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Descubriendo la «Playa de los hippies» en Córdoba

Cuando nos hablaron de la Playa de los Hippies decidimos que teníamos que conocerla. Estábamos de viaje por Villa Carlos Paz y, tras haber visitado Tanti -al noroeste de Carlos Paz- queríamos explorar el sector sur del Río San Antonio. Algo ya les conté en mi Guía para viajar a Villa Carlos Paz: hay varias localidades y balnearios junto al Río San Antonio y llegar es muy fácil en colectivo desde el centro de Carlos Paz. Una de estas localidades es Cuesta Blanca, a unos 15km y desde donde se llega a la Playa de los Hippies.

Vamos por partes. Cuesta Blanca está a unos 45 minutos en colectivo desde Villa Carlos Paz, y el valor del pasaje ronda el equivalente a USD 1 ($70 al momento de mi viaje). Tan solo compran la tarjeta de transporte público en la terminal de Carlos Paz y se suben al colectivo que une Tanti y Cuesta Blanca. La última parada del recorrido es el puente de Cuesta Blanca, desde donde empieza el camino para llegar a la Playa de los Hippies.

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Barcito en Cuesta Blanca

Faltaba poco para el mediodía. Íbamos con nuestras mochilas cargadas de agua, fruta y sánguches para pasar el día en la playa. Si no llevan comida desde Carlos Paz, pueden comprar en un almacén justo donde termina el recorrido del colectivo. Ese sería el último lugar donde comprar, ya que ni en la playa ni de camino a ella habrá kioscos ni almacenes.

Hay que cruzar el puente y seguir los carteles que indican el camino hacia «El Diquecito». Es un camino de poco menos de 2 km, en ascenso y descenso, por calles de tierra. Cuesta Blanca es principalmente una villa residencial, con muchas construcciones que parecen ser más casas de vacaciones que viviendas permanentes -al menos en esa zona-. Sólo se oía el sonido de nuestros pasos y las chicharras que presagiaban que el calor de marzo estaba por ponerse peor.

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Paredes que hablan en Cuesta Blanca

El Diquecito es el punto de referencia al que hay que llegar. Un estrecho camino comunica la calle con el dique en sí. Ahí nos encontramos con dos hombres y sus canoas, quienes se ofrecían a llevar a los visitantes hasta el otro lado del río -donde se encuentra la Playa de los Hippies- por $100. El cruce demora no más de 5 minutos.

Tomar las canoas en el Diquecito es una de las formas de llegar a la Playa de los Hippies, pero también se puede ir caminando. Nosotros optamos por la segunda opción. Por la tarde tomaríamos las canoas para regresar.

Para ir a la playa caminando, en vez de entrar al Diquecito, hay que seguir caminando hasta el final de la calle, pasando un camping. Hay que prestar atención porque el punto de acceso al sendero que conduce a la playa no está señalizado por más que una pequeña flecha de madera.

Desde ese punto hay que caminar unos 25 a 30 minutos. La primera etapa del camino es en ascenso. El sendero es angosto y dos veces tuvimos que regresar sobre nuestros pasos para volver a encontrarlo, ya que se pierde entre la maleza y es fácil desorientarse, pero siempre hay que seguir la huella más ancha entre los arbustos y las piedras. En un punto se llega a la cima de un pequeño cerro, desde donde se ve el dique, el río San Antonio, y el reflejo del sol sobre la arena de la Playa de los Hippies. La vista fue la motivación necesaria para seguir el camino bajo el abrasador sol cordobés; el lado bueno: a partir de ahí el camino es en descenso. ¡Lleven calzado cómodo y atención a las piedras flojas!

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A mitad de camino

Al llegar a la playa, un árbol decorado con hilos, telas de colores, y algunos peculiares objetos, daba sombra a un caballo y a una vaca. A unos metros, carpas, el sonido de una guitarra, y un letrero dándonos la bienvenida: «Bienvenidos. Sean felices. Y no olviden irse«.

El lugar es popular entre los jóvenes. Se puede acampar, y muchos lo hacen durante días. No hay electricidad, ni señal de celular, ni rastros de urbanización más allá de un lejano rancho. Estamos en la nada misma, rodeados de sierras, arena, árboles y piedras. Cada tanto, un caballo y una vaca se hacían presentes. La Playa de los Hippies es pura tranquilidad. Es un lugar amplio, concurrido pero donde todos tienen su espacio, con amplios bancos de arena y agua cristalina.

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Llegando a la playa

Para ir a la Playa de los Hippies en auto deberán estacionar en la calle junto al acceso al Diquecito y tomar la canoa o emprender el camino a pie. No hay otra forma de acercarse a este lugar que no sea esa, y de ahí viene gran parte de su encanto.

No dejen de visitar este rinconcito escondido de la provincia de Córdoba. Realmente vale la pena aislarse de las ondas electromagnéticas por un día, disfrutando de la arena y dejándose arrastrar por la corriente 😉 El lugar invita a desconectarse de verdad, y a formar algunos de los recuerdos más lindos de un viaje a Córdoba.

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Playa de los Hippies y Río San Antonio

Como dije, el regreso lo emprendimos en la canoa. Si hay una buena manera de terminar el día en las sierras cordobesas es desplazándose en silencio sobre el agua en una canoa. En menos de 10 minutos estuvimos de regreso en el Diquecito, desde donde continuamos a pie de vuelta al puente de Cuesta Blanca para esperar el bus a Villa Carlos Paz.

También hay un par de balnearios sobre el Río San Antonio que se pueden visitar en Cuesta Blanca y la vecina localidad de Icho Cruz. Estos son accesibles desde la zona urbana y también son públicos, aunque no se le compara a la Playa de los Hippies 😉

Hoy escribo este recuerdo de hace 6 meses sin poder evitar pensar en cómo estará este mágico rincón tras los incendios en el Valle de Punilla. Quienes quieran colaborar con donaciones para el tratamiento de los animales afectados pueden hacerlo a la Veterinaria Equus, al Santuario Equidad, o a tantas otras que están recibiendo donaciones. Pueden consultar más al respecto en las historias de mi perfil de Instagram y ver más información en el perfil @veterinarioscontraelfuego.

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