¿En qué piensa uno al preguntarse qué hacer en Punta del Este? ¡Por supuesto que en sus playas! Habiendo leído mis posts anteriores sobre la Laguna Garzón y Piriápolis, ya te habrás dado una idea de que Punta del Este es mucho más que playas. A menos de 40 minutos de la famosa ciudad se ubica la Sierra Carapé, un paisaje opuesto a lo que uno se imagina al pensar en sus vacaciones en Uruguay.
El cordón serrano es una de las «ramas» de la Cuchilla Grande que cruza el territorio uruguayo. En idioma guaraní, «Carapé» significa algo así como «de poca altura», y describe a la perfección la geografía del lugar.
A oriente de la Sierra Carapé está el Cerro Catedral, el punto más alto de Uruguay. No voy a hablar de ése, pero sí les voy a contar qué ver en la Sierra Carapé:
Al Norte por la Ruta 12…
La Ruta 12 es una ruta escénica llena de ondulaciones que atraviesa el sudoeste del Departamento de Maldonado. Nace en la zona de Solanas y se extiende hacia el Norte, hacia el Departamento de Lavalleja.
Conforme avanzamos hacia el Norte, la Sierra Carapé nos regala vistas cada vez más lindas de la campiña uruguaya. La cubre de muchos de los cerros está coronada por aerogeneradores que mueven sus aspas con tranquilidad, y cada tanto se ve ganado y campos cultivados de soja. El paisaje es simple, pero hiptoniza, y quizás por eso sea que la Ruta 12 fue usada -más de una vez- como escenario en producciones cinematográficas.
Pueblo Edén, «un pueblo tranquilo»
A menos de una hora de Punta del Este (y a unos 45km de la misma) llegamos a Pueblo Edén, donde viven permanentemente casi 100 personas. Su trazado urbano comprende apenas 16 manzanas. La población asciende a unos 250 considerando a quienes viven en las estancias y casas de campo alrededor del pueblo. ¿Quiénes son ellos? La mayoría inmigrantes europeos, muchas veces jubilados, enamorados de la tranquilidad y la simpleza de la Sierra Carapé.
Pueblo Edén es «un pueblo tranquilo», como indican los carteles que adornan sus calles de tierra. Hay quienes lo definen como un lugar donde «siempre es hora de la siesta». Pero, si bien es un rincón donde descansar un rato rodeado de la paz y energía serrana, el verdadero protagonista es la comida.
Se trata de un pueblo gastronómico visitado tanto por turistas como por residentes en las ciudades cercanas. Los días de más actividad son, lógicamente, los fines de semana, pero el pueblo puede visitarse en cualquier momento de la semana y del año. Una referencia bonaerense para quienes conozcan: como destino para una escapada gastronómica, Pueblo Edén me pareció una versión todavía más pequeña que Uribelarrea, sin lo gauchesco y con sierras.
El pueblito se hizo conocido en 2007 cuando el estilista argentino Roberto Giordano compró tierras a 2km del lugar. Después de los desfiles, solía mencionar al pueblo, direccionando mucha atención al tranquilo lugar. Sus habitantes temían que esto acabara con la calma que hace único al lugar, pero esto no ocurrió. Lo que sí ocurrió fue que el valor de la tierra en el antes olvidado lugar aumentó unas 10 veces.
Tras una breve recorrida por la plaza y la iglesia que se encuentra frente a ella, caminamos por las anchas calles de tierra en compañía del típico perro de pueblo. Casi como si supiese, el perro parecía guiarnos hacia nuestro destino en Pueblo Edén: La Casita de Chocolate.
La Casita de Chocolate
El lugar es un emprendimiento familiar que ya lleva un tiempo en Pueblo Eden. Tiene un estilo armonioso con la Naturaleza que invita a disfrutar del entorno tanto como de los sabores. ¡Y es un imperdible en la Sierra Carape!
Para un fanático del chocolate, el solo leer el nombre del lugar ya da ganas de ir, pero uno no está preparado para lo que se encontrará al llegar. Chocolates completamente artesanales en todas sus formas, e incluso en variantes que desconocía -como el relleno de lavanda, que me enamoró-. Nada que envidiarle a la Patagonia.
Romina nos contó un poco del lugar: la oferta es variada, tanto en verano como en invierno. Está abierto todo el año y no me voy a cansar de recomendarlo. ¡Tan solo miren estos brownies y el chocolate caliente! Y si se quedan con ganas de más, dense una vuelta por el video al final del post 😉
Camino a los olivares…
En la Sierra Carapé se ven amplias áreas de cultivo de olivos. La floración es en primavera y la cosecha en otoño. Luego sigue un minucioso proceso productivo para obtener el aceite: se busca el balance entre madurez y cantidad de jugo en la aceituna para optimizar el proceso.
¿Sabían que se requieren aproximadamente 10 kilos de aceitunas para producir 1 litro de aceite de oliva? Este y otros datos del proceso se aprenden en cualquier visita a los olivares de la zona. Durante nuestro viaje (con motivo de un blog trip realizado a la región en febrero) visitamos el olivar Lote 8, especializado en la producción de aceite de oliva extra virgen. Ahí conocimos a Martín, quien nos dio un recorrido completo por el campo y la fábrica.
En la Sierra Carapé, los olivos crecen también en las pendientes. Esto es posible gracias a las cañadas naturales, y ayuda a componer un paisaje que ya desde la ruta luce increíble. Si a eso le sumamos los inviernos suaves, primaveras lluviosas y veranos secos, el resultado son plantaciones que dan excelentes frutos.
Hace pocos años, Uruguay empezó a ocupar un lugar como exportador de aceite de oliva extra virgen de muy alta calidad. Siendo un país tan chico, no puede competir en el mercado internacional por cantidad producida, más bien lo hace por su altísima calidad. ¡Y tiene motivos para presumir! En este lugar aprendimos a catar aceite de oliva (algo que nunca pensé que disfrutaría tanto), pero eso es apenas una parte de la experiencia que se brinda al turista en los olivares.
«Periodistas viajeros» y «Magia en el camino« Acompañando la cata de aceite de oliva
Distintos olivares ofrecen distintas experiencias de acuerdo al bolsillo de cada uno. La Sierra Carapé puede disfrutarse en un día (si por ejemplo te alojaras en Piriápolis o en la zona de Punta del Este), pero también se puede realizar un turismo más extenso y exclusivo… una especie de ecoturismo chic.
Terminamos la cata de aceite de oliva mientras el Sol empezaba a ponerse e iluminaba los jardines de lavandas del olivar. Para este momento ya estaba completamente enamorado de la Sierra Carapé, sorprendido con ese paisaje que no sabía que existía en Uruguay, y ansioso por seguir la recorrida porque aún faltaba lo más importante: el vino.
Un lugar para el Tannat…
Los olivares no son los únicos que aprovechan el clima de la Sierra Carapé para crecer. La vid se hace notar en la campiña uruguaya, donde la cepa Tannat se convirtió en la insignia del vino uruguayo.
La uva Tannat fue introducida desde Francia después de muchos intentos por cultivar otros tipos en suelo uruguayo. La Tannat fue la que mejor se adaptó a la geografía del lugar y desde la época colonial al día de hoy fue ganando protagonismo en los viñedos de Uruguay.
Justo para el atardecer llegamos a la Viña Sacromonte, a pocos kilómetros del límite del Departamento de Maldonado. Así como ocurre con los olivares, hay varias viñas que se pueden visitar por un día o fin de semana en las sierras. Sacromonte es una de las tantas: allí no solo apreciamos una puesta de sol onírica, sino que degustamos uno de sus vinos estrella, de composición 50% Tannat, 30% Merlot, y 20% Cabernet Sauvignon. Además de estas, en Uruguay se cultivan uvas Marselan, Cabernet Franc, y Syrah. Con tanta variedad y superficie cultivada, el enoturismo se convierte en una de las cosas que hacer en las sierras.
Viña Sacromonte La viña desde el monte
La experiencia en Sacromonte apunta a un turismo más exclusivo. Acompañamos la degustación con la puesta de Sol, música en vivo, y choripán en pan de campo (otra cosa que me enamoró), mientras aprendimos un poco sobre la industria vitivinícola en Uruguay y la viña en general.
Para quienes quieran hacer algo más que un paseo por viñedos y degustación de vino, este y otros lugares ofrecen opciones de alojamiento en las sierras. Imaginate despertar, abrir la ventana, y no ver nada más que las sierras con todas sus formas y colores. Yo ya estoy planeando volver ♥
Cómo visitar la Sierra Carapé
Como dije, es muy fácil llegar a las sierras desde la costa si se tiene vehículo propio: basta con tomar la Ruta 12 hacia el Norte. En transporte público es un tanto menos fácil pero no imposible: hay al menos una empresa realiza viajes en bus de Punta del Este a Minas por la Ruta 12, con parada en Pueblo Eden, saliendo de la terminal de Punta del Este.
La región serrana es ideal para pasar un día distinto fuera del circuito tradicional de playas. La proximidad a Piriápolis y a Punta del Este la convierte en una excelente opción para disfrutar todo el año, no solamente en verano.
¡No te pierdas mi Guía para viajar a Punta del Este y alrededores con toda la información sobre qué ver en la región, más allá de las playas!
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