Cuando uno piensa en Punta del Este, lo primero que viene a la mente es lujo, playas, farándula. Recientemente volví de este famoso rincón de Uruguay y puedo decir que Punta del Este es más que eso. A minutos de la ciudad podemos encontrar sierras, castillos, viñedos, reservas naturales, y decenas de otros atractivos turísticos de los que no tenía idea -y sobre los que ya escribiré, claro-, pero en este post les voy a contar del balneario más exclusivo de la costa Uruguaya: José Ignacio.
José Ignacio está 33 kilómetros al Este de Punta del Este. Ambas localidades se comunican mediante la Ruta 10. La forma más fácil de llegar es en vehículo propio o remís, pero también existe un bus local que realiza el recorrido Maldonado – Punta del Este – José Ignacio (es la Línea 14 y pueden consultar recorrido y horarios aquí).
La Barra y su puente ondulado
Antes de llegar a José Ignacio se pasa por La Barra, uno de los más populares balnearios de la zona. La localidad se desarrolla junto a la Ruta 10, sobre la cual se encuentran todos los negocios: tiendas de marca, restaurantes, negocios de diseñadores, paseos de compras y más. El estilo de La Barra es rústico, vanguardista y con mucha onda. Acá no se ven edificios altos y modernos como en la península de Punta del Este, más bien casas prolijas y construcciones bajas. Durante la temporada de verano concentra la movida nocturna de la zona.
Para llegar a La Barra desde Punta del Este se cruza el famoso puente ondulado sobre el Arroyo Maldonado. La foto no le hace justicia, ¡pero les garantizo que al cruzarlo rápido se siente vértigo!
En La Barra hay varias playas. La más cercana a la zona del centro es La Posta del Cangrejo, pero también son populares la Playa Bikini, la Playa de la Boca, entre otras. Además, las aguas del Atlántico en esta zona se prestan para la práctica de surf y otros deportes.
Tranquilidad y estilo en José Ignacio
Al llegar a José Ignacio tampoco se ven construcciones de altura ni nada parecido. Ni siquiera un centro comercial en torno a una calle principal como en La Barra. En este balneario casi no hay ruido, no existe la prisa, y reina el buen gusto. Carteles junto a la calle le indican a uno que «aquí sólo corre el viento» y la paz se contagia fácilmente.
En sus inicios, José Ignacio fue un pueblo de pescadores. Debe su nombre a un poblador que habitó la península sobre la que se ubica el pueblo durante la época colonial. Su perfil pesquero fue cambiando con el tiempo hasta convertirse en un exclusivo balneario. Frecuentado por personalidades importantes de todo el mundo, muchas tuvieron -y muchas aún tienen- casas y estancias de descanso en José Ignacio para alejarse de todo. Es que la tranquilidad y armonía natural del lugar seducen a cualquiera, incluidos artistas, políticos, y hasta al mismísimo David Rockefeller.
Por supuesto que no hace falta alojarse en este exclusivo lugar para disfrutar de sus atractivos. Como mencioné antes, el pueblo está muy cerca de Punta del Este (y también de otras localidades turísticas).
¿Qué ver en José Ignacio?
Construido en 1877, el faro de José Ignacio es el punto más icónico del balneario. Se puede subir por 30 pesos uruguayos (unos USD 0,80 a febrero de 2020) y ver la península desde una altura de 32 metros.
La península sobre la que se asienta José Ignacio permite que el pueblo tenga dos playas muy diferentes. Al Oeste, la Playa Mansa donde descansan los barcos y, al Este, la Playa Brava donde las olas son protagonistas. Cada playa cuenta con sus paradores, donde se puede comer, merendar, o simplemente disfrutar de un trago.
La oferta gastronómica no se queda atrás. En la pequeña península encontramos creperías, restaurantes -donde los mariscos son las estrellas-, bares y cafés mezclados con boutiques y tiendas de diseño. Todo en un estilo hippie-chic que le otorga su aire único y característico.
El «centro» no está definido. Es que el pueblo es tan chiquito que todo está cerca, disperso por ahí. Las tiendas se mezclan con las casas y estas con la iglesia, la comisaría, y los espacios de yoga. José Ignacio es ideal para recorrer a pie o en bicicleta, tomándote tu tiempo, en sintonía con la calma del lugar.
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Cada casa llama la atención. No porque sean ostentosas -de hecho, no lo son-, sino por las flores, sus colores, y su prolijidad. Muchas de las casas que se ven en la península se alquilan al visitante, e incluso las más simples pueden costar más de USD 200 por noche según Airbnb.
José Ignacio es también un espacio para el arte. No solo por sus tiendas sino por su reconocido festival internacional de cine (el JIIFF: José Ignacio International Film Festival) que tiene lugar cada enero.
Pero José Ignacio y alrededores no son sólo un lugar para visitar en verano. El pueblo coexiste en armonía con la Naturaleza que lo rodea, y es ella la protagonista más allá de las playas…
La encantadora Laguna Garzón
José Ignacio se ubica entre dos lagunas. Al Oeste la laguna homónima y al Este la Laguna Garzón. Esta última está en el extremo oriental del Departamento de Maldonado y desde hace unos años es un área natural protegida. Se comunica con el mar por una barra de arena que se abre periódicamente, algo que le da enorme importancia biológica a este peculiar ecosistema.
La Laguna Garzón está a 8km de José Ignacio y posee características geográficas y climáticas únicas que la convierten en un humedal único. Tales características también permiten que Garzón sea uno de los mejores 3 lugares de Sudamérica donde practicar deportes como kitesurf y windsurf.
Junto a la laguna y a metros de la Ruta 10 -justo antes de cruzar el famoso y polémico puente circular de la Laguna Garzón- tiene su escuela Laura Moñino, ingeniera agrónoma, viajera, y subcampeona de windsurf radicada en Uruguay desde hace ya varios años. Junto a su staff de profesores, su escuela enseña windsurf y kitesurf bajo los mejores estándares para la práctica de estos deportes (es el único sitio IKO de Uruguay). Además se pueden practicar otras actividades como kayak y stand-up paddle.
La Laguna Garzón también se puede disfrutar en otros puntos donde existe la posibilidad de hacer camping, glamping, pesca, avistaje de fauna, o simplemente disfrutar del atardecer. El slogan del país es «Uruguay Natural» y -al menos por lo que pude ver al viajar por distintos puntos del Departamento de Maldonado- debo decir que le queda muy bien. ♥
Los dejo con un breve video de mi paso por José Ignacio y Laguna Garzón 😉
¡Buen viaje!
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