Tomar el tren de Venecia a Munich ha de ser una de las rutas escénicas más bellas para hacer al viajar por Europa con bajo presupuesto. Los trenes no suelen ser costosos, hay varias frecuencias semanales, y el viaje a través de los Alpes deleita con sus paisajes incluso cuando hay mal clima. La ruta RJ82 es operada por trenes austríacos y demora un poco más de 6 horas parando en Verona, un par de pueblos del sur del Tirol en Italia, y en la mismísima capital del Tirol austríaco: Innsbruck. En este post les cuento que ver en Innsbruck en un día.
Innsbruck es una elegante ciudad envuelta por los Alpes, que mezcla siglos de historia con un ambiente colorido y vibrante. Es famosa por su rica herencia imperial, los paisajes a su alrededor y su calórica gastronomía. En este artículo comparto mis consejos para pasar un día en Innsbruck sin perderse de nada y qué hacer si el clima no acompaña.
Cómo llegar a Innsbruck en tren
Llegar a Innsbruck en tren desde Venecia fue una experiencia alucinante, cruzando el Tirol a través de valles, túneles y paisajes que se ven bien incluso cuando el cielo está gris y llueve. Dependiendo de la anticipación con la que compres los pasajes, el viaje suele costar entre EUR 30 y EUR 70 por persona. Si reservas con tiempo, puedes conseguir tarifas más económicas en ÖBB, la compañía ferroviaria de Austria.
Durante el viaje, las vistas del macizo alpino y los pequeños pueblos tiroleses te harán sentir como si estuvieras dentro de una postal. Lo más lindo del trayecto empieza al norte de Verona, conforme el tren empieza a ascender hacia las montañas. Recomiendo sentarte en el lado derecho del tren a Innsbruck, ya que tendrás las mejores vistas de los valles y las montañas. Verás decenas de pueblos con tejados rojos e iglesias con puntiagudas torres perdidas en el medio de los campos de un verde intenso, a su vez rodeados de dramáticas montañas.
Es interesante ver cómo cada uno de los pueblos del Tirol del Sur tienen sus nombres en italiano y alemán. Históricamente, el Tirol del Sur ha sido culturalmente más cercano a los pueblos germánicos. No fue hasta las primeras décadas del siglo XX que el Tirol del Sur fue formalmente cedido a Italia, cuando Adolf Hitler y Benito Mussolini acordaron la frontera entre los países que gobernaban. Durante el fascismo italiano, el gobierno intentó llevar a cabo una intensa política de asimilación en el Tirol del Sur. Al día de hoy, sin embargo, sigue siendo evidente que los residentes de esta región no tienen ningún interés por dejar de lado su lenguaje, cultura, y tradiciones más cercanas a Austria y Alemania que al resto de Italia.
La ruta en tren a Innsbruck desde Venecia funciona como una especie de transición entre la bulliciosa Italia y la silenciosa Austria. Otra forma rápida de llegar a Innsbruck en tren es hacerlo desde Múnich, Salzburgo, o Viena.
Que ver en Innsbruck en un día
Innsbruck es una ciudad relativamente chica, perfecta para explorar a pie en un solo día. A continuación, te detallo algunos de los lugares que ver en Innsbruck en un día:
Maria-Theresien-Strasse
Maria-Theresien-Strasse es la calle principal de Innsbruck. Sus alrededores son la mejor zona donde alojarse en Innsbruck, dado que todos los lugares de esta lista pueden ser alcanzados fácilmente a pie desde el centro. Esta elegante avenida está llena de edificios barrocos, tiendas modernas y cafés que reflejan el estilo de vida relajado pero elegante que se respira en Innsbruck. Se destacan el Arco del Triunfo (monumento que conmemora el matrimonio del emperador Leopoldo II) y la Columna de Santa Ana (la Annasäule, erigida hace más de 300 años con una estatua de la Vírgen María en la cúspide). La Stadtturm (o «torre de la ciudad», en alemán) en otro de los atractivos: se trata de una antigua torre en el viejo ayuntamiento desde donde se puede ver el casco histórico a vista de pájaro.
Además de ostentosas vidrieras, la calle ofrece también grandiosas vistas de los Alpes, que se muestran como gigantescas paredes a ambos extremos de la misma. Si disfrutas de la arquitectura, estoy seguro de que fácilmente pasarás horas apreciando cada detalle en las ventanas, marcos y fachadas de los edificios centenarios que reflejan el glorioso pasado de la ciudad.
El Tejadillo de Oro
Uno de los principales sitios que ver en Innsbruck es el famoso Tejadillo de Oro (Goldenes Dachl). Este balcón cubierto con 2,657 tejas de cobre dorado fue construido en el siglo XV por el emperador Maximiliano I como una señal de su poder y prestigio. Desde ese balcón solía observar los eventos y torneos que se realizaban en la plaza central.
La entrada al pequeño museo dentro del Tejadillo de Oro cuesta unos EUR 5, pero el edificio en sí es gratis para admirar desde el exterior, y es sin duda uno de los íconos más visitados de Innsbruck.
Palacio Imperial de Hofburg
El Palacio Imperial de Hofburg es un lugar imperdible para visitar si te interesa conocer más acerca de la historia de Innsbruck. Este palacio barroco fue una residencia de la dinastía de los Habsburg. En su interior permite dar un vistazo a cómo era la vida en la corte imperial. La entrada cuesta aproximadamente EUR 9 y el recorrido es autoguiado. Se pueden disfrutar exposiciones permanentes de arte de la época, además del mobiliario original de la familia. Las explicaciones están en alemán, inglés, e italiano.
Los jardines del palacio son otro imperdible que ver en Innsbruck. El Innsbrucker Hofgarten es hoy un parque público de acceso gratuito, con fuentes, esculturas, y arreglos florales típicos de un palacio barroco.
Prácticamente junto al palacio se puede visitar la Catedral de Santiago, un impresionante ejemplo de arquitectura barroca. La entrada es gratuita, y su interior lleno de frescos la convierte en un auténtico museo.
Callejones del casco antiguo
Perderse en los callejones del casco antiguo. Callejones como Herzog-Friedrich-Strasse están llenos de tiendas tradicionales, cafeterías y restaurantes. El ambiente medieval y las coloridas fachadas de las casas históricas cautivan a cualquiera.
Los callejones del casco antiguo y alrededor de Maria-Theresien-Strasse son una buena opción donde alojarse en Innsbruck. Estarás a distancia caminable de la estación de tren y con buenas conexiones de transporte para dirigirte a las afueras de la ciduad si lo desearas. Además es la mejor zona de la ciudad para disfrutar de noche: la estética de las luces cálidas y tenues sobre esos edificios ornamentados le da una mística hermosa a la ciudad. Además, la mayoría de lugares donde comer en Innsbruck se encuentran en estos callejones.
Una recomendación donde comer en Innsbruck es Stiftskeller, un tradicional restaurante austríaco con mesas de madera anormes, candelabros antiguos, enormes chimeneas y una atención espectacular. Aunque está en pleno casco histórico, los precios son normales y la calidad de la comida excelente. Ideal para disfrutar de los platos tradicionales austríacos.
El río Inn y sus casas tradicionales
No se debe visitar Innsbruck sin caminar a lo largo del río Inn. En el lado norte del casco antiguo, las coloridas casas que bordean el río forman una de las postales más emblemáticas de la ciudad. Ambos lados del río están bordeados por senderos peatonales y bicisendas, y funcionan como parque público. En las calles aledañas encontrarás pequeños cafés, hoteles, y restaurantes.
El Inn es un río muy correntoso. Sus aguas descienden de los Alpes y recorren unos 500km hasta desembocar en el Danubio. Tienen un tono como «lechoso» por el aporte de minerales de glaciares en las montañas. El río da nombre a la ciudad, que literalmente significa «puente del río Inn».
Qué hacer en Innsbruck con mal clima
El clima en los Alpes puede ser impredecible. Nosotros estuvimos ahí a mediados de mayo, y las fotos hablan por sí solas. Aunque con lluvia, pudimos disfrutar de la oferta cultural y gastronómica de la ciudad. Los miradores en las montañas (particularmente el funicular Nordkette, que estaba en mi lista que sitios que ver en Innsbruck) y los senderos alpinos quedarán para otra oportunidad 🙂
Innsbruck posee otros museos, además de los mencionados anteriormente, que se pueden visitar en un día. El Museo de Arte Popular del Tirol permite profundizar en la historia y las tradiciones de la región. El renacentista Palacio Ambras alberga una vasta colección de arte, armaduras y curiosidades medievales. El Museo Swarovski ofrece no solo un vistazo a los orígenes de la famosa marca, sino también una experiencia inmersiva en un mundo de arte, luces, y diseños creados con cristales. Por otro lado, las iglesias barrocas de la ciudad funcionan como auténticos museos con sus piezas de arte, diseños, y hasta misterios.
El mal clima no nos detuvo para nada, y fue la excusa perfecta para disfrutar de las exquisiteces de la gastronomía austríaca. Razón más que suficiente para visitar Innsbruck. Ya sea el Schnitzel, el Tafelspitz, el Gröstl, o los Käsespätzle, Austria tiene algo calórico y delicioso para paliar el mal clima. De postre, o a la hora del café, el Apfelstrudel o los Kaiserschmarrn son difíciles de resistir. Si no me creen los pongo en contacto con mi familia, que tuvieron su primer acercamiento a la gastronomía «germánica» en Innsbruck y no podrían haberlo disfrutado más 😀