Si estás planeando una escapada de un día desde Londres, seguramente Cambridge sea una de las opciones. Con su rica historia universitaria, su patrimonio científico y sus peculiares tradiciones, es el destino perfecto. En este post te cuento cómo visitar Cambridge en un día desde Londres y qué ver en la famosa ciudad universitaria.
Cómo Llegar a Cambridge desde Londres
Antes de embarcarte en tu aventura de un día en Cambridge, es esencial planificar el viaje desde Londres. Aquí tienes opciones de transporte con detalles sobre estaciones de partida, precios y frecuencias a 2024.
| Medio de Transporte | Estación de Partida | Precio promedio (Ida y Vuelta) | Frecuencia |
|---|---|---|---|
| Tren | Estación King’s Cross | £20-£30 | Cada 15 min |
| Autobús | Estación Victoria | £10-£15 | Cada 30 min |
Tip: Las estaciones de tren y autobús ofrecen servicios regulares a Cambridge, permitiéndote ajustar tu horario según tus preferencias. Los precios, sin embargo, suelen ser más baratos por la mañana.
Si tu idea fuese una escapada a Cambridge desde otra parte de Europa, se puede llegar en tren o bus desde el aeropuerto de Stanstead en menos de una hora. En este post te cuento más sobre los aeropuertos de Londres y en este link te comparto todas las opciones de alojamiento en Cambridge.
Visitar Cambridge en un Día: Un Paseo por la Historia y la Cultura
Fundada en el siglo XIII, Cambridge es un crisol de conocimiento y tradición académica. La Universidad de Cambridge, establecida en 1209 por un grupo de académicos, se convirtió en el epicentro del conocimiento. A medida que el tiempo avanzaba, los colegios surgieron como los guardianes del saber y hoy son 31. Con el King’s College y el Trinity College a la cabeza, estos edificios no solo albergaban a estudiantes y profesores, sino que también se convertían en testigos silenciosos de la historia que se escribía en ellos.
Con el pasar de los siglos, los verdes jardines del campus (que, por cierto, es toda la ciudad) vieron dejar su marca en la ciencia a personas como Isaac Newton, Charles Darwin, Alan Turing, Niels Bohr, James Maxwell y demás nombres frecuentes de los libros de Física, Química, Matemática, etc. Cualquier tour por Cambridge contará la historia de alguno de ellos, pero ni cien tours alcanzan para escuchar todo lo que ha pasado en este pequeño rincón del Reino Unido. Mucho menos alcanza el tiempo para hablar de cómo el conocimiento gestado en esta ciudad le dio forma, en cierta manera, al mundo que conocemos.
El campus de la universidad
Algo lindo de Cambridge es que toda la ciudad es parte del campus. Por sus calles es normal encontrar estudiantes vestidos para la graduación, participando de eventos, viviendo la vida universitaria mezclados entre turistas y otros residentes. Hay un aire de elitismo pero también lúdico, que conforma una atmósfera única. Y si a eso le sumas la vibra de Harry Potter de los angostos callejones, no sería raro definir a Cambridge como un lugar casi mágico.
A lo largo del free walking tour que nos llevó a recorrer Cambridge a pie, la guía -Pepi, española residente en la ciudad hacía décadas que hoy dirige el mejor free tour de Cambridge- nos contó los detalles de la vida de los estudiantes, y cómo no todo es estudio. Recorriendo las inmediaciones de los colegios se encuentran curiosidades, como estatuas sosteniendo la pata de una mesa en el lugar donde debería haber una espada, patitos inflables en las fuentes, y aprendemos sobre las tradicionales bromas estudiantes que ya son parte de integral de la vida en Cambridge. Estas van desde inocentes travesuras hasta invasiones de ovejas en los patios o la aparición de caballos en las aulas.
Curiosidades de Cambridge
La ciudad esconde secretos y detalles que no notarías si alguien no te los contara. Por ejemplo, en el jardín de Trinity College hay un manzano, retoño del mítico manzano bajo cuya sobra reflexionó Newton sobre la gravedad.
En el famoso Café de las Revelaciones funciona un pub conocido por ser el lugar donde Watson y Crick desentrañaron la estructura del ADN (y aquí tengo que hacer pausa para reivindicar a Rosalind Franklin, quien verdaderamente descubrió dicha estructura, para que no me quiten el título de biotecnólogo), pero que esconde un secreto: tiene una ventana abierta y bloqueada para que nunca pueda ser cerrada. Cuenta la leyenda que, desde un incendio en el café se cobró la vida de una niña hace más de 2 siglos, la ventana se abría por sí sola cada vez que alguien la cerraba. Supuestamente, acción del espíritu de la difunta. La única vez que la ventana fue cerrada y bloqueada para que no pudiera volver a abrirse, el café volvió a sufrir un incendio. Desde entonces, la ventana permanece eternamente abierta y esto hasta está escrito en el contrato de alquiler.
La Iglesia de San Eduardo, por otro lado, se esconde en un pequeño pasaje pero alberga una gran historia. Se la considera «la cuna de la reforma anglicana». Ahí mismo, en 1525, se pronunció el primer sermón de la reforma inglesa. Posteriormente el rey Enrique VIII rompería con la iglesia católica y se auto proclamaría la cabeza de la iglesia anglicana, para así poder separarse de Catalina de Aragón y casarse con Ana Bolena. Boda que, dicho sea de paso, también tuvo lugar en Cambridge.
Hay infinidad de detalles para contar, pero no se los voy a spoilear. Es parte de la magia de recorrer Cambridge con una buena guía. Pero, si te mata la curiosidad, te recomiendo leer el blog de nuestra guía Pepi, apasionada de Cambridge.
El Corpus Clock
Quizá una de las más grandes sorpresas y puntos interesantes que visitar en Cambridge. El Corpus Clock es un peculiar reloj diseñado por el escultor John C. Taylor. Su esfera dorada, que mide aproximadamente 1,5m de diámetro, está cubierta por un intrincado patrón de agujeros que representan los números del reloj. En el centro, hay un agujero que muestra el mecanismo del Cronófago. El Cronófago, que significa «devorador de tiempo», es una figura dorada que se asemeja a un saltamontes. Este se mueve alrededor de la esfera y parece «devorar» el tiempo, pero también parece luchar contra el paso del mismo (sin éxito, recordándonos la fugacidad de la existencia).
El mercado de Cambridge y el río Cam
Como todo pueblo, el epicentro de todo parece ser la plaza del mercado. Al mediodía encontrarán todo tipo de comidas, desde tradicionales platos británicos hasta paella y empanadas. Este es el punto de partida de cualquier tour por Cambridge, y también esconde leyendas dignas de escuchar que se remontan a los orígenes del mismo, hace más de mil años.
El río Cam, por su parte, escurre entre las centenarias construcciones de piedra y madera y constituye otro eje de la vida en Cambridge. En un día soleado, sus aguas están plagadas de balsas impulsadas por un guía usando una vara larga. Los paseos pueden contratarse o hacerse por cuenta propia. Como visitante no cuesta darse cuenta quiénes son guías y quiénes no. La recomendación es llevar una muda de ropa limpia para tu visita a Cambridge si quisieras conducir la balsa por tu cuenta ;).
Más actividades que hacer en Cambridge
Aunque Cambridge se puede visitar cómodamente en un día, hay mucho más para ver y hacer de lo mencionado en este post: recorrer las iglesias, visitar el teatro, conocer la librería embrujada, subir a la torre de Santa María. Como dije, es tanta la historia, las anécdotas, y los mitos que envuelven a este mítico lugar que ningún blog le hará justicia. Te recomiendo visitar Cambridge la próxima vez que estés en Londres. Yo definitivamente volveré en algún momento. ¡Buen viaje!
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