Llegué a San Juan de Puerto Rico una calurosa mañana de febrero luego de una noche de navegación desde Saint Thomas. En este post te cuento cómo fue que me enamoré de San Juan de Puerto Rico a primera vista y, más adelante, te dejo toda la información y links útiles para tu viaje a Puerto Rico.
San Juan es una ciudad muy grande, la más grande de las Antillas. En las pocas horas que tenía para recorrerla, decidí ver lo histórico e ignorar la zona moderna y las playas. El casco histórico de la ciudad es Old San Juan, y es donde está el embarcadero de cruceros.
Lo primero que se ve al llegar son edificios antiguos construidos sobre pendientes, rodeados de murallas coloniales y envueltos en un entorno colorido. Las banderas presentes son siempre la estadounidense y la puertorriqueña. La isla no tiene el status de colonia pero tampoco es un Estado de la Unión. El gobierno de Estados Unidos considera a Puerto Rico como un «estado libre asociado«, es decir, un territorio no incorporado, bajo el poder del Congreso estadounidense, pero con gobierno y Constitución propias.
En Puerto Rico se habla el español más que el inglés y la cultura es plenamente latina y caribeña. No obstante, la fusión cultural latino-estadounidense se nota, aunque la primera prevalece sobre la segunda.
Comencé la recorrida del casco viejo de San Juan saliendo del puerto, donde docenas de personas se pelean por ofrecerle la turista la tarifa más barata para llevarlo a distintos lugares de Puerto Rico. Pero para recorrer Old San Juan no es necesario ningún transporte. El casco histórico se recorre fácilmente a pie.
Al primer lugar al que llegamos fue la Plaza de Armas, que estaba desierta a excepción de algunas palomas. Este fue el lugar fundacional de San Juan de Puerto Rico en 1521, y sirvió de mercado hasta finales del siglo XIX. Está rodeada de elegantes edificios coloniales, entre los que se destaca el Ayuntamiento.
Las callecitas adoquinadas, junto con los balcones, las ventanas de los edificios, y la arquitectura, recuerdan a lo que se ve caminando por el barrio de San Telmo, en Buenos Aires. Hay un gran parecido con las zonas históricas de Buenos Aires (y seguramente de tantas otras ciudades latinoamericanas), aunque en Puerto Rico todo tiene mucho más color.
Atravesando las viejas y angostas calles de San Juan se llega al Fuerte de San Felipe de El Morro, la fortaleza más famosa de Puerto Rico. En el camino, nos perdimos en unas callecitas pudiendo ver la Casa de Gobierno, y luego bordeamos parte de la costa caminando sobre las murallas. Visitar el fuerte fue para mí como entrar a otro mundo. Era un lugar completamente nuevo. Jamás había visto algo así fuera de las películas de piratas. La historia se respira… ¡y la humedad también!
El Fuerte vigila el frente oceánico de Puerto Rico y la entrada a la intensamente azulada Bahía de San Juan. La construcción es colosal, con sus altas murallas de un espesor enorme, todo de piedra, con cañones antiguos por doquier.
La entrada tiene un costo aproximado de US$ 3 por adulto para recorrer el fuerte por libre pero una tarifa más cara para las visitas guiadas (que, lógicamente, se dan tanto en inglés como en español). Nosotros lo recorrimos por cuenta propia. Hacerlo es fácil porque hay carteles informativos en los dos idiomas con toda la información necesaria para entender el legado histórico del lugar sin perderse ningún detalle.
La construcción de la fortaleza fue decretada por el Rey Carlos I allá por 1539. Desde detrás de las murallas se han disparado incontables balas de cañón para defender la colonia de piratas e invasores europeos. El Morro tuvo también el primer faro de Puerto Rico y, durante la Segunda Guerra Mundial, se construyó un búnker que también puede visitarse. Recorrí todo y me metí en cada hueco donde era posible. Quedé asombrado. Se pueden visitar las terrazas, el faro, los calabozos, los antiguos depósitos de artillería, todo.
El Morro no es el único fuerte de San Juan de Puerto Rico, pero aparece en todos lados como uno de los más recomendados para visitar. No conocí los otros, pero les recomiendo enormemente visitarlo ¡más aún si es su primer viaje al Caribe!… como era mi caso.
Luego de la recorrida al fuerte, y con el sol ahora brillando, continuamos paseando por Old San Juan. El camino por el que se entra y sale del fuerte va de la entrada de este hasta la Plaza de Ballajá, donde están la Escuela de Artes de Puerto Rico, el Museo de las Américas y el Instituto de Cultura. Esos son tres edificios antiguos, coloridos y hermosos, que rodean una plaza con flores.
El Viejo San Juan fue durante siglos apenas un emplazamiento militar español. No fue hasta el siglo XIX que la ciudad se desarrolló considerablemente más allá de las murallas que envuelven al casco viejo (donde hoy está la zona hotelera y moderna de San Juan), pero «Old San Juan» está tan bien conservado y mantenido que uno se olvida que algunas construcciones datan de hace más de 400 años.
Habiendo pasado por la Plaza de Tótem, caminado por la rambla norte, y conforme las tiendas empezaban a levantar sus persianas, continuamos la recorrida por las calles de piedra con constantes subidas y bajadas. Otro dato curioso, al menos para mi, es que el tendido eléctrico va por sobre las terrazas de los edificios. No hay postes de electricidad sobre las veredas, y estas son incluso más estrechas que las molestas veredas del barrio más viejo de Buenos Aires.
Hay negocios increíbles, mucha artesanía, y se escucha salsa por todos lados. La ciudad empieza a cobrar vida y a ponerse en movimiento pasadas las 11 a.m., y todo se vuelve más interesante. Hay grupos de turistas mezclados entre visitas escolares, artistas callejeros y vendedores por doquier.
Emprendiendo regreso al puerto, pasé frente al Casino de Puerto Rico, otro edificio antiguo, muy lujoso y elegante. La tentación de seguir camino más allá de las murallas era fuerte, pero el crucero solo se detenía en San Juan por 9 horas.
Leé mi post sobre cómo es viajar en crucero por el Caribe.
El barco partió a las 15:00 con destino a las Islas Turcas & Caicos y la vista de Old San Juan desde la bahía fue otro espectáculo hermoso. Estaba agotado pero me quedé mirando la ciudad desaparecer en el horizonte mientras el barco se alejaba. Si bien el tiempo que dediqué a recorrer el Viejo San Juan fue insuficiente, alcanzó para hacer que me enamorara a primera vista de esta joya del Caribe y deseara volver algún día. La isla de Puerto Rico tiene otros atractivos increíbles que creo valdría la pena conocer, así que en algunos años quizá les cuente 😉
¿TE VAS DE VIAJE A PUERTO RICO?
A continuación te dejo varios links útiles para tu viaje a San Juan de Puerto Rico. Porque, definitivamente, la isla es mucho más que su capital y un día no alcanza para conocer y disfrutar de todo lo que hay que ver en Puerto Rico 😉
- Sitio web de Turismo de Puerto Rico.
- Hoteles en San Juan de Puerto Rico.
- Excursiones en San Juan de Puerto Rico.
- Seguro viajes para viajar a Puerto Rico.
¡Buen viaje!
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