Sofia en un dia

Que ver en Sofia en un día: la capital tímida de la que nada esperaba

Llegué a Sofia viniendo de Bucarest. Y eso importa. Después de caminar las calles de la capital rumana (gris, dura, honesta, marcada por cicatrices recientes) esperaba algo parecido: otra capital de Europa del Este atravesada por el pasado comunista, interesante desde lo histórico, pero áspera en lo cotidiano. Sofia no fue eso. O no del todo.

Sofía me sorprendió porque, sin levantar la voz, se muestra más ordenada, más colorida, más amable. Y porque logra algo difícil: no negar su pasado, pero tampoco quedarse atrapada en él.

Una ciudad que se deja caminar

El centro de Sofia me pareció compacto, prolijo y muy caminable. Plazas cuidadas, veredas anchas, edificios restaurados, cafés que se integran al espacio público sin invadirlo. Se nota que la lavada de cara que recibió Sofia es reciente

Después de Bucarest, donde el desorden forma parte del carácter, Sofía se siente más contenida, más equilibrada. No es espectacular, pero funciona. Por supuesto que, cuanto uno más se aleje del centro histórico, más cambiará el panorama. Tras haber llegado a la terminal de buses en una gélida madrugada, tropezarse con escalones rotos, cruzar callejones sin iluminación, y espantarse un poco por el estado edilicio de los alrededores no fue algo extraño que digamos. Los suburbios de Sofia no parecen haber recibido el mismo presupuesto que el centro.

metro de sofia
El metro de Sofia contrasta con muchas de las calles por encima de él. Una maravilla, realmente.

Qué ver en Sofía en un día

Sofía se puede ver en un día. No entender del todo, pero sí intuir. Es una ciudad de 1,3 millones de habitantes, la más grande de Bulgaria, y cuya historia se remonta hasta el siglo VIII a.C. Es también una de las ciudades más antiguas de Europa, fundada entonces por los tracios bajo el nombre de Serdica.

Visitar la Catedral de Alexander Nevski

La Catedral de Alexander Nevski es el corazón simbólico de la ciudad. Es la postal típica de Sofia, y quizá también el mayor icono de Bulgaria. Monumental, solemne, casi excesiva para una capital tan discreta. Representa el peso de la religión ortodoxa y el orgullo nacional búlgaro.

No es solo un ícono turístico: es una declaración de identidad. Se trata de una de las catedrales ortodoxas más grandes del mundo. Fue construida hacia finales del siglo XIX en estilo neobizantino, que es muy propio de Bulgaria. La construcción y decoración del templo se llevó a cabo por artistas, arquitectos y trabajadores búlgaros, rusos, austro-húngaros y otros europeos que dejaron sus marcas, como los mosaicos venecianos, las lámparas muniquenses, y los ornamentos berlineses de las puertas vienesas.

Catedral de Alexander Nevski
La catedral mide 72 metros de largo, 42 metros de ancho y 52 metros de alto.
Tours en Sofia Bulgaria
La iglesia se puede visitar por cuenta propia, gratuitamente.

Experimentar la convivencia de culturas

A pocos metros conviven una iglesia ortodoxa, una mezquita y una sinagoga. Esto no es normal, ya que el único otro lugar del mundo donde tres templos de tres distintas religiones conviven en el mismo kilómetro cuadrado es Jerusalén.

Esta zona es llamada Plaza de la Tolerancia por los locales, según nos cuenta nuestra guía, y resume algo clave de Sofía: la superposición de culturas. Cristianos, musulmanes y judíos compartiendo espacio en una capital que nunca fue monocorde. El nombre oficial de la plaza es Tsentralna banya, y está a pasos del sitio arqueológico a cielo abierto que expone las ruinas de Serdica. En los alrededores de la plaza encontrarán la Mezquita Banya Bashi, la Sinagoga de Sofia, y la Iglesia de Sveta Petka Samardzhiiska, además del Mercado Central y el Museo de Historia.

Plaza de la Tolerancia, Sofia
Ruinas de Serdica en la Plaza de la Tolerancia

Las fuentes termales: Sofia antes de Sofia

Las fuentes termales recuerdan que Sofía es una de las ciudades más antiguas de Europa. Acá hubo romanos, agua caliente, vida urbana mucho antes de que existiera Bulgaria como país. Es que, si bien la ciudad pasó por el control de muchos pueblos e imperios a lo largo de los siglos, fueron los romanos los que dejaron uno de los legados más visibles: acueductos, canales y fuentes que funcionan hasta el día de hoy.

Los búlgaros presumen de tener «la mejor agua del mundo». Yo no puedo juzgar eso, y mucho menos por el aroma azufrado del agua que brota de las fuentes. Ellos dicen que es la alta concentración de minerales arrastrada por el agua desde las montañas circundantes que hace bien a la salud. Cierto o no, las fuentes termales en pleno centro de la ciudad (a pasos del sitio arqueológico mencionado antes) son una de las principales atracciones que ver en Sofia.

Visitar los edificios monumentales de Sofia

Una de las zonas más lindas de Sofia es la comprendida entre la Catedral de San Alejandro Nevski, la estación Serdica, y el Jardín de la Ciudad (Градска градина). La zona representa el lado más imperial de Sofia, caracterizado por los llamativos adoquines amarillos que adornan las calles.

Sofia city tour
Palacio Imperial frente al Jardín de la Ciudad

Los adoquines amarillos fueron colocados a comienzos del siglo XX, durante el reinado del zar Fernando I, y se convirtieron en un símbolo de la Sofía moderna y monárquica. Fue un intento de «poner a Sofia a la altura de las grandes capitales europeas». Caminar sobre estos adoquines, aunque muy lindos, es todo un desafío (especialmente con lluvia) dado lo resbaladizos que son.

En este mismo eje se levantan algunos de los edificios más importantes del poder búlgaro: el Palacio Imperial de Sofía (hoy sede de la Galería Nacional y del Museo Etnográfico), la Presidencia de Bulgaria (donde se puede observar el cambio de guardia), el Consejo de Ministros de Bulgaria y otros edificios gubernamentales monumentales, muchos de ellos reformulados durante la era comunista. Sus fachadas sobrias, macizas, de escala casi intimidante, contrastan con la elegancia de los adoquines y refuerzan esa sensación tan propia de Sofía: una capital donde el pasado imperial, el poder socialista y la Bulgaria contemporánea conviven en pocas cuadras, sin disimular demasiado sus tensiones.

El Jardín de la Ciudad es uno de los tantos parques urbanos de esta zona, y destaca por los elegantes edificios a su alrededor. El Teatro Nacional Ivan Vazov es uno de los principales. También destacan buenos sitios donde comer (recomiendo Taberna Izbata, aprobada por locales) y excelentes cafeterías.

que ver en Sofia en un dia
Teatro Nacional Ivan Vazov

Caminar la calle Vitosha hasta el Palacio Nacional de la Cultura

La calle Vitosha es el principal paseo comercial de Sofia. Un trayecto peatonal de 800 metros de largo que conecta la Catedral de Sveta-Nedelya (una de las más antiguas de la ciudad, construida por los romanos) y el Palacio de Justicia con el Parque Central de Sofia.

En el parque central destaca el colosal edificio del Palacio Nacional de la Cultura. Arquitectura brutalista, grandes espacios abiertos, estética comunista sin maquillaje que no deja duda alguna de cuándo fue construído el edificio. Es el centro cultural y de conferencias más grande del mundo, que alberga exposiciones, simposios, festivales artísticos, seminarios y demás.

En los alrededores del parque, Sofía empieza a parecerse más a lo que uno espera de una ex capital socialista: edificios funcionales, menos color, más escala humana. Existe un gran centro comercial y también un par de museos al sur, del otro lado del Palacio Nacional de Cultura pero, en mi opinión, no merecen la pena si se tiene un solo día en Sofia.

Palacio Nacional de la Cultura Sofia
Edificio del Palacio Nacional de Cultura

Dónde comer en Sofía: cocina balcánica, simple y sabrosa

La comida en Sofía fue otra sorpresa. Platos típicos de los Balcanes: ensaladas frescas con queso local, dips, pan casero, carnes rojas, verduras, todo servido sin pretensión pero con sabor. Comida para compartir, para acompañar con cerveza o vino local. No esperes alta cocina, pero sí autenticidad.

Además de la ya mencionada Taberna Izbata, otra de mis recomendaciones es el restaurante Hadjidraganov (Хаджидрагановите къщи). Aunque este última está un poco más acondicionado a turistas (cuenta con shows en vivo y menúes en varios idiomas), también fue aprobado por nuestra compañera de viaje local.

La cocina búlgara tiene trazas de la cocina turca, griega y árabe. Es famosa por sus abundantes ensaladas, la mayoría con queso sirene (similar al feta) o yogurt. Las cenas suelen ir acompañadas por bebidas alcohólicas locales tales como el rakia, el mastika y el menta.

Cenar en un restaurante en Sofia cuesta entre EUR 13 y EUR 24 por persona dependiendo del número de platos y tipo de bebida. En promedio, contando entrada, plato principal, y vino local, pagamos el equivalente a EUR 20 por persona al momento de nuestra visita hacia finales de 2025.

Pan y dips tradicionales como entrada.

Las montañas: lo que no esperaba encontrar

Uno de los mayores golpes visuales de Sofía está fuera del centro. A pocos kilómetros aparecen montañas imponentes, verdes, abiertas, ideales para escapadas y caminatas.

Sofia tiene acceso directo a la naturaleza, y basta con conducir entre una y dos horas para encontrarse en pleno bosque. El principal atractivo de las villas de montaña cercanas a Sofia son el senderismo y las aguas termales. Me fui con ganas de quedarme más días, convencido de que Sofia es un excelente destino que mezcla historia, gastronomía, y naturaleza ideal para disfrutar en un fin de semana largo.

Entonces… ¿vale la pena visitar Sofía?

Sí. Mucho. Sofía es una ciudad de perfil bajo, humilde, casi tímida. No intenta competir con otras capitales europeas. No se vende como imprescindible. Pero cuando se deja mostrar, sorprende.

Después de Bucarest, Sofía se siente más ordenada. Antes de llegar a Skopje (hacia donde me dirigiría después), funciona como un punto de equilibrio.

Sofia es una ciudad ideal para una primera aproximación a los Balcanes, para viajeros que buscan historia sin saturación, buena comida a precios accesibles, y ciudades que todavía no fueron devoradas por el turismo que, además, tienen el valor agregado de estar a poco viaje de encantadores destinos naturales.

Sofía se ve en un día, pero deja ganas de volver.

¿Cuántos días necesito para Sofia?

Un día alcanza para una primera impresión. Dos o tres permiten explorar museos y alrededores, especialmente las montañas.

¿Cómo moverse por Sofia?

La mayor parte de la ciudad es caminable ya que todo está cerca. En su defecto, el sistema de transporte público cubre casi toda la ciudad, y el metro conecta el centro con la terminal de buses, la estación de trenes, y el aeropuerto.

¿Dónde alojarse en Sofia?

La mejor opción es hospedarse en el centro, en los alrededores de la estación de metro Serdika, el calle Vitosha, o del Palacio Imperial.

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