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{"id":11826,"date":"2022-01-09T20:17:37","date_gmt":"2022-01-09T23:17:37","guid":{"rendered":"https:\/\/espiritu-viajero.com\/?p=11826"},"modified":"2022-01-09T20:17:40","modified_gmt":"2022-01-09T23:17:40","slug":"visitar-un-campo-de-concentracion-berlin","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espiritu-viajero.com\/visitar-un-campo-de-concentracion-berlin\/","title":{"rendered":"Y un d\u00eda visit\u00e9 un campo de concentraci\u00f3n…"},"content":{"rendered":"\n

Debe ser lo que m\u00e1s me han preguntado desde que vivo en Alemania. M\u00e1s que por el clima, m\u00e1s que por mi trabajo, m\u00e1s que por la comida: \u00ab\u00bfYa fuiste a un campo de concentraci\u00f3n?<\/em>\u00ab. Lo poco que vi de Alemania hasta ahora me mostr\u00f3 que es un pa\u00eds incre\u00edble, lleno de historia, cultura, diversidad, y hasta paisajes. Lamentablemente, lo primero que a muchos les viene a la mente al pensar en Alemania es su parte m\u00e1s oscura, aquella que no necesita presentaci\u00f3n. Por triste, fuerte, o desolador que sea visitar un campo de concentraci\u00f3n -y aunque no nos guste- creo que es una de esas cosas que hay que hacer cuando se viaja a Alemania… o cuando se vive ac\u00e1. Y debo decir que me resist\u00ed varios meses desde mi mudanza a Berl\u00edn<\/a> hasta que finalmente me sub\u00ed al tren que llega a Oranienburg y visit\u00e9 el campo de concentraci\u00f3n de Sachsenhausen. No me sent\u00eda listo, pero Berl\u00edn te curte con el tiempo.<\/p>\n\n\n\n

Sachsenhausen es el campo de concentraci\u00f3n m\u00e1s cercano a Berl\u00edn<\/strong>, y se llega con el tren S1 o cualquiera de los regionales que se detenga en Oranienburg, en el estado de Brandenburgo. Si viajas a Berl\u00edn y te gustar\u00eda visitar un campo de concentraci\u00f3n, te dejo la p\u00e1gina web<\/a> para que consultes los horarios, visitas guiadas, y c\u00f3mo llegar. El predio tambi\u00e9n se puede recorrer por libre con las audiogu\u00edas que est\u00e1n disponibles para los visitantes en varios idiomas, y esto no tiene costo.<\/p>\n\n\n\n

En marzo de 1933, el regimiento local de la SA (Sturmabteilung<\/em>, la \u00abdivisi\u00f3n de asalto\u00bb nazi) instal\u00f3 en Oranienburg el primer campo de concentraci\u00f3n en lo que en aquel entonces era Prusia. La localidad tomar\u00eda un rol clave en la persecuci\u00f3n de oponentes pol\u00edticos tras la toma del poder el Partido Nacionalsocialista. El campo de concentraci\u00f3n de Oranienburg se construir\u00eda tres a\u00f1os despu\u00e9s. M\u00e1s de 200.000 perseguidos pol\u00edticos y personas consideradas \u00abno aptas\u00bb por su religi\u00f3n, origen \u00e9tnico, u orientaci\u00f3n sexual ser\u00edan apresadas en Sachsenhausen durante los siguientes a\u00f1os. <\/strong> La SS (Schutzstaffel<\/em>) era la encargada de llevar a cabo estas persecuciones. Decenas de miles perder\u00edan la vida por hambruna, trabajo forzado, torturas f\u00edsicas y psicol\u00f3gicas, y\/o enfermedades.<\/p>\n\n\n\n

Mis pocos meses en el pa\u00eds fueron suficiente para ver el respeto y la verg\u00fcenza con la que los alemanes hablan del nazismo. En cada museo, monumento, o sitio representativo del Holocausto se refuerza el concepto de que \u00abno puede volver a pasar\u00bb y se ahonda en las razones y crisis sociales, econ\u00f3micas, y pol\u00edticas que llevaron al Nacionalsocialismo al poder. Junto al campo de concentraci\u00f3n de Sachsenhausen funciona una escuela y academia de polic\u00edas, y su ubicaci\u00f3n de cara a las paredes de Sachsenhausen es a prop\u00f3sito. Porque esto \u00abno puede volver a pasar\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

\"visitar
Entrada al campo de concentraci\u00f3n de Sachsenhausen<\/em><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

Se ingresa a trav\u00e9s del centro de visitantes y luego se debe recorrer un camino de unos 400 metros que bordea las paredes del campo de concentraci\u00f3n. Se ven las primeras torres de vigilancia. Es literalmente como bordear una prisi\u00f3n. Una prisi\u00f3n donde no hab\u00eda criminales. Finalmente se llega a las rejas de entrada, con las infames palabras \u00abArbeit macht frei<\/em>\u00ab<\/strong> (que se traduce a algo as\u00ed como \u00abel trabajo los hace libres\u00bb) presentes en todos los campos de concentraci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

De los m\u00e1s de 50 barracones donde los prisioneros viv\u00edan, solo queda uno para visitar. El resto fueron demolidos y, en su lugar, quedaron los espacios libres rellenados con piedras a modo de homenaje. El d\u00eda que de la visita al campo de concentraci\u00f3n hac\u00eda mucho frio, y hab\u00eda nevado. Al entrar al barrac\u00f3n casi no se sent\u00eda diferencia con el fr\u00edo exterior. De manera inevitable, uno lee los carteles que relatan c\u00f3mo era la vida y se conmueve. El hacinamiento (los barracones estaban dise\u00f1ados para albergar unas 150 personas, pero sol\u00eda haber m\u00e1s de 400), las limitaciones al uso de \u00abba\u00f1os\u00bb, las condiciones de higiene, la posibilidad de asearse en piletones despu\u00e9s del d\u00eda de trabajo forzado son algunas de las cosas que se ilustran. Uno solo puede imaginar ese infierno, y seguramente ni los pensamientos m\u00e1s oscuros se acerquen a lo que habr\u00e1 sido la realidad<\/strong>.<\/p>\n\n\n\n

Los trabajos inclu\u00edan la construcci\u00f3n de b\u00fankeres, desarrollo de armamento, y falsificaci\u00f3n de d\u00f3lares y libras<\/strong> en lo que fue una de las operaciones de falsificaci\u00f3n de moneda m\u00e1s exitosas de la historia. Los prisioneros eran forzados a trabajar jornadas extensas, sin importar condici\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

El barrac\u00f3n museo mantiene muchos de los elementos originales<\/strong>. Otros fueron recuperados o reemplazados despu\u00e9s de un incendio. Hay un \u00e1rea que relata brevemente las vidas de algunos de los prisioneros, qui\u00e9nes fueron antes y despu\u00e9s del encierro. La mayor\u00eda eran o se volvieron activistas por los derechos humanos, y no eran un grupo homog\u00e9neo: entre ellos hab\u00eda jud\u00edos, gitanos, homosexuales, militares sovi\u00e9ticos, etc. Se exhiben diarios, cartas, y elementos personales.<\/p>\n\n\n\n

\"piletas
Piletones de aseo<\/em><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n
\"visitar
Barrac\u00f3n museo<\/em><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

A metros del barranc\u00f3n estaba la prisi\u00f3n<\/strong> del campo de concentraci\u00f3n. Ah\u00ed iban a parar aquellos prisioneros que desobedec\u00edan las \u00f3rdenes de trabajo, o quienes eran descubiertos en posesi\u00f3n de alg\u00fan elemento prohibido (por ejemplo, algunos detenidos se las hab\u00edan ingeniado para ingresar Tor\u00e1s escondidas en sus uniformes). En la prisi\u00f3n se los somet\u00eda a torturas f\u00edsicas, que est\u00e1n ilustradas en algunos carteles que yacen en las antiguas celdas<\/strong>. El encierro era en total oscuridad, y pod\u00eda durar varios d\u00edas; aunque en algunos casos lleg\u00f3 a durar meses. Para la mayor\u00eda, la prisi\u00f3n del campo de concentraci\u00f3n represent\u00f3 la antesala de la muerte. Los intentos de fuga eran penados directamente con la muerte por ahorcamiento delante de los dem\u00e1s prisioneros.<\/p>\n\n\n\n

Las im\u00e1genes son tan solo dibujos, pero son muy gr\u00e1ficas. Aun as\u00ed no es nada que no hayamos visto antes. Todos o\u00edmos hablar de los horrores cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, pero no es hasta que te encuentras in situ<\/em> que tomas dimensi\u00f3n de ciertas cosas<\/strong>. Y Sachsenhausen no es siquiera el \u00abm\u00e1s fuerte\u00bb de los campos de concentraci\u00f3n que se pueden visitar en Alemania, Polonia u otros pa\u00edses que estuvieron bajo el control nazi. Porque este no era un \u00abcampo de exterminio\u00bb, como s\u00ed lo fue Auschwitz, por ejemplo. Pero te causa algo dif\u00edcil de definir; como una cachetada emocional, de esas que te bajan a tierra para recordarte que el Infierno puede existir en la tierra.<\/p>\n\n\n\n

Quiz\u00e1 la parte m\u00e1s fuerte, junto a las im\u00e1genes de torturas, sea la Enfermer\u00eda<\/strong>. Se mantiene uno de los barrancones donde funcionaba la enfermer\u00eda que, m\u00e1s bien, era un sitio de experimentaci\u00f3n. Hay registros de muchos de los experimentos m\u00e9dicos ilegales que se llevaron a cabo con los prisioneros, adem\u00e1s de pr\u00e1cticas de esterilizaci\u00f3n. De nuevo, no es algo que no fuera de p\u00fablico conocimiento, pero a uno le pega distinto al estar en el lugar de los hechos.<\/p>\n\n\n\n

\"campo<\/figure>\n\n\n\n

En abril de 1945, antes de la inminente derrota del nazismo, las tropas sovi\u00e9ticas ingresaron al campo de concentraci\u00f3n de Sachsenhausen. Fue a las 11:08, la hora que siempre marca el reloj de la entrada al mismo y que pas\u00f3 a ser \u00abla hora de la liberaci\u00f3n\u00bb. Pero esto no signific\u00f3 el fin de Sachsenhausen.<\/p>\n\n\n\n

Durante la ocupaci\u00f3n sovi\u00e9tica de Berl\u00edn, entre 1945 y 1950, el campo de concentraci\u00f3n fue usado para arrestar a colaboradores y funcionarios del gobierno nazi, y a antiguos militares alemanes que hab\u00edan sido tomados como prisioneros por las fuerzas de los Aliados occidentales. Hacia 1950 tambi\u00e9n se apres\u00f3 a desertores pol\u00edticos del r\u00e9gimen sovi\u00e9tico.<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Tras el cierre del predio como campo de concentraci\u00f3n despu\u00e9s de 1950, se lo acondicion\u00f3 para que pudiera ser visitado. Unos diez a\u00f1os m\u00e1s tarde se erigi\u00f3 un obelisco conmemorativo de la liberaci\u00f3n sovi\u00e9tica, con la estatua de un soldado liberado a dos prisioneros. Bajo sus figuras est\u00e1n gravados los nombres de decenas de pa\u00edses, que son los pa\u00edses de origen conocidos de aquellas personas a quienes se les arrebat\u00f3 la vida en Sachsenhausen.<\/p>\n\n\n\n

\"Monumento
Monumento sovi\u00e9tico en el campo de concentraci\u00f3n de Sachsenhausen<\/em><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n
\"visita
Algunos de los barracones que se preservaron, incluyendo la enfermer\u00eda.<\/em><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

Berl\u00edn no tarda en curtirte. Es una ciudad verde, viva, festiva, muy libre, pero donde todo a tu alrededor est\u00e1 manchado por la parte m\u00e1s oscura de la historia contempor\u00e1nea. Admiro su resiliencia y c\u00f3mo se reconvirti\u00f3 en una ant\u00edtesis de aquello que represent\u00f3 hace menos de un siglo, que es nada en la historia de la humanidad. Pero m\u00e1s admiro c\u00f3mo Berl\u00edn se dirige hacia adelante sin olvidar ese pasado. A veces est\u00e1 bien escondido, pero a\u00fan as\u00ed no cuesta toparse con la historia, que est\u00e1 siempre ah\u00ed, disponible para quien quiera ver. Visitar un campo de concentraci\u00f3n fue como llegar al \u00faltimo cap\u00edtulo de un libro que se empieza a leer desde el momento en que pones un pie en la capital alemana y tu cerebro empieza a recibir toda esa informaci\u00f3n sobre al antes, el durante, y el despu\u00e9s del nazismo<\/strong>. <\/p>\n\n\n\n

La historia alemana del siglo XX es incre\u00edblemente compleja: de monarqu\u00eda a rep\u00fablica, a golpe de Estado, a fascismo, a guerra, a divisi\u00f3n, a Guerra Fr\u00eda, a reunificaci\u00f3n, y todo en menos de 100 a\u00f1os. Todo lo que pueda contarte ser\u00e1 siempre apenas la punta del iceberg, as\u00ed que me limitar\u00e9 a recomendarte que -cuando est\u00e9s en Alemania y sientas que es el momento- hagas una visita a un campo de concentraci\u00f3n. No es lindo, no es grato, pero es necesario.<\/p>\n\n\n\n

Personalmente, necesit\u00e9 de una larga caminata para despejar un poco la cabeza y quitarme la sensaci\u00f3n de \u00abpiel de gallina\u00bb del cuerpo, que aquel d\u00eda no fue causa del fr\u00edo. Por suerte para m\u00ed, Oranienburg tiene un hermoso bosque y lago para ello.<\/p>\n\n\n\n