Los molinos son la postal típica de un viaje a Holanda. Llegar es muy fácil, y es una de las escapadas más económicas que hacer desde la capital neerlandesa. A continuación te cuento cómo ir a los molinos de Holanda desde Amsterdam).
Para ver los molinos desde Amsterdam hay que viajar unos 15km al norte de la ciudad, hasta la vecina ciudad de Zaandam. En ella se encuentra el barrio de Zaanse Schans, que funciona como una especie de museo a cielo abierto. ¿Su atractivo? Los tradicionales molinos holandeses, la mayoría de más de 200 años de antigüedad pero aún en uso.
Cómo llegar a los molinos de Amsterdam
Visitar los molinos desde Ámsterdam es sencillo. Tan solo hay que tomar el tren Sprinter desde la Estación Central de Ámsterdam hasta Zaandijk Zaanse Schans. El viaje cuesta EUR 8,00 ida y vuelta y lleva poco menos de media hora. Hay frecuencias cada 20 o 30 minutos dependiendo del momento del día. Desde la estación hay que caminar alrededor de 1km hasta Zaanse Schans.
Otra opción es tomar el bus 391, que también parte de la estación central de Ámsterdam. La línea tiene frecuencias cada 15 minutos, y tiene una parada a la entrada de Zaanse Schans. El viaje cuesta EUR 5,20.
Recorriendo Zaanse Schans
La entrada al barrio es gratuita. Porque, aunque se sienta como un museo, no lo es. En Zaanse Schans viven y trabajan muchas personas. El barrio, construido en 1850, mantiene vivo cierto ambiente industrial, particularmente por la variedad de talleres, fundiciones, y granjas.
El lugar se recorre en aproximadamente 2 horas, por cuenta libre. Se trata de un conjunto de coloridas casas de madera donde funcionan queserías, carpinterías, una fábrica de zuecos, talleres de artesanos, tiendas de regalos, y pequeños museos. Claro que el principal atractivo son los históricos molinos, y para los turistas hay variedad de restaurantes y cafés para elegir.
Todo se puede recorrer fácilmente a pie y está preparado para recibir a los turistas. Por unas monedas, también pueden subir a algunos de los viejos molinos y verlos por dentro. Los molinos son los principales protagonistas en la lucha del pueblo neerlandés para ganar terreno al mar. Si bien algunos cumplían la clásica función de molienda de granos, otros servían para drenar el agua y, así, permitir la construcción en tierras donde antes había agua.
La Región del Zaan, la parte de Holanda Septentrional donde se ubica Zaanse Schans, ofrece más atractivos turísticos que solo ver los molinos. Aunque es una escapada corta, económica, y tradicional que hacer desde Ámsterdam, vale la pena echarle un ojo las demás actividades que hacer en Zaanse Schans. Esto incluye travesías en barco, alquiler de bicicletas, o rutas de senderismo. El pueblo ofrece un circuito cultural por antiguas fábricas a la vera del río, que pueden hacer de regreso a la estación de tren. También vale la pena pasar unos minutos en la ciudad de Zaandam, que tiene un pequeño y pintoresco centro comercial famoso por la bizarra arquitectura del hotel Inntel.
Pueden consultar más información sobre actividades y horarios de visita en la página web de Zaanse Schans. Otra opción es combinar la visita a los molinos de Zaanse Schans con otros pueblos de la región, partiendo desde Ámsterdam. Pueden consultar todas las opciones a continuación ☺
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