Las playas no son lo primero que viene a la mente al pensar en Alemania, pero el país mantiene aproximadamente 1200 kilómetros de costa sobre los mares Báltico y del Norte, con algunas joyitas que vale la pena visitar. Las costas del Mar Báltico, en particular, son de playas extensas y frondosas que me recuerdan un poco a la costa atlántica de Argentina: médanos, árboles altos, y extensas playas ventosas. Pero con un estilo único que oscila entre los tradicionales techos de paja del norte alemán, el ladrillo de las ciudades hanseáticas, y los típicos edificios del período comunista.
Rostock es una de las principales ciudades alemanas sobre la costa. Se ubica en el estuario del río Warnow, que desemboca en el mar al norte de la ciudad, en la zona de Warnemünde. Rostock concentra la vida urbana, mientras que Warnemünde es el destino de playa y fin de semana.
El puerto de Rostock es el más importante de la antigua Alemania Oriental, con importante tráfico de pasajeros y mercancías entre Alemania y Escandinavia. Nuestro último viaje en van a Escandinavia fue la excusa perfecta para parar un día en Rostock antes de tomar el ferry a Suecia.
Qué ver en Rostock en un día
La ciudad antigua de Rostock me pareció bonita. Tiene algo de Alemania y algo de Polonia, con calles empedradas, jardines ocultos en medio de las manzanas, y prolijos parques. Diría que la ciudad vieja es lo que vale la pena visitar en Rostock, ya que el resto de la ciudad no se diferencia del común de ciudades que quedaron al otro lado de la Cortina de Hierro: monoblocks, amplias avenidas, mucho espacio abierto y carente de color.
Rostock es una ciudad universitaria. Fundada en 1419, la Universidad de Rostock es la más antigua del Báltico y ha atraído a gente de toda Europa Central desde su fundación. Es parte de la identidad de la ciudad. Esto queda evidenciado al prestar atención a la demográfica de Rostock: una ciudad joven y relajada. Por casualidad la visitamos el 21 de junio, el día más largo del año, cuando los universitarios y locales celebran en las calles con conciertos de música en vivo y fiestas al aire libre.
La ciudad apenas sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. El conflicto ocasionó la pérdida de la mayoría de su legado hanseático (como tantas ciudades del Báltico, Rostock perteneció a la Liga Hanseática y se enriqueció gracias al comercio con otras ciudades hanseáticas). Tras la guerra, la ciudad quedó bajo administración de Alemania Oriental hasta la reunificación alemana en 1990. Desde entonces ha ido perdiendo población, como la mayoría de ciudades del este alemán tras el fin del comunismo. Sin embargo, en los últimos años ha ido recobrando lentamente el esplendor que alguna vez supo tener.
Esta es mi lista de los mejores lugares que visitar en Rostock en un día:
Neuer Markt y alrededores
La zona del «Nuevo Mercado» (Neuer Markt) es la más linda de Rostock. Concentra al Ayuntamiento de estilo gótico-barroco, las antiguas casas de los gremios con su tradicional arquitectura hanseática, y la Kekhofhaus. Esta última es una casa medieval del siglo XV que sobrevivió incontables eventos desde su construcción.
A pasos de Neuer Markt se encuentra la Marienkirche (Iglesia de Santa María), con su imponente ladrillo gótico. En su interior existe un reloj astronómico del año 1472. Mi consejo es empezar a recorrer Rostock por esta zona ya que la iglesia tiene acotados horarios de visita.

Kröpeliner Strasse
La calle Kröpeliner es la principal calle comercial de la ciudad vieja de Rostock. Va desde Neuer Markt hasta la puerta homónima (Kröpeliner Tor) que marcaba el punto de acceso a la ciudad medieval. Se destacan las casitas hanseáticas con un toque colorido, los cafés con terrazas al sol (cuando hay sol), y la Brunnen der Lebensfreude (la Fuente de la «alegría de vivir», sería la traducción al español). Esta última es una de las fuentes más peculiares de Alemania, con esculturas de bronce que representan figuras humanas practicando deportes, artes, descansando y demás.
Kröpeliner Tor, una de las antiguas puertas de la ciudad, aún se mantiene en pie al final de la calle. Sin embargo, poco queda de las murallas del siglo XIV que protegían a Rostock de sus enemigos. Parte de las murallas se mantiene como parque público.

Kloster St. Katharinen
El Convento de Santa Catarina es un antiguo monasterio franciscano fundado en 1243. Hoy aloja a la Academia de Música y Teatro de Rostock y, como no es de extrañar, suele ofrecer actividades culturales gratuitas en su interior. Vale la pena darse una vuelta para tener un vistazo de la Rostock medieval de la que poco queda. El jardín del monasterio también puede visitarse libremente.

Más allá de las murallas
Fuera de lo que constituye el casco histórico amurallado de Rostock, vale la pena darse una vuelta por el Rosengarten, un parque público que sirve de rosedal y está enmarcado por elegantes edificios que mezclan el legado hanseático con el comunista. Una combinación ideológicamente paradójica que, en mi opinión, funciona bien arquitectónicamente 😅
Al oeste de la ciudad pero aún así a pocos minutos a pie desde el centro histórico, los alrededores de Doberaner Platz son uno d elos puntos más vívidos de Rostock. Concentra bares, cervecerías, restaurantes, y las residencias estudiantiles.

La costanera de Rostock
El camino que bordea el río Warnow en su orilla sur está flanqueado por restaurantes, patios cerveceros, muelles deportivos, y hoteles. Es el lugar ideal para terminar el recorrido por Rostock al atardecer. Es una de las zonas más modernas de la ciudad y desde donde se pueden tomar paseos en barco o visitar el antiguo puerto con sus barcos museo.

Warnemünde
Rostock se puede recorrer fácilmente a pie en pocas horas. Desde la estación de trener, un tren de cercanías (S1) conecta Rostock con Warnemünde en apenas 20 minutos, permitiendo llegar a las playas del Báltico propiamente.
Warnemünde es en realidad la principal atracción turística de Rostock. Locales y turistas la eligen cada fin de semana para disfrutar de sus relajadas callecitas, playas de arena fina, su faro y todo lo que sus muelles tienen para ofrecer: desde mercados de pescadores hasta parques de diversiones.
Aunque hoy es parte de Rostock, Warnemünde fue originalmente un pueblo de pescadores. Hoy es uno de los principales puertos de cruceros de Europa y una de las principales localidades turísticas del norte alemán. Las tradicionales casas de madera habitadas por los pescadores se mantienen en pie, recordando los orígenes de la ciudad, opacadas por los hoteles de estilo setentoso sobre la costa.

Kühlungsborn
25 kilómetros al oeste de Rostock, Kühlungsborn se presta como una opción menos concurrida que Warnemünde para disfrutar de las playas del Mar Báltico. En mi opinión, es la localidad más linda del Báltico alemán: las playas son anchas, la ciudad es prácticamente peatonal, y hay excelentes opciones gastronómicas para los amantes de los mariscos.
Se puede llegar desde Rostock en tren vía Bad Doberan:
- Primero debes tomar el tren RB11 o RB12 desde Rostock hasta Bad Doberan.
- Desde Bad Doberan, un histórico tren de vapor llamado «Molli» recorre los 13 kilómetros que restan hasta llegar a Kühlungsborn.

Durante el período comunista, el gobierno de la Alemania Oriental expropió y nacionalizó un gran número de hoteles en esta zona de manera arbitratia. Más de 50 de estas instituciones fueron transformadas en centros vacacionales y de salud para el descanso regulado de los ciudadanos de Alemania del Este, controlados por sindicatos. Kühlungsborn se convirtió en el más importante destino vacacional del país, con sus festivales anuales, eventos culturales, y tarifas subsidiadas. Tras la reunificación alemana, Kühlungsborn mantuvo su relevancia como destino playero y logró mantener un crecimiento sustentable sin perder su caracter de pueblo. Aquí no hay edificios altos ni nada por el estilo gracias a estrictas normativas de construcción y preservación de la naturaleza.
Un frondoso parque hace de buffer entre la arena y las elegantes casonas de la ciudad. Del lado urbano: cafés, hoteles, casas de vacaciones, restaurantes de todo tipo. Del lado de la playa: un paseo peatonal que se extiende kilómetros con bajadas a la playa, bares costeros, y áreas de servicios. La vibra en Kühlungsborn es relajada, tradicional, con un toque de elegancia.
Mi recomendación es alojarse en Kühlungborn ya que el lugar tiene más vibra de vacaciones que Rostock, pero los precios sí son más bajos en Rostock.

Rostock y Kühlungsborn son una excelente opción para una escapadas de fin de semana a la costa, especialmente desde Berlín o Hamburgo. El viaje en tren demora un poco más de 2 horas desde cualquiera de estas ciduades hasta Rostock. Para más información te invito a leer mi Guía para viajar en tren en Alemania.
Pueden conocer mucho más sobre los destinos de la costa alemana, como Helgolland, Rügen, la isla de Sylt y demás en deutschland.de.

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