San Francisco del Monte de Oro era un puntito negro al norte de la provincia en el mapa que nos estaba mostrando la chica de la oficina de Turismo en la terminal de ómnibus de San Luis. Nos habíamos acercado al mostrador de Turismo para que nos dijeran dónde podíamos ir, ya que nuestros planes de visitar Merlo se habían frustrado por el mal clima en la región. Nunca habíamos oído hablar de San Francisco del Monte Oro, y nos sorprendería lo que íbamos a encontrar ahí: ecoturismo, historia, y energía a pleno.
«Si ahí hay sol, vamos» pensamos. No era la primera ni la última vez que cambiábamos un destino por otro debido al mal clima que estaba afectando a la región. Nos despedimos de la ciudad de San Luis (y de su asombrosa terminal de ómnibus) y tomamos el siguiente micro a San Francisco del Monte de Oro.
CÓMO LLEGAR A SAN FRANCISCO DEL MONTE DE ORO:
Se llega yendo al norte por la ruta nacional 146, con las sierras puntanas a la derecha y una vasta planicie a la izquierda. Son 100 kilómetros hasta el desvío que se adentra en las sierras. Luego, un par de kilómetros más hasta llegar a la pequeña terminal de micros del pueblo.
La oficina de turismo local está al lado de la terminal. Ahí charlamos un rato con Oriana, quien nos contó un poco de la historia del lugar y todo lo que hay para hacer.
San Francisco del Monte de Oro resulta ser «la capital nacional de la educación pública» y con orgullo te lo recuerda en cada cartel y folleto. En este pueblo construyó Sarmiento (junto a su tío) la primera escuela en impartir educación pública en Argentina, cuando tenía tan solo 15 años.
San Francisco del Monte de Oro también es un santuario ecológico ya que es el punto más austral donde crecen las palmeras Caranday. El pueblo está rodeado por las Sierras Centrales de San Luis y es atravesado por el Río Curtiembre.
El río divide a San Francisco del Monte de Oro en dos sectores. a la margen oriental del río está la zona histórica que comprende una plaza, una vieja iglesia, y la famosa escuelita. A la margen occidental está el centro del pueblo con su plaza, iglesia, tiendas, y hasta un pequeño casino.
Lo primero que hicimos fue caminar hasta uno de los 4 campings que hay en San Francisco del Monte de Oro: el camping Las Palmeras, a la orilla del Río Curtiembre. Caminamos los 2,3 kilómetros que separan la terminal del camping, bajo el sol cargando con las mochilas, pero envueltos en la paz del pueblo.
Algunas calles cercanas al centro están pavimentadas, pero conforme uno se aleja bajando hacia el río se encuentra con calles de tierra sin veredas y rodeadas de árboles. La gente nos veía pasar y algunos saludaban, como si nos conocieran. Las viviendas están esparcidas sin un trazado urbano determinado, y hay muchos terrenos sin edificar. En este sentido, San Francisco del Monte de Oro parece un pueblo rural, con toda la paz que eso implica.
Las casas en San Francisco del Monte de Oro son bajas. Muchas son de adobe y otras de piedra. Prácticamente no tienen rejas mas que como decoración, y más de una tenía las ventanas y las puertas abiertas de par en par. Las bicicletas yacen acostadas sobre la tierra sin necesidad de ser atadas y no me extrañaría si los autos estacionados a los lados de las calles estuvieran sin traba. Todo eso nos indicaba que en San Francisco del Monte de Oro reina la tranquilidad.
En un momento del camino dejamos de ver casas y nos encontramos entre la vegetación de las sierras. Nos envolvía el ruido de los insectos y el lejano sonido del agua. Metros más adelante, el camino nos deleitó con una vista del río desde lo alto y las sierras detrás.
No habíamos pasado ni 3 horas en el pueblo y ya nos encantaba.
El camping nos costó tan solo AR$ 75 (USD 5,50 en aquel momento) ya que solo cobran por carpa y no por persona. Contaba con baños con ducha, parrillas, y proveeduría (y vendían unos pastelitos fritos con membrillo que estaban increíbles). Aquella tarde disfrutamos del agua y frescos tererés en la orilla, mientras el atardecer cambiaba los colores de las sierras… Pero la perlita del camping vino a la noche.
Gracias a la poca luz, la nula contaminación atmosférica, y el buen clima de aquel día, pudimos ver el cielo nocturno más hermoso. ¡Repleto de estrellas! Hasta tuvimos estrellas fugaces para disfrutar. Al día de hoy, sigue siendo una de las noches de viaje más inolvidables, y volvería a San Francisco del Monte de Oro sólo para disfrutar de aquel cielo nocturno otra vez.
Al día siguiente regresamos a la oficina de turismo con la intención de alquilar bicicletas para recorrer el pueblo. Ellos brindan ese servicio por más o menos el equivalente a USD 2 por persona, y te proveen de casco. Lamentablemente, las bicicletas no resultaron buenas. A la mía se le desprendió un pedal mientras estaba andando y la de Franco se trababa. El mismo secretario de turismo de la localidad se disculpó, no nos cobró, y nos dijo que la realidad era que las bicicletas las había comprado la provincia hacía poco y no las habían probado todas antes de ponerlas a disposición del turismo. Fue una pena, porque el lugar es increíble para recorrerlo en bici.
A pie, recorrimos todo el pueblo. Vimos el centro primero, donde me llamaron la atención unos murales. Muchas paredes de San Francisco del Monte de Oro están intervenidas artísticamente, pero estos murales eran diferentes. Fueron pintados por alumnos de secundaria y trasmiten la importancia de tomar conciencia ecológica, algo de lo que Argentina aún carece bastante pero que en el interior se toma mucho más en serio que en Buenos Aires. En cierta forma, me recordaron mi viaje a Famatina un año atrás.
Cruzamos el puente sobre el Río Curtiembre y entramos en el sector histórico del pueblo. Allí conocimos la otra plaza, la vieja Iglesia San Francisco de Asís -fundada en 1745-, y la famosa escuelita de Sarmiento.
Iglesia San Francisco de Asís San Francisco de Asis
En San Luis nos hablaron de Sarmiento de una forma que hacía mucho no oía. No nos cuentan del Sarmiento agresivo y pro-europeo del que mucho se habla en las clases de Historia, sino de Sarmiento como el genio pragmático que en verdad fue. No volvería a escuchar (ni a aprender) del legado de Sarmiento y lo que él significó para Argentina hasta unos años más tarde, cuando visitara San Juan.
La escuelita es diminuta. Tiene dos aulas y techo de paja. Lo genial es que se preserva tal como era gracias a una enorme estructura de concreto que la resguarda de las lluvias.
Frente de la escuelita placas donadas por instituciones de todo el país
Si uno pasa el casco histórico del pueblo y continúa caminando rumbo al sur junto a la Ruta Provincial 9, pasa por una zona donde se están desarrollando algunos complejos de cabañas y llega al sector conocido como Primer Badén. Se trata de una especie de pileta natural formada por el Río Curtiembre.
También se puede continuar por la misma ruta 1,5 kilómetros hasta llegar al Dique Las Palmeras, otro de los atractivos de San Francisco del Monte de Oro.
Charlando con el director de turismo del pueblo supimos que hace poco que la localidad comenzó a difundirse como destino turístico regional. Eso se nota en las pequeñas cabañas y casas de alquiler. La realidad es que San Francisco del Monte de Oro tiene todo para convertirse en un destino de importancia en San Luis: tiene historia, tiene buena ubicación geográfica, tiene un hermoso paisaje serrano con ríos y arroyos (además del Río Curtiembre hay arroyos para visitar), y hasta tiene una ruta escénica que cruza las sierras hasta llegar al pueblo vecino de La Carolina, donde hay mucho turismo minero.
Para mí, San Francisco del Monte de Oro es como una fusión del estilo de pueblos como Villa Unión y Banda Florida, con el entorno y potencial turístico de lugares como Tafí del Valle. El lugar puede crecer mucho, aunque por ahora no da indicios de que eso vaya a ocurrir pronto. A primera vista uno podrá decir «acá no hay nada« y dejarse sesgar por las casas bajas, las calles de tierra, y los pastizales creciendo por doquier, pero eso hace al encanto del lugar y, si están viajando por San Luis, yo les diría que vayan a conocer la paz de San Francisco del Monte de Oro antes de que pierda esa magia que hace que un lugar así sea hermoso. No es un pueblo estéticamente bello, son la historia y la geografía sus atractivos.
Nos fuimos de San Francisco del Monte de Oro con nubes cubriendo el cielo, contentos de haber conocido este puntito negro en el mapa, y con el recuerdo de ese cielo nocturno que no sé cuándo volveré a ver…
CÓMO LLEGAR A SAN FRANCISCO DEL MONTE DE ORO EN TRANSPORTE PÚBLICO:
- Con la empresa Autotransportes San Juan se puede viajar desde y hacia las localidades puntanas de Luján y Quines, y a las ciudades de San Luis y Villa Dolores.
- La empresa Blanca Paloma tiene servicios diferenciales entre San Luis y San Francisco del Monte de Oro.
- El costo del pasaje de San Luis a San Francisco del Monte de Oro ronda los USD 6,00 por persona.
ALOJAMIENTO EN SAN FRANCISCO DEL MONTE DE ORO
Confío en que el pueblo va a seguir creciendo, porque tiene mucho potencial turístico. Hoy en día ya hay varias opciones de alojamiento, que van desde casas particulares hasta hoteles y cabañas. Y por supuesto que acampar siempre es buena opción. En este link te dejo toda la información sobre alojamiento en San Francisco del Monte de Oro.
¡Buen viaje! 🙂
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