Llegué a San Pedro de Atacama desde Calama después de un vuelo horrible y 2 horas en un caluroso bus. No hizo falta ni bajar del bus para darme cuenta de que toda la planificación y esfuerzo para llegar habían valido la pena. Con solo ver la punta nevada del volcán Licancabur, uno ya puede aventurar que San Pedro de Atacama es un lugar especial…
El pueblo se ubica a 2400 msnm y, desde la época precolombina hasta la actualidad, miles de personas lo han hecho su hogar. Pero no solo los residentes llamarán hogar a este pueblo: todo viajero dispuesto a aventurarse en esta región de Chile sentirá en San Pedro de Atacama la calidez y tranquilidad digna de un hogar.
Este oasis de viajeros está a 33km de la línea imaginaria que separa a Chile y Bolivia, y a 120km de la que lo separa de Argentina. El Paso Sico y el Paso de Jama conducen directamente a San Pedro de Atacama desde Argentina, mientras que otro paso comunica Uyuni (Bolivia) con Calama (Chile), la principal ciudad desde donde se llega a San Pedro. Esta ubicación cercana al noroeste argentino y el sudoeste boliviano se complementa con los alucinantes paisajes que rodean a San Pedro de Atacama para atraer a miles de viajeros de todas partes del mundo. En la calle es como si el inglés fuese la lengua oficial. De hecho, terminé hablando más inglés en 4 días en San Pedro de Atacama que en 10 días en Estados Unidos.
¡Ah, y el pueblo está lleno de perros! 🙂
PRIMERAS IMPRESIONES DE SAN PEDRO DE ATACAMA
Ver a la gente yendo y viniendo cargando sus mochilas, hablando otras lenguas, desde viajeros solitarios hasta grupos enormes, te llena de energía. En el aire se respiran viajes.
¿El clima en verano? Una máxima promedio de 30°C y una mínima promedio de 10°C. La humedad es muy baja así que el calor se aguanta… al menos cuando uno ya viene acostumbrado al insufrible verano tropical de Buenos Aires.
Mi primera tarde la pasé conociendo el pueblo: su iglesia, la plaza, el mercado de artesanos y sus callecitas de tierra tratadas con bischofita -un producto derivado del salar- para evitar que se desprenda polvo al circular sobre ellas.
La calle Caracoles es la peatonal y a ambos lados de ella se concentran la mayoría de bares, restaurantes, tiendas y agencias de turismo. ¡Y todo está repleto de banderas chilenas!
El ambiente viajero y jovial del pueblo resalta más al ponerse el sol, cuando los bares cobran vida y se llenan de gente de todo el mundo.
Acostumbrado a tantos pueblitos de Argentina -particularmente del norte- donde a la noche solo se oyen los grillos y la vida pareciera girar en torno a la Iglesia, esperaba que este rincón de Chile fuera algo parecido, pero San Pedro de Atacama está lejos de ser conservador: una caminata por el pueblo pasando frente a bares gay-friendly y tiendas de venta de productos hechos a base de cannabis demuestra lo contrario. San Pedro de Atacama es libertad.
Pero no todo es bares, comida y paisajes asombrosos: San Pedro de Atacama también tiene dos museos: uno arqueológico -que no pude visitar porque estaba cerrado- y el Museo del Meteorito. Este último funciona en una construcción en forma de domo que contrasta con las casas de adobe y allí el visitante puede aprender, entre otras cosas, a identificar meteoritos! 🙂
MI PRIMER DÍA EN SAN PEDRO DE ATACAMA
San Pedro de Atacama es -junto a Torres del Paine– el principal destino turístico de Chile y, como tal, hay mucho para ver. Los principales atractivos, como los géiser del Tatio y las lagunas altiplánicas, se ubican a decenas de kilómetros en el medio de la nada y para acceder a ellos hay que contratar un tour. Pero también hay un par de rincones que vale la pena ver y se los puede visitar fácilmente a pie o en bicicleta desde el centro de San Pedro de Atacama.
Los dos rincones que recomiendo ver muy cerca del pueblo son el Pukará de Quitor y el Valle de Catarpe. A ambos se puede ir caminando o en bicicleta, pero son tan solo dos de los tantos lugares que ver en San Pedro de Atacama. A continuación te cuento más 😉
PUKARA DE QUITOR
La mañana del 29 de enero desayuné con Claudio y partí a visitar el Pukará de Quitor. Llegar no es dificil: el camino está señalizado y hasta hay un puente por donde cruzar las aguas marrones del Río San Pedro. El trayecto es de unos 3 kilómetros hasta la entrada al Pukara de Quitor, donde se cobra al visitante.
Allí me hicieron descuento de estudiante con solo presentar una constancia de alumno regular de mi universidad argentina.
El Pukara de Quitor son los restos de una edificación del siglo XII que los incas usaron con fines habitacionales y defensivos hasta la invasión española en 1540. Las construcciones -de piedra y argamasa- se ubicaban en terrazas, que en varios aspectos me recordaron a las Ruinas de Quilmes, en Argentina.
Al llegar a lo más alto que el camino permite se aprecia la inmensidad que rodea a San Pedro de Atacama. Se puede ver el pueblo en su totalidad, con el sol reflejado sobre techos de chapa y con los volcanes Licancabur y Juriques llevándose todo el protagonismo.
GARGANTA DEL DIABLO
Volví al pueblo, almorcé algo en uno de los puestos de comida en una calle cercana al cementerio, y luego me reuní con Claudio y Jean para ir a andar en bicicleta. Hay muchos lugares para rentar bicicletas en San Pedro de Atacama. Todos cobraban más o menos lo mismo (alrededor de CLP 4000 por el día).
Para llegar a la Garganta del Diablo se debe salir del pueblo por el camino en dirección al Pukara de Quitor pero desviarse a la derecha luego de cruzar el puente. El camino es, hasta ahora, el recorrido más lindo que haya hecho en bicicleta, y también el más divertido ya que es imposible no reirse como niños al terminar con los pies cubiertos de barro (hay que cruzar 3 veces más los meandros del Río San Pedro).
Tras un recorrido de casi 8 kilómetros desde el centro de San Pedro de Atacama por el Valle de Catarpe, se llega a la entrada de un circuito donde los ciclistas se aventuran entre paredes de piedra de millones de años de antigüedad.
De ahí en más, el camino es toda una travesía. La «ruta» -un angosto camino de tierra que parece un cañón- se adentra en los cerros y hay una pequeña pendiente que hace que pedalear cueste más. En algunos tramos incluso hay que bajarse de la bici y caminar unos metros para pasar por túneles de piedra.
Claudio hacía de guía. El circuito no es de los paseos más conocidos de San Pedro de Atacama y es fácil desorientarse… De hecho, a nosotros nos pasó: Se puede llegar hasta una capilla en lo alto desde donde se tienen vistas de los cerros teñidos de naranja al atardecer… nosotros jamás encontramos la capilla, pero subimos por algún otro lado y admiramos lindas vistas de igual modo. En el camino incluso conocimos a una chica de Valdivia que se había desorientado y separado de su grupo de amigos en alguna parte del recorrido.
QUÉ HACER EN SAN PEDRO DE ATACAMA…
Terminé mi primer día completo en San Pedro de Atacama fascinado con lo que había visto, pero era solamente la punta del iceberg. En los días siguientes, conocería el salar de Atacama, las lagunas Miscanti y Meñiques, el salar de Piedras Rojas, el Valle de la Luna, los géysers del Tatio y pasaría por los pueblitos de Toconao, Socaire y Machuca. Los toursse pueden contratar en cualquiera de las tantas agencias de turismo que hay en el pueblo, y todas manejan más o menos los mismos precios.
No te pierdas mi guía completa para viajar a San Pedro de Atacama, con toda la información que necesitás para planificar tu viaje a esta alucinante región de Sudamérica 😉
Otros recorridos para hacer son el Valle del Arcoiris, el Valle de la Muerte y la Laguna Cejar. Si ya leíste mis consejos para viajar a San Pedro de Atacama, te comparto este post de Viajando Lento con su itinerario por San Pedro de Atacama.
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