Visitar Salzburgo es una de las tantas cosas que hacer en una escapada de un día desde Múnich, o de camino entre Baviera y Viena. Las conexiones ferroviarias con Alemania y el resto de Austria son excelentes, la ciudad es relativamente pequeña y cómoda para recorrer a pie, y la comida y los paisajes que la envuelven convierten a la ciudad de Mozart en un destino ideal para una escapada breve. A continuación te cuento qué hacer y que ver en Salzburgo en un día.
Salzburgo es la cuarta ciudad más importante de Austria y capital del estado homónimo. Se ubica a pocos kilómetros de la frontera con Alemania. El viaje en tren desde Múnich demora 2 horas y la ruta es servida por varias frecuencias todos los días. Su nombre proviene de la sal (Salz, en alemán), mineral extraído de los alrededores y que fue comercializado en Salzburgo desde hace más de mil años. Aunque hoy pudiera sonar raro, el comercio de sal fue el catalizador para que Salzburgo alcanzara el nivel de prosperidad que la convirtió en una de las ciudades más importantes de Europa Central durante siglos.
La ciudad vio nacer a Wolfgang Amadeus Mozart. Este hecho es en gran parte responsable de que Salzburgo sea el escenario de importantes festivales musicales que allí se celebran cada año. La casa natal del compositor es hoy un museo y constituye una de las principales atracciones que ver en Salzburgo en un día. El edificio se encuentra en el casco antiguo de Salzburgo, espacio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La figura de Mozart es parte de la cultura de Salzburgo, pudiéndose ver desde en la casa y monumentos a su persona, pero también en los tradicionales «Mozartkugeln», típicos bombones austríacos que encontrarás en cualquier chocolatería en este país.
La ciudad vieja, o Altstadt, es considerada una de las más lindas de Austria. Las estrechas y serpenteantes calles están flanqueadas por edificios medievales que hoy alojan tiendas de artesanos, joyerías, restaurantes, y chocolaterías. La calle principal, la Getreidegasse, destaca por los carteles de hierro forjado que caracterizan a Salzburgo (pero que también se pueden ver en otras ciudades alpinas). Decenas de angostos pasajes conectan la calle con patios internos y callejones secundarios, donde vale la pena perderse un buen rato.
En el centro de la ciudad, la Catedral barroca se destaca como uno de los principales edificios que ver en Salzburgo. Posee siete campanas, una gran cúpula, y frescos que retratan escenas del Antiguo Testamento en su interior. Se la puede visitar de 9:00 a 17:00 de lunes a sábado.
La catedral de Salzburgo se ubica junto a la plaza Residenzplatz. La misma recibe el nombre por el edificio de la Residencia de Arzobispos de Salzburgo, que fue un importante edificio administrativo y residencial durante los siglos en los que la región gozó de autonomía. Hoy alberga un museo de arte e historia. El complejo se conecta con la catedral y con la pequeña Iglesia de San Pedro, célebre por su antiguo cementerio y abadía.
A metros de la Residenzplatz, otra plaza concentra parte de la actividad de la ciudad vieja: Mozartplatz. Con una estatua en honor al compositor ubicada en su centro, el área está rodeada de pequeñas tiendas, el Museo de Salzburgo (dedicado a la historia de la ciudad) y el Museo de la Navidad (dedicado a la historia de las tradiciones navideñas en Austria).
Los alrededores de la plaza Alter Markt también se prestan para adentrarse en callejones y patios internos donde encontrarás pequeñas cervecerías, restaurantes típicos, puestos ambulantes, artistas callejeros y demás. Definitivamente, una de las mejores cosas que hacer en Salzburgo es abandonar las calles abarrotadas de turistas para descubrir todo tipo de rincones. Es también la mejor manera de ver las joyas de la arquitectura barroca que se esconden en la ciudad. Si pensaran pasar la noche en Salzburgo, diría que los alrededores de Alter Markt y la ciudad vieja son la mejor área donde hospedarse. Aquí pueden consultar toda la oferta de hoteles en Salzburgo.
La última plaza imperdible que ver en Salzburgo es Kapitelplatz. Desde la misma se puede apreciar la Fortaleza de Hohensalzburg. La plaza está bordeada por tiendas de souvenirs y artesanías, además de tradicionales cafés. Desde ahí mismo se puede tomar el funicular para subir a la fortaleza, o emprender el camino a pie (que demora unos 20 minutos o menos y te permitirá ahorrarte unos buenos euros). Kapitelplatz es frecuentemente el escenario de fiestas tradicionales, celebraciones populares, y aloja a los mercaditos de Navidad de Salzburgo.
El ascenso a la colina sobre la que se asienta la fortaleza vale absolutamente la pena. Diría que es lo mejor que hacer en Salzburgo. Recomiendo hacer el camino a pie, ya que se puede llegar a las murallas de la fortaleza por calles empedradas y en pocos minutos desde la ciudad vieja. Las vistas al pie de la fortaleza son increíbles y te permitirán vislumbrar los edificios más bellos de Salzburgo a vista de pájaro, gratis.
La fortaleza data del siglo XI y ha tenido varios usos. Desde su concepción con fines defensivos hasta tu actual fin de albergar museos y exposiciones, ha sido testigo de la evolución de Salzburgo por casi mil años. Se la puede visitar por aproximadamente EUR 11,00 por persona, por libre o en visitas guiadas.
Otro mirador imperdible que visitar en Salzburgo es la colina Kapuzinerberg, situada al otro lado del río Salzach y coronada por un monasterio de capuchinos. Desde este punto se puede apreciar la ciudad vieja en su totalidad, con la Hohensalzburg sirviendo de telón de fondo. Si fuesen a pasar una noche en la ciudad, vale la pena subir cuando se pone el sol y los edificios empiezan a iluminarse. Tengan en cuenta que este ascenso no es como el anterior: el camino es agreste y muy empinado.
Si Salzburgo los recibiese con nubes y frío, como fue en nuestro caso, o si necesitasen recuperar calorías después de ascender a los miradores de la ciudad, la pastelería del Hotel Sacher se ofrece como el plan perfecto que hacer en Salzburgo.
El famoso Hotel Sacher de Viena está presente en Salzburgo y ofrece su mítica Sachertorte con orgullo. Esta torta de chocolate y dulce de durazno es la insignia del hotel y se ha convertido en un símbolo de la pastelería austríaca. Aunque, en mi opinión, nada le gana a un Apfelstrudel recién horneado, la Sachertorte no deja de ser uno de los platos que definitivamente deben ser probados durante una visita a Austria.
En cuanto a gastronomía, Salzburgo está repleta de restaurantes tradicionales donde se sirven las especialidades de la región: Käsespätzle, Schnitzel, Knödeln y varios tipos de salchichas, entre otros.
Nuestro día en Salzburgo terminaría en el Palacio de Mirabell. Originalmente concebido como palacio residencial, esta magnífica obra de arte mezcla estilos barroco, clásico y rococó tanto por fuera como en su interior. Hoy funcionan ahí oficinas del gobierno local, y se realizan exposiciones y conferencias. Los jardines del palacio son un parque público que se extienden entre el edifico y el río. La geometría de las plantaciones de flores y las estatuas mitológicas que decoran los jardines son excusa suficiente para pasarse un buen rato en Mirabell. Una visita a Salzburgo no está completa sin pasar por aquí.
Desde el palacio, una caminata de pocos minutos nos condujo a la estación de trenes de Salzburgo, desde donde nos regresaríamos a Múnich por la noche. Un día alcanza para recorrer Salzburgo y disfrutar de una de las ciudades más lindas de Austria 🙂
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