Escapada a Viena: la capital austríaca en 2 días

La verdad es que a Viena viajé sin mucha expectativa. No sabía bien con qué me encontraría. Poco había leído sobre la capital de Austria, y solo me imaginaba un lugar elegante y sofisticado. Definitivamente lo es, pero también hay más que opulentos palacios y monumentos que ver en Viena. En este post te cuento cómo conocer Viena en 2 días, recorriendo lo tradicional y también lo alternativo de la ciudad.

De asentamiento romano a ciudad imperial

Viena deja de ser un modesto asentamiento junto al Danubio durante el período romano. Por aquel entonces, la entonces fortaleza militad «Vindobona» empezó a ocupar un rol importante en las rutas comerciales que seguían el cauce del río. Con el tiempo, su relevancia fue incrementando, Para el siglo XV, pasó a ser la residencia de los Habsburgo, una poderosa dinastía que desempeñaría un papel crucial en la historia europea.

Durante los siglos XVI y XVII, Viena ya gozaba de ser uno de los principales centros culturales y políticos del continente. Sobrevivió al asedio otomano y continuó creciendo, atrayendo a pensadores y artistas de toda Europa. Fue la capital del Imperio Austrohúngaro y, después de la Primera Guerra Mundial, fue designada capital de la República de Austria.

Durante el período de entreguerras, Viena mantuvo su importancia como centro intelectual y artístico, albergando. Esta efervescencia cultural fue interrumpida con la invasión nazi a Austria en 1938, y la ciudad no fue ajena a los bombardeos y destrucción de la Segunda Guerra Mundial.

Un dato que a veces es ignorado es que Viena también fue dividida en varios sectores de ocupación durante la Guerra Fría por parte de las fuerzas Aliadas, así como sucedió en Berlín. Al recuperar Austria su independencia en 1955, Viena se fue recuperando y volviendo, lentamente, a su antiguo esplendor.

Hoy Viena es una de las ciudades con mayor patrimonio arquitectónico y artístico de Europa. Encontró un balance entre su legado histórico y los tiempos modernos, constituyendo una capital cosmopolita que frecuentemente encabeza las listas de ciudades con la mejor calidad de vida. Se puede visitar Viena en 2 días y disfrutar de sus museos, parques, teatros, y movida cultural.

Qué ver en Viena en 2 días

Viena no es una ciudad muy grande y es muy fácil moverse de un lugar a otro caminando o en transporte público. Aunque más tiempo haría falta para conocerla a fondo, sus alrededores y -por qué no- escaparse a la vecina Bratislava, 2 días son suficientes para conocer los principales puntos que ver en Viena y ver un poco de sus dos caras: la tradicional y la alternativa.

Palacios y parques

Como ciudad imperial, Viena no se priva de presumir de sus elegantes palacios y los parques alrededor. Los palacios más famosos que visitar en Viena son Schönbrunn, Belvedere, y Hofburg. Vamos por partes:

• Palacio de Schönbrunn: recomiendo iniciar por este, ya que es el más alejado del centro histórico de la ciudad. Arrancar por la mañana te permitirá visitar el palacio y los alrededores (incluyendo el zoológico de Schönbrunn, el más antiguo del mundo) sin tanta gente. El palacio es una maravilla del barroco y se puede visitar por dentro por aproximadamente EUR 20, dependiendo del tipo de visita. Los jardines son una maravilla también, y ni hablar del factor sorpresa de encontrarme a un argentino interpretando piezas de tango entre el palacio y la icónica Gloriette.

• Palacio Belvedere: otro palacio barroco, al Este de la ciudad. En su interior funciona un museo de arte que expone desde piezas medievales hasta clásicas. Acá también los jardines merecen una visita. La visita a los mismos es gratuita ya que se trata de un parque público (el mismo caso se da en Schönbrunn). La visita al museo ronda los EUR 18 por persona.
• Hofburg: en pleno casco histórico de la ciudad y, en mi opinión, el edificio más majestuoso que ver en Viena. Durante siglos fue la residencia de la mayoría de la realeza austríaca. Hoy alberga a un museo dedicado a la vida de la princesa bávara y emperatriz de Austria Isabel «Sissi» de Baviera. La visita cuesta unos EUR 18 por persona.

La ciudad vieja de Viena

La mayoría de atracciones turísticas que ver en Viena están concentradas en el casco histórico de la ciudad. La mejor manera de llegar es con el metro, asumiendo que iniciaste el día visitando Schönbrunn, y empezar a recorrer desde la estación Karlsplatz.

Karlsplatz

Karlsplatz es uno de los puntos neurálgicos de Viena, y en sus alrededores destacan dos joyas arquitectónicas de Viena: la Karlskirche y la Ópera.

• Karlskirche: la Basílica de San Carlos, en español, fue construida en el siglo XVIII y cuenta con magníficas obras de arte en su interior. Estén atentos a los eventos artísticos que ocurren en su interior, ya que a menudo se realizan conciertos de música clásica y otros espectáculos.
• La Ópera de Viena: uno de los pocos sitios sobre los que había oído hablar antes de viajar a Viena. Y con razón. El edificio es bellísimo, con mil detalles, y está reconocido como uno de los mejores del mundo en cuanto a su acústica, compitiendo con La Scala de Milán, la Ópera Garnier de París y, por supuesto, el Teatro Colón de mi Buenos Aires querido.

En tu camino a Karlsplatz, quizá quieras hacer una parada en el Naschmarkt. Se trata de un mercado que va desde comida típica, tragos y pastelería hasta antigüedades. Existe su lugar desde los tiempos medievales.

El «Ring»

La ciudad vieja está envuelta por una avenida flanqueada por elegantes tiendas, parques y magníficos edificios. Cambia su nombre y Opernring (la porción frente a la Ópera) a Burgring (la porción frente al Hofburg) y subsecuentemente. Es el eje sobre el que se ubican muchos de los principales sitios que ver en Viena.

A metros de la Ópera, el parque Burggarten te dará la primera vista del Hofburg. Famoso por la estatua a Mozart, personaje que será figurita repetida durante todo tu viaje a Austria (literalmente, sus piezas suenan durante el embarque en los vuelos de Austrian Airlines) pero aún más por el Museo Albertina. Para amantes del arte moderno, es el lugar que no se pueden perder de visitar en Viena.

Siguiendo unos pasos hacia el Oeste, la Plaza María Teresa es difícil de pasar por alto. Se trata de una explanada bordeada por dos edificios gemelos que alberga al Museo de Historia Natural y al Museo de Bellas Artes de Viena. La plaza marca el inicio del distrito de museos de Viena (Museums Quartier), donde se pueden visitar museos de todo tipo.

Heldenplatz, la Plaza de los Héroes, te dará la mejor vista al frente al Hofburg. También marca el comienzo del distrito administrativo, donde se destacan el edificio del Parlamento y el Ayuntamiento de Viena. Por cierto, el Ayuntamiento de Viena ha de ser uno de los más lindos que haya visto hasta ahora, compitiendo de cerca con los de Hamburgo y Múnich.

Termina el camino por el Ring en la Iglesia Votiva (Votivkirche) frente a la estación Schottentor e ingresa a la ciudad vieja por al calle Schottengasse. Entrarás en un mundo de calles angostas, fachadas elegantes y coloridas, y cientos de cafeterías tradicionales que te harán descubrir la importancia de la cultura del café en Viena. No dudes en entrar a alguna para probar el auténtico café vienés.

Stephansplatz y alrededores

La Plaza de Esteban es el punto de la ciudad vieja donde todo confluye. La protagonista es la Iglesia de San Esteban (Stephansdom), pero acá pasa de todo. Transeúntes apurados, contingentes de turistas, artistas callejeros, jóvenes de fiesta, algún mendigo y gente elegante, todos se encuentran aquí.

La iglesia es uno de los lugares que indefectiblemente hay que visitar en Viena. Es una maravilla medieval que esconde tesoros, catacumbas, y muchos detalles en su interior. Desde su torre se puede ver toda la ciudad.

Toda la ciudad vieja es digna de pasar horas perdiéndose entre sus callecitas, viendo vidrieras, descubriendo tiendas de todo tipo, y visitando museos de lo más peculiares (por ejemplo, el Museo de las Ilusiones, el Museo de los relojes, el Museo judío y, por supuesto, la casa donde habitó Mozart). Uno de los puntos más interesantes, en mi opinión, es visitar la Cripta Imperial bajo la Iglesia de los Capuchinos. Ahí descansan los emperadores y emperatrices de la casa de Habsburgo, y sus mausoleos son tremendas obras de arte. Tampoco te pierdas pasar por el Reloj Anker, con sus decorados en cobre y figuras que se asoman a cada hora… algo parecido al reloj astronómico de Praga, aunque un poco más modesto.

La Iglesia de San Pedro es otro de los templos que visitar en el casco histórico de Viena, también de marcado estilo barroco. Pero el protagonista, el que se lleva todas las miradas, es un peculiar monumento en la calle Graben. Se trata de una columna esculpida en el siglo XVII, dedicada a la Santísima Trinidad para honrar a las víctimas de la peste.

El Canal del Danubio & Leopoldstadt

Vale destacar que la zona de Viena por donde cruza el río Danubio no es la turística. El río separa la ciudad en sur y norte. Al norte se ubica el distrito financiero de la capital austríaca: Kaisermühlen. Es una zona moderna, con rascacielos, una torre de observación, parques y paseos costeros. Realmente no hay mucho para ver en los alrededores ya que la ciudad se desarrolla, en su mayoría, al sur del río.

El Canal del río Danubio, por otro lado, sí merece una visita. El mismo marca el límite norte de la ciudad vieja y la separa del distrito de Leopoldstadt. Los bares y restaurantes a orillas del canal ofrecen un ambiente relajado para descansar, disfrutar de un trago y música en vivo.

Leopoldstadt es el barrio más multicultural de Vieja. El canal hace de buffer entre esta zona y la elegante y tradicional ciudad vieja. Vale la pena dedicarle unas horas a recorrer el canal, probar los puestos de comida del mercado Karmelitermarkt, admirar los murales y piezas de arte callejero en la costanera y callejones, y descubrir los secretos del antiguo barrio judío.

Pero quizá el más emblemático lugar de Leopoldstadt sea el Prater. En el siglo XVI, este lugar funcionó como coto de caza imperial. A lo largo de los años, se abrió gradualmente al público y se convirtió en un espacio para la recreación y el entretenimiento. Hoy alberga áreas verdes, un parque de atracciones, el Planetario de Viena, y un hipódromo. Uno de los elementos más reconocibles del Prater (y de las principales atracciones que ver en Viena en 2 días) es la Riesenrad, la noria gigante construida en 1897 – El parque de atracciones está muy bien, el ingreso es gratis y se paga por atracción.

Haus des Meeres

La Casa del Mar, en alemán, es uno de los lugares más interesantes y peculiares que ver en Viena. Se trata de un acuario ubicado a escasos minutos del centro. Lo que la vuelve particularmente intrigante es su pasado como un búnker antiaéreo durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante la Segunda Guerra Mundial, se construyeron en la ciudad una serie de enormes búnkeres donde se guardaba armamento antiaéreo y que servían de refugio para los ciudadanos durante los ataques. La Haus des Meeres funciona en uno de los tres búnkeres que este tipo que aún existen en Viena.

Después de la guerra, en lugar de demolerlo, las autoridades decidieron reutilizar este búnker. Tuvo varias funciones hasta que, en 1999, se estableció el acuario. Hoy en día ofrece una variedad impresionante de vida marina, reptiles, insectos y hasta aves. Además, el acuario cuenta con un mirador en la parte superior del antiguo búnker, que ofrece una vista panorámica de la ciudad desde más de 25m de altura.

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Alojamiento en Viena

Viena ofrece una variedad de zonas donde alojarse, cada una con sus propias características y beneficios. Durante mis días en Viena, me alojé en el Hotel Motel One, a pasos de la Ópera y puedo recomendarlo totalmente. Pero acá van algunos consejos sobre dónde alojarse en Viena:

Los precios y la disponibilidad pueden variar según la temporada y la demanda, por lo que es recomendable reservar con anticipación 😉 ¡Ya sea que visites Viena en 2 días o más, te deseo un buen viaje!