

El clima en Toronto había sido sumamente piadoso con nosotros. Nueva York incluso nos deleitó con unos 10°C y días de sol. Quebec, por su parte, nos dio la bienvenida con un auténtico invierno canadiense. No podíamos creer el frío, pero tampoco queríamos perdernos de nada.

Tras cruzar las murallas que rodean al casco histórico de la ciudad, caminamos unos minutos por la rue Saint-Jean -la calle principal- y llegamos al hostel. Ahí nos recibió Sylvain, hablándonos en una mezcla de francés con inglés y, tras darnos la bienvenida a Quebec, empezó a señalar todos los lugares imperdibles en un mapa.

Después de ponernos otros pantalones sobre los pantalones que ya teníamos y de abrigarnos lo mejor posible, volvimos al exterior para empezar a recorrer. El shock inicial con el frío es fuerte, pero al tener el abrigo adecuado es aguantable (al menos hasta los -20°C). Pueden leer más sobre la experiencia con el frío canadiense en mi Guía para viajar a Canadá en invierno 🙂

Viaje a Quebec Canada invierno

Parlez-vous Anglais?

Caminar por la rue Saint-Jean se siente como caminar por un pueblito francés. Tiene sentido: la ciudad fue fundada por el francés Samuel de Champlain en 1608. El nombre viene de la palabra iroquesa «kebec», que se usaba para referirse al lugar donde el río San Lorenzo se estrechaba (en la zona entre las ciudades de Quebec y Levis).

Durante los siglos XVII y XVIII, Quebec pasó más de una vez del dominio francés al británico y viceversa. Eventualmente, los británicos obtuvieron el control total de Quebec, allá por la década de 1760. Sin embargo, la cultura británica (y el idioma) nunca lograron desplazar a la francesa. La población angloparlante alcanzó su máximo a mediados del siglo XIX, pero incluso ahí era de apenas un 40%. Ese porcentaje fue disminuyendo y, al día de hoy, los censos indican que menos de un 2% de la población de Quebec usa el inglés como primer idioma.

La influencia francesa sobre la británica se nota no solo en el lenguaje, sino también en la arquitectura y la comida. Basta por caminar por cualquier calle comercial para notarlo. Esa fue nuestra primera impresión de Quebec: ¿estamos en Francia?

En cada tienda y al pedir indicaciones me encontré con agradables quebequenses que me saludaron con un energético y alegre «Bonjour!», al cual intentaba responder en mi humilde francés. Pero casi todas las situaciones devenían en yo preguntando «Parlez-vous Anglais?» para comunicarme en inglés.

Qué ver en Quebec: Haute Ville

Quebec se divide en dos partes: una parte alta (Haute ville) y una parte baja (Basse ville). Esto es porque la ciudad está ubicada, en parte, sobre un acantilado y, en parte, a orillas de río San Lorenzo.

La Haute ville está rodeada por las icónicas murallas de la ciudad. Es donde están los edificios de gobierno, la mayoría de los hospedajes, la basílica de Notre-Dame de Québec y el mismísimo Château Frontenac. Esta zona se puede recorrer en un día tranquilamente, e incluso visitar museos como el Musée d’Art Inuit para aprender sobre la historia de la ciudad antes de la conquista europea.

Quebec Haute Ville
Haute Ville

Nos llamaron la atención un par de cosas. Primero, la cantidad de bares que hay en una ciudad que no es precisamente grande (apenas sobrepasa el medio millón de habitantes). Hay bares de todo tipo y para todos los gustos, principalmente en rue Siant-Jean. Segundo, nos sorprendió lo silencioso que era todo, incluso en pleno tráfico. Por último, la cantidad de grupos de nenes en lo que parecía ser un viaje de estudios: en todos lados veíamos grupos escolares guiados por algún profesor.

Rue Saint Jean Quebec Canada
Rue Sain-Jean

Uno de los puntos obligados que ver en Quebec es la Place d’Armes. Se encuentra junto al Château Frontenac y la Terrasse Dufferin.

El Château es un imponente hotel que se asemeja a un castillo. Hoy funciona ahí el Hotel Fairmont pero, en sus orígenes, fue construido por la Canadian Pacific Railway Company para atraer al turismo de lujo. Esta empresa, encargada de la construcción de vías férreas en Canadá, construyó más de un hotel de lujo a lo ancho de Canadá, con estilos similares.

La Terrasse Dufferin es una terraza panorámica que permite apreciar el río San Lorenzo y la ciudad de Levis al otro lado. Sin dudas, el lugar más lindo de Quebec.

chateau frontenac quebec canada
Chateau Frontenac

Al salir de las murallas de la Haute ville se pasa por una red de parques frente a los cuales se encuentran la Gare du Palais (la estación de trenes) y la Asamblea Legislativa de Quebec. La ciudad es la capital de la provincia homónima. Uno de los lugares más lindos que visitar en Quebec es la Place d’Youville, que en invierno se convierte en una pista de patinaje sobre hielo (como tantas otras plazas en Canadá).

La rue Saint-Jean continúa fuera de las murallas más allá de la Place d’Youville y la ciudad se va tornando menos europea progresivamente. Salíamos de las murallas del Vieux Quebec (el viejo Quebec) e íbamos a esa zona menos turística de la ciudad para comprar comida. Acá también recurríamos a supermercados y locales de comida árabe, nuestra técnica para ahorrar durante el viaje a Canadá. La zona también incluye varios bares para todos los gustos y no hace falta irse muy lejos del centro turístico para tener el panorama de cómo es la Quebec real. Todo está a distancia caminable.

Parlamento de Quebec
Parlamento de Quebec

Durante el Carnaval de Invierno (que se hace habitualmente desde fines de enero hasta mediados de febrero), la zona aledaña al Parc de l’Esplanade, frente al Parlamento de Quebec, se cierra y se realizan ahí distintas actividades de carnaval. Para acceder hay que comprar un pase, que puede ser por un día o más, dependiendo de tu estadía. Estos pases se compran generalmente en los mismos hoteles y hostels. La realidad es que durante los días de semana no se respira mucho espíritu festivo (aunque toda la ciudad está decorada para la ocasión), pero este escenario cambia los fines de semana.

El último lugar que visitamos en la Haute ville fue el Parc des Champs de Bataille, un enorme parque de 98 hectáreas que se extiende junto al río San Lorenzo. Allí se libró una batalla decisiva entre los franceses y los británicos. En invierno todo se asemeja a un tundra (aunque eso no le quita lo bello a las vistas que se tienen desde ahí) pero, en verano, este es uno de los lugares más frecuentados de Quebec. Hay una pasarela que comunica este parque con la Terrase Dufferin bordeando las murallas y el río San Lorenzo.

Rio San Lorenzo Quebec Canada

La Haute Ville es la opción más cómoda donde alojarse en Quebec. Está llena de hostels y hoteles de todo tipo, y a pasos de la estación de trenes y terminal de buses. Te recomiendo buscar alojamiento fuera de la ciudad amurallada por una cuestión económica, pero nosotros conseguimos un buen hostel en la ciudad vieja, así que no la descartes de entrada. En este enlace podés consultar toda la oferta de alojamiento en Quebec.

La Basse Ville

Otra de las cosas que hacer en Quebec es visitar el Vieux Port (el viejo puerto). Nos dirigimos allí el día que recorrimos la Basse ville. El atractivo del puerto es, en realidad, su mercado. Es el típico mercado turístico donde se pueden comprar productos regionales desde dulces hasta licores y ropa. También se puede comer (hay mucho pescado) y degustar quesos (la France! siempre presente). La verdad es que el mercado no nos pareció gran cosa, pero imaginamos que debe tener mucha más vida durante la temporada estival, cuando Quebec recibe cruceros.

Mercado del Puerto Quebec Canada
Marché du Vieux Port

La Haute ville se comunica con la Basse ville por una red de escaleras, un funicular, y la calle Côte de la Montagne. Una de estas escaleras fue bautizada la Escalier Casse-Cou (escalera rompe cuellos) gracias a la infame combinación de hielo y pendientes. Habíamos visto algunas fotos de la Basse ville cuando organizábamos el viaje a Quebec pero ninguna foto te prepara realmente para el momento en que bajás esa escalera:

Uno desemboca en la rue du Petit Champlain, la callecita más famosa de Quebec. Yo me sentí en un cuento de Disney: más al anochecer y con la nieve adornando todo. Acá todas las tiendas venden más o menos lo mismo: ropa, souvenirs, chocolate caliente, y queue de castor (que es como una torta frita que parece la cola de un castor) y a precios para turista, pero es el lugar imperdible que ver en Quebec.

quebec basse ville
Rue du Petit Champlain
Quebec Basse ville petit champlain
Basse ville

La parte baja de Quebec es la zona más vieja. Es donde fue fundada, a pies del acantilado, por su estratégica ubicación para situar un puerto. La población creció, convirtiéndose Quebec en el puerto más importante de la colonia de Nueva Francia, ya que servía de puerta de entrada y salida entre la región de las colonias de los Grandes Lagos y Europa.

La Basse ville incluye también las calles Cul-de-sac y el Boulevard Champlain, donde también se encuentran bares, restaurantes y demás. Otra de las atracciones importantes que ver en Quebec es el Musée de la Civilisation

De noche, la Basse ville es un espectáculo de luces que adornan desde las fachadas de los edificios hasta los árboles y esculturas de hielo. En nuestro caso, todo acompañado de musiquita de carnaval.

Quebec en invierno

Ningún viaje a Quebec estaría completo sin visitar la iglesia de Notre-Dame des Victoires. Se ubica en la rue Sous-le-Fort, en la Basse ville. frente a una plaza típica de la época colonial. A nuestro parecer, este es el rincón más afrancesado de la ciudad más europea de Norteamérica. Casi todo alrededor de la iglesia se conserva con la estética clásica de las construcciones francesas de los siglos XVII y XVIII.

La nieve, la arquitectura, y el hecho de que en febrero todavía estuviera todo adornado con estilo navideño (parece que lo dejan así por el carnaval de invierno), le daba un aire mágico al lugar. Quizás fue por eso que nos maravilló tanto la ciudad de Quebec: nunca antes habíamos estado en ningún lugar parecido.

Que hacer en Quebec Canada
Notre-Dame des Victoires.

Ferry a Levis

En el último de nuestros 3 dias en Quebec, seguimos la recomendación de una viajera que conocimos en el hostel y caminamos hasta la terminal fluvial de Quebec para tomar el ferry a Levis. El ferry conecta las ciudades, ubicadas una a cada lado del río San Lorenzo, en poco más de 10 minutos. No es turístico. De hecho, la gente lo usa para ir y venir de trabajar. El viaje de ida y vuelta tiene un costo de CAD 7,10 a febrero de 2018 y se puede comprar el boleto al momento de embarcar.

A bordo hay asientos, mesas, conexión WiFi, y televisión. Pese a los -15°C de temperatura, la mayoría de los pasajeros elige disfrutar del viaje en la cubierta. Eso no es de extrañar considerando la vista que se tiene de la ciudad amurallada desde el río.

Lo ideal es tomar el ferry al atardecer y regresar a Quebec de noche para verlo todo iluminado. Una vez en Levis se puede subir a la parte alta de esa ciudad para tener otra perspectiva distante de Quebec, aunque la verdad es que en Levis no hay mucho que ver. La ciudad es como un suburbio de Quebec, y la gente parecía sorprenderse de vernos a Karen y a mi tomando fotos y caminando totalmente perdidos por sus calles.

Quebec desde el ferry a Levis

Paseos turísticos

Claro está que la mejor época para viajar a Quebec no es el invierno. El resto del año se puede contratar paseos en barco y hasta excursiones para avistar ballenas. La Naturaleza es un factor importante en la oferta turística de Quebec y alrededores. En este enlace pueden consultar más sobre estos tours de navegación en Quebec.

Si viajás en verano o primavera, existen parques nacionales, bosques y reservas naturales para conocer. Llegar es muy fácil contratando algún tour desde Quebec. Te dejo toda la información al respecto en este enlace.

CONSEJOS PARA VIAJAR A QUEBEC:

  • Para conocer lo que la ciudad tiene para ofrecer alcanzan 3 días: 2 para recorrer bien la ciudad y 1 para visitar Montmorency Falls y alrededores.
  • Todo está a distancia caminable desde el centro histórico. Se puede llegar a Montmorency Falls y los pueblos de los alrededores por cuenta propia en transporte público. Encontrarás más info sobre el transporte público en Canadá en este post.
  • Quebec es un destino turístico muy importante y, como tal, siempre conviene reservar alojamiento con anticipación. Debido al carnaval de invierno, no nos fue tan fácil conseguir un hostel con buen precio y ubicación con poca anticipación. Te dejo este enlace para conocer toda la oferta de hoteles y alojamiento en Quebec.
  • La mejor época para viajar a Quebec son los meses de abril y mayo y septiembre a noviembre. Las temperaturas no son tan frías durante esos meses y no hay tanto turismo como durante el verano. Pero recuerden que, en Quebec, hay precipitaciones unos 180 días al año.
  • En general nos pareció que Quebec es una ciudad segura, al menos en el centro. En ningún momento vimos nada raro ni nos sentimos incómodos.
  • Hay varias casas de cambio en el centro, e incluso cambian pesos argentinos (¿¡quién lo diría?!).
  • Aunque Canadá es famosa por su sistema de salud pública, la atención al turista no necesariamente está garantizada. Ante una eventual urgencia, lo mejor es viajar con un seguro de viajes. En este enlace podés ver la cotización del seguro de viajes para viajar a Canadá al mejor precio de internet con un 5% de descuento.
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